Una derrota más de la SD Huesca, esta vez ante un poderoso Sevilla, que deja a los aragoneses lejos de la salvación, con dudas en muchas posiciones, una preocupante sensación de impotencia y sin conocer la victoria 11 jornadas después.
El equipo parece necesitar un cambio importante, ya sea de entrenador, de esquema o de planteamiento, para intentar aferrarse a la salvación. Los próximos choques azulgranas se plantean complicados y trascendentales; y a día de hoy la SD Huesca transmite mucha más desilusión que confianza.
Míchel (3) Nervioso: Se le vio mucho más tenso que en otros choques. Constantes gritos, botellines de agua volando y un planteamiento relativamente novedoso que tuvo los resultados de siempre. Un 4-4-2 en rombo para el ataque que no ofreció ninguna solución al Huesca y le dejó con los mismos problemas en defensa que antes. Los cambios no aportaron nada aunque estuvieran bien planteados.
MVP | Andrés Fernández (7) Salvador: Andrés fue el guardameta solvente que muchos oscenses recordaban y sacó varias manos decisivas ante ocasiones flagrantes del conjunto visitante. Con el pie, eso sí, volvió a tener un día flojo, lo que penaliza mucho a un sistema tan dependiente del balón como lo es el de Míchel.
Maffeo (4) Desapercibido: No pudo aportar mucho en ataque ni tuvo errores de bulto en defensa, aunque sí le faltó algo de contundencia. Sufrió mucho, como es natural, en los balones por alto.
Insua (3) Repetitivo. Otro jugador al que el gallego marcaba terminó anotando tras irse de él con un desmarque rápido. Su partido fue justo en la mayoría de acciones, defendiendo bien por alto pero sin entenderse mucho con sus compañeros ni colaborar excesivamente en la salida de balón.
Siovas (6) Baluarte. Con sus buenas decisiones y su pie no sirve para mantener una defensa entera, menos aún cuando delante se tiene un plantilla tan completa como la sevillana. Pese a ello, también tuvo alguna salida de posición arriesgada.
Galán (6’5) Único. Otro gran choque del lateral extremeño, con presencia tanto defensiva como ofensiva. Le tocó luchar contra Ocampos y, lejos de sufrir, volvió a lucir un nivel muy por encima del resto de la plantilla.
Mosquera (5) Soledad. Demasiada potencia en el centro del campo contrario para que el gallego pudiese brillar, especialmente por lo solo que estaba. Con el 4-4-2 el equipo se dividía demasiado y, ante la incisiva presión, no le supieron encontrar.
Mikel Rico (4) Naufragio. Otro jugador damnificado por el experimento, que no supo adaptarse al esquema y que, pese a correr mucho, no lo hizo de manera efectiva.
Seoane (4) Damnificado. Fue el más perjudicado por el sistema, corriendo la banda y estando lejos de la creación del juego. No estuvo cómodo, no aportó como en otros choques ni se le vio determinante.
Borja García (3) Suplente. A ojos de la mayoría de la afición, sigue siendo incompresible que Borja siga siendo titular. Hoy, más pegado a banda, el extremo de la SD Huesca fue de todo menos un problema para el Sevilla. Empezó el partido relativamente bien pero se fue apagando rápidamente hasta volver a su bajo y habitual nivel.
Rafa Mir (6) Luz. Pese a no marcar hoy ni tener grandes ocasiones, sí generó la mejor y fue el que más protagonismo tuvo del Huesca en el área del Sevilla. Recibió balones largos, se asoció con ambas bandas y subió el nivel azulgrana
Sandro (6) Guerrero. Buscó el balón, se asoció muy bien, presionó dejándose el alma y rozó el gol, pero tuvo un fallo escandaloso en el peor de los momentos.
LOS CAMBIOS
Ferreiro (5) Cómodo. Salió para suplir a Seoane en banda derecha y se encontró ahí mucho mejor que el madrileño. Ayudó bien en defensa pero no pudo hacer nada ante el apabullante dominio andaluz durante la segunda parte.
Okazaki (4) Fantasma. No olió medio balón. Entre el dominio del Sevilla y los pocos aciertos del Huesca en el centro del campo, el japonés se dedicó más al atletismo que al fútbol en el partido.
Ontiveros (3) Torcido. Entró para desequilibrar el partido y lo intentó, pero con un pésimo rendimiento. Corrió bien la banda pero sus únicos dos centros se fueron a la grada directamente, sin posibilidad alguna de remate.