El Real Zaragoza venció por segunda semana consecutiva en un partido marcado por la comunión equipo-afición. Mollejo anotó el único tanto del encuentro tras pasar por los vestuarios y los de Juan Carlos Carcedo ganaron en La Romareda por primera vez en lo que va de curso. El conjunto aragonés se mostró serio y contundente en todas las líneas para cerrar su portería casi un mes después. Fue, precisamente, desde ahí por donde se cimentó el triunfo; excelso Lluís López adoptando el papel de Francés, Jaume Grau comandando la red de seguridad y capacidad titánica para repetir esfuerzos de Mollejo y Bermejo. Fluyó el Real Zaragoza y Vada adquirió el peso suficiente en un ataque que, con Simeone a la cabeza, el sacrificio es innegociable.
Cristian Álvarez (6): El argentino fue un mero espectador durante muchos tramos del duelo y no realizó ninguna parada de mérito. Tampoco las necesitó el equipo, buena muestra del solvente trabajo realizado. Dejó una salida dubitativa que pudo aprovechar Gragera.
Fran Gámez (7): Dio vuelo y altura al Real Zaragoza desde el carril, como viene siendo habitual. Ató en corto a Aitor García, aportó metros, recorrido y pulmones.
Lluís López (9): Sobresaliente actuación del ’24’ blanquillo. Lidió muy bien con Djuka, quien busco con él un emparejamiento físico más igual. Suplir a Francés no era fácil y el canterano del RCD Espanyol está saldando esta prueba de fuego con nota.
Jair Amador (8): Sin el duelo directo con Djuka, pudo ser el corrector de una zaga que tiene en él al estandarte por excelencia. Volvió a agradecer el paso atrás de Jaume Grau para liberarse en salida de balón.
Gabriel Fuentes (7): Mantuvo la línea de lo visto en Ponferrada y el colombiano firmó una puesta en escena en La Romareda esperanzadora. Exhuberante físicamente, aguerrido en defensa y presente en ataque.
Jaume Grau (8): Es el metrónomo del Real Zaragoza, el núcleo de la columna vertebral. Esencial en salida de balón, ya con ese rol entre centrales muy interiorizado, con un despliegue físico superior, gran capacidad para ganar duelos. Grau encapsula todo lo que Carcedo quiere de su pivote. Sigue siendo el talismán blanquillo.
Manu Molina (6’5): Se vio por tramos al Molina de Ibiza y pudo estrenarse como blanquillo con un trallazo que el larguero repelió. De menos a más, ganó peso en el segundo tiempo. Acabó agotado y fue sustituido por Petrovic.
Sergio Bermejo (7): En el final del primer tiempo pudo mostrar que tiene una clara zona de influencia desde la que brillar: detrás del delantero. En banda entra menos en juego y así ocurrió. Cuando tuvo que hacerlo, determinado y clarividente. Asistió a Mollejo.
Valentín Vada (7’5): Fluyó el Real Zaragoza en el segundo tiempo gracias, en parte, al ritmo que le imprimió el argentino. Pese a que paso algo inadvertido en la primera mitad, Vada fue el nexo de unión del bloque defensivo con el ofensivo que los blanquillos necesitan.
Víctor Mollejo (7’5): Reivindicativo, voluntarioso y trabajador. No brilló en la faceta asociativa pero fue decisivo en el resultado. Pudo serlo todavía más, pero no atinó en la definición tras haber ya conseguido su primer tanto.
Giuliano Simeone (7): Se vació como de costumbre, fue el agitador de la zaga sportinguista y, aunque no vio portería, volvió a firmar una notable actuación. Se ha vuelto un futbolista imprescindible en este equipo y así se lo reconoció la afición.
Cambios del Real Zaragoza
Miguel Puche (6): Suplió a Mollejo en la banda izquierda y sumó minutos de calidad. Es parte de la rotación de confianza de Carcedo y en cada actuación destaca por las mismas aptitudes: valentía y descaro.
Francho Serrano (6): Amarró el centro del campo y fue una ayuda defensiva más natural que Vada para Grau y Molina. Con balón, mejorable, sin él, una bombona de oxígeno.
Gaizka Larrazabal (6): Aportó la frescura que Bermejo ya no tenía y pudo anotar, pero su disparo lo repelió Mariño.
Iván Azón (SC): Su presencia durante los últimos diez minutos redondeó la noche.
Petrovic (SC): Apareció en el partido en el descuento, sustituyendo a Manu Molina.
Entrenador:
Juan Carlos Carcedo (8): Con el partido de hoy y el de Ponferrada del pasado domingo, el técnico riojano ha demostrado que su lectura durante el último partido en La Romareda ante el Lugo fue un lapsus puntual. Supo, de nuevo, qué piezas tocar y el momento exacto en el que debía hacerlo. Las actuaciones de Lluís López, Mollejo o Fuentes lo respaldan y el rol que le ha dado a Jaume Grau es impecable. Quiso dominar y lo logró con el balón como argumento principal y supo defenderse en su campo, con un bloque bajo y junto, en momento finales de nerviosismo y sufrimiento.