El Real Zaragoza empató en la última jugada frente al Amorebieta, con un gol que nunca pudo ser de otro. Azón se colgó del aire cuando el Zaragoza había llenado de centros insustanciales el área. Fran Gámez dibujó desde la derecha el mejor de todo el segundo tiempo. Y La Romareda entera celebró el empate del Zaragoza, que fue media derrota de JIM y una victoria completa de Azón.
Cristian Álvarez (5): El Zaragoza le necesitó menos que en Cartagena y el portero, quizá más desenchufado, cometió un error de bulto. Guruzeta perdonó y Álvarez respiró lo que no está escrito. En el tanto del Amorebieta no pudo hacer mucho más que la estatua.
Fran Gámez (6): Arregló un partido caótico en su última jugada. Vada ganó el balón para él y, en el tiempo de las prisas, centró con mimo y con pausa. El gol del Zaragoza cambió el relato final y también su partido.
Lluís López (4): No hubo grandes amenazas en su zona pero tampoco se mostró demasiado seguro. Lo mejor de su partido llegó en ataque, con un pase de zurda y un amago de remate.
Jair Amador (5): Sin fisuras durante muchos minutos, aunque desubicado en el peor momento del Zaragoza. Llegó un segundo tarde al remate de Óscar Gil y no peinó a gol ninguno de sus cabezazos en el área contraria.
Pep Chavarría (6): Empezó suelto, explosivo, inspirado. Tiró caños y algún regate interesante. Perdió pie y vuelo en muchos centros, pero estuvo cerca de encontrar el remate a gol de Borja Sainz. No importó que no se supiera si lo suyo era un centro o un disparo.
Alberto Zapater (4): Falto de ritmo, de actividad y de pulso competitivo. Incluso pareció que su confianza en su juego también ha menguado. Aunque no siempre fuera bastante, se dejó todo lo que tiene.
Valentín Vada (5): El argentino sigue sin estar inspirado y sin parecerse al jugador que llegó a Zaragoza. Esta vez puso más de su parte y quiso probar suerte desde cualquier lado. El partido se le hizo eterno, pero en el descuento llegó su mejor momento. El árbitro corrigió su expulsión y Vada ganó un balón dividido que parecía intrascendente. No lo fue. Gámez y Azón lo convirtieron, poco después, en el gol del empate.
Sabin Merino (4): Llegó más a zona de remate y pudo marcar en dos cabezazos. Mostró que su mejor virtud no es estar, sino aparecer por sorpresa. Por lo demás, sigue vacío de gol y de instinto.
Borja Sainz (7): Fue el mejor del Zaragoza hasta que JIM decidió retirarle. Profundizó por el costado, jugó siempre hacia adelante y lanzó centros tensos, en busca del remate. En una jugada que él mismo fabricó, se topó con el palo. Sin un motivo claro, JIM decidió sentarle.
Álvaro Giménez (4): Se ofreció lejos del área, jugó de primeras y de zurda. No intuyó ningún disparo y no fue una gran amenaza para nadie.
Cambios del Real Zaragoza
Iván Azón (8´5): Ahora mismo, es el futbolista más definitivo del Zaragoza. Solo hay algo mejor que un goleador y es un goleador en racha. Iván Azón no protesta y responde con tantos a la injusticia. Elegido por el juego, trazó una diagonal y conquistó el aire. De cabeza, marcó los tiempos y firmó un gol de otro partido. En su celebración, hubo felicidad y zaragocismo.
Miguel Puche (5´5): El partido era una absoluta locura y Puche no encontró esta vez su sitio. En un equipo sin centro del campo, no hubo demasiado espacio para sus aventuras. Solo un disparo lejano que se quedó en el intento
Carlos Nieto (4´5): JIM le utilizó para reforzar la banda, en un contexto complejo para cualquiera. Cumplió, ante la amenaza de Álvaro Peña, sin grandes acciones ni grandes desastres.
Nano Mesa (SC): Salió en el último suspiro. Lo intentó, con fe, pero sin tiempo.
Entrenador
Juan Ignacio Martínez (3): Como era de esperar en su once, eligió la experiencia y desestimó a la cantera. El Zaragoza fue perdiendo paulatinamente el medio y JIM, inmóvil, no supo ponerle remedio. Pero ese no fue su mayor error. El técnico sigue condenando a Azón a una suplencia que nadie entiende. Parece ya una cuestión de tozudez. O una distorsión de la realidad, en la que JIM se siente un visionario.
Azón no protesta y se deja la vida en cada duelo. Incluso ante pesadas injusticias que ya no responden al juego. Mientras JIM le reserva el papel de extra a su mejor protagonista, Azón marca goles definitivos en los descuentos. Ahora mismo, nadie puede pararle. Ni siquiera su propio técnico.