El Real Zaragoza consiguió una victoria redonda ante la SD Huesca, en una de las noches más felices de los últimos tiempos. El triunfo se alcanzó en el primer tramo del encuentro, cuando el equipo de Escribá se comportó como un vendaval. El Zaragoza arrasó en la puesta en escena y construyó la victoria en torno a la identidad zaragocista. Francho Serrano lideró al equipo, Francés se consolidó en el once y Alberto Zapater fue un capitán ejemplar.
Arriesgó Escribá y le premió el fútbol. No hubo nervios en el estreno de Rebollo, que resolvió bien todas las pruebas del Huesca. Simeone y Bermejo mostraron que están hechos a la medida exacta de los grandes partidos y el Zaragoza completó la mejor actuación del curso. En el tramo final, ante la sentencia de Vada, La Romareda se llenó de color y de felicidad.
Dani Rebollo (7): Su lugar en el partido no era sencillo. Debutaba en el fútbol profesional en la cita más señalada del curso. Apareció allí, sin temblar en el juego aéreo, para consolidarse como el mejor relevo de Cristian Álvarez.
Fran Gámez (5´5): Discreto en ataque y correcto en defensa. Guardó la marca ante la amenaza de Vilarrasa y no dejó que hubiera demasiadas huellas en su banda.
Alejandro Francés (7´5): Intenso, concentrado y puntual en todos sus cruces. Era consciente de que era para él y para todo el grupo el partido más importante del curso. Anticipó y ganó todos sus duelos. Por primera vez en la temporada, fue el Alejandro Francés de siempre.
Jair Amador (6): Domina el aire y todos sus secretos. Se complementa con Francés, como esas parejas de músicos que saben siempre la canción que toca, que se entienden solo con mirarse.
Gabriel Fuentes (6): Mostró mayor rigor y disciplina en el partido. Medirse a Gerard Valentín es siempre un desafío, pero Fuentes sorprendió por su madurez en los duelos.
Alberto Zapater (8): Conoce su oficio y las claves de todos los partidos. En su fútbol hay experiencia, liderazgo y sabiduría. Su cabeza alcanza los lugares a los que ya no llegan sus piernas. Enseña zaragocismo en cada partido.
Francho Serrano (9): Firmó su mejor partido del curso y uno de los goles más especiales de toda su carrera. Desordenó el partido, lideró a través de la conducción y batió todas las líneas con su juego. Escribá le ha dado las llaves del juego y Francho mostró ayer su condición de mediocampista moderno.
Sergio Bermejo (7): Fino, inspirado y con un regate que nadie más tiene. Leyó los desmarques, culebreó y mostró su habilidad en el último pase. No hubo rastro de sus molestias y probó su talento en un gran escenario.
Valentín Vada (6´5): Fue un futbolista de equipo: comprometido, eficaz, aplicado en el retorno. Encontró su premio en el descuento y coronó su partido desde los once metros.
Víctor Mollejo (7): La tensión del duelo le sentó bien. Alimentó su sociedad con Simeone, ganó duelos y tomó grandes decisiones en las jugadas. Es otro con Fran Escribá.
Giuliano Simeone (8): Giuliano es mucho más Simeone en los grandes partidos. Sacó de punto a Pulido en los duelos al espacio, incomodó en la presión, venció en las disputas y volvió a marcar. Maneja el arte del rechace: para él ningún balón está perdido, todos tienen su valor y su sentido. En su gol, ejerció de matador. En el momento de la verdad, volvió a mostrar que en su fútbol hay mucho corazón y algo de gloria.
Cambios del Real Zaragoza
Puche (5´5): En su salida al campo, fue un arma del Zaragoza a la carrera. Peleó y estuvo comprometido en el retorno.
Jaume Grau (SC): Contra todo pronóstico, ha perdido su lugar en el once. No era un partido hecho para los pies más finos, sino para las piernas más fuertes.
Eugeni Valderrama (SC): Entró en el descuento, a tiempo para celebrar el triunfo desde el césped.
Lluís López (SC): Francés ha recuperado su sitio y López solo participó cuando ya estaba todo dicho.
Entrenador
Fran Escribá (8): Su Zaragoza sabe ganar y sigue sin perder. Fue valiente en la cita más esperada y eligió a Rebollo en la decisión más sensible de todo el partido. Entendió que su equipo necesitaba canteranos, jugadores que manejaran la carga emocional del partido. Utiliza la sensatez en sus decisiones, la tranquilidad en el momento en que a otros les afectan las prisas. Ha mejorado el fútbol de todos y el esqueleto del equipo cada vez es más firme. Los jugadores de ataque son otros bajo su tutela: Francho Serrano, Sergio Bermejo, Giuliano Simeone o Víctor Mollejo vuelan ahora en todos los partidos.
El Zaragoza fabricó la tormenta perfecta en el inicio, en un estadio lleno de color y en un mágico estado de trance. Por primera vez en mucho tiempo, La Romareda fue una fiesta.