ZARAGOZA | El Real Zaragoza empató ante el Burgos en un partido marcado por el Cierzo y las limitaciones del grupo en ataque. Solo Bebé ofreció cosas distintas: disparo e intención en un partido sujeto a la táctica más que al fútbol. El Burgos ejerció su plan, jugó su partido, compacto pero no bonito, para lograr un punto en La Romareda. El Zaragoza logró recuperar la solidez defensiva y no encajó por primera vez en tres partidos. Aún así, el empate no deja en buen lugar al equipo de Escribá, pendiente de otros para no acercarse al descenso. No hubo reacción y sí demasiado aburrimiento. El viento se llevó más cosas de las que dejó en La Romareda.
Cristian Álvarez (5): Correcto y firme en los disparos desde la distancia, también en un golpeo de Curro Sánchez que se complicó en el sol y sombra. Más allá de eso, el Burgos no le exigió en exceso y vivió un partido sin sobresaltos.
Marcos Luna (6): Se estrenaba como titular y el lateral mostró que no le pesa el escenario. Guardó la marca y limitó sus progresos, con la intención de soltarse más en sus próximas oportunidades. Solo necesita eso: tiempo y partidos para ser el dueño del carril.
Lluís López (5): Estuvo mejor en los duelos y llegó a tiempo a los despejes. Sigue siendo poco contundente en los balones divididos, pero contribuyó a mantener la portería a cero. Todo indica que está por delante de Francés en el nuevo ranking de Escribá.
Jair Amador (5): Sobrio por alto y más lúcido por bajo. Defendió bien el área y no sufrió tanto a campo abierto.
Carlos Nieto (6): Su crecimiento en las últimas jornadas tiene mucho mérito, entre otras cosas porque había perdido la fe de todo el mundo. Beneficiado por la escasa competencia, ha tenido tiempo para volver a sentirse importante. Es el mejor Nieto de las últimas temporadas.
Francho Serrano (5´5): Despliegue, entusiasmo y pulso zaragocista. Puso un par de centros prometedores, que se quedaron a un dedo del remate. Recibió golpes por todos los frentes, pero se levantó siempre. Le sigue faltando finura en los metros finales.
Alberto Zapater (5): Generoso y comprometido, se desfondó y cubrió todo el terreno que pudo. Ensayó un disparo desde lejos.
Sergio Bermejo (3´5): Se le espera mucho más de lo que llega. Los parones le sientan mal, como si regresara siempre a la casilla de salida. Inconstante y casi insustancial. Promesa interrumpida.
Tiago Bebé (6´5): Solista, provoca el respeto de los rivales y compañeros. Dejó grandes gestos técnicos, el sello de su calidad. En esta ocasión lo hizo más en el centro que en el disparo. Es el mejor camino para acercarse al gol.
Miguel Puche (3´5): Duele mucho, pero no está para cambiar el ritmo de las jugadas ni la suerte de los partidos. Cabizbajo y errático, necesita creer en sí mismo como lo hacía antes.
Giuliano Simeone (4): Frustrado, mejora el juego hasta que la acción se acerca al remate. Allí se nubla y se obceca, derrotado en una lucha interna. Tiene que mejorar en los controles y no vivir todas las jugadas al borde del infarto.
Cambios del Real Zaragoza
Pau Sans (6): No tuvo muchos contactos con el balón, pero se ofreció y buscó la mezcla con Giuliano Simeone. En el tramo final olió la sangre en una salida caótica de Caro. Volvió a rozar el gol. Su fútbol no es solo ilusión, también son ocasiones.
Valentín Vada (4): Relegado al banquillo, aportó poco en su entrada al campo. Confuso.
Fran Gámez (4): El equipo no progresó mucho con su llegada. Luna le empieza a ganar la partida y parece demasiado consciente de ello. Se cargó con una tarjeta que acarrea suspensión.
Jaume Grau (5): Escribá le volvió a dar una oportunidad en los minutos finales. Acusó la inactividad y se espera que vuelva a ganar peso en el juego y confianza en el curso.
Entrenador
Fran Escribá (5): Su equipo detuvo la hemorragia, pero no logró una reacción definitiva. El técnico utilizó a Luna por aclamación popular y el canterano le convenció con su despliegue y su rigor defensivo. Los cambios llegaron en el punto en el que las cosas pueden cambiarse, pero su equipo eligió el centro a ninguna parte.
La película, por mucho que se le busque un título inmortal, tuvo un desarrollo conocido, previsible. Y el empate se hizo más válido en Las Palmas que en Zaragoza. La mejoría defensiva no esconde los defectos del grupo, estancado en el ataque posicional, con Bebé en el lugar de un salvavidas. El fútbol de ataque empieza y acaba con el portugués y su disparo no siempre puede ganarle al viento.
Yo no creo que el Burgos viniera a empatar. Está tocando los puestos playoff, y sino hizo más fue porque el RZ trabajó bien para no permitirlo.