El Real Zaragoza logró ante la Ponferradina el primer triunfo del curso y lo hizo en una tarde redonda de Simeone. Giuliano se ha convertido en un delantero total. Es un jugador fresco, batallador, capaz de ganar partidos por sí mismo. Recién llegado al fútbol profesional, convirtió El Toralín en su jardín particular. Le acompañó además un equipo serio, que leyó el partido y sus secretos con Jaume Grau al mando. Carcedo acertó de pleno donde antes había fallado y creó el contexto ideal para el juego entusiasta de Simeone y para un equipo entregado. El Zaragoza sufrió para vencer y se recuperó tras un gol impecable de Nwakali. En un encuentro que tuvo un solo nombre, el Zaragoza supo ganar el partido dos veces.
Cristian Álvarez (7): El Zaragoza le necesitó pronto, para negar el espacio y el gol a Derik Lacerda. Se deshizo así del mal trago ante el Lugo. Mostró seguridad y fortaleza siempre y nada pudo hacer ante la bomba inteligente de Nwakali.
Fran Gámez (5´5): Menos suelto que en muchos de sus partidos, fijó la marca y entendió que el Zaragoza le necesitaba más para defender que para atacar. Tembló ante la aparición de Lukaku pero supo rehacerse casi siempre.
Lluís López (6): Firme en defensa, sigue sufriendo en la estrategia. Aún así, ha entendido que tiene un lugar clave en el grupo mientras Francés no esté. Correcto y sin fisuras.
Jair Amador (7): El plan de Carcedo le benefició en El Toralín. El grupo se construyó desde atrás y él se colgó del aire para despejarlo todo.
Gabriel Fuentes (7): Completó un gran debut. Sin alardes en el primer tiempo y más liberado en el segundo. Demostró que en su juego hay condiciones y recursos. Dejó algún gesto técnico muy prometedor en la segunda mitad y se vació por completo.
Jaume Grau (8): En este Zaragoza es imprescindible. Lee el partido y sus momentos; construye, ejecuta y recupera. En la primera mitad se le vio como nunca, con el manual del partido en su cabeza. Se desfondó en la segunda. No puede faltar.
Manu Molina (6): La compañía de Jaume Grau le hace mejor futbolista. Estuvo más lúcido con el balón y abarcó más terreno. Le falta riesgo, pero tiene juego.
Sergio Bermejo (6): Curiosamente, Carcedo le hizo jugar más que nunca en uno de sus partidos más discretos. Si no tuvo tanto protagonismo en ataque, se le vio comprometido en fase defensiva.
Valentín Vada (7): Jugó su mejor partido del año. Maduro, intuyó bien el fútbol entre líneas y se entendió con Simeone. Perdonó, eso sí, una ocasión imperdonable.
Víctor Mollejo (6): Estuvo voluntarioso e implicado, pero poco fino en la resolución de las jugadas. Puso su intensidad al servicio del equipo, pero a su juego todavía le falta brillo.
Giuliano Simeone (9´5): La tarde fue solo suya. Mostró clase y todos sus recursos en el área en el primer gol. En el segundo, tuvo el don de la oportunidad y el hambre que ya le distingue. Fabrica ocasiones para él y para el resto. Es capaz de ganar todos los duelos, como si en su carrera se escondiera la fuerza de un huracán. Nadie pudo pararle en el enfrentamiento directo y en este Zaragoza todos los goles son suyos.
Cambios del Real Zaragoza
Miguel Puche (6): Carcedo le situó en el campo en el tramo final, al ver que su carrera podía ser prometedora. Tuvo el gol de la sentencia en sus botas, pero el palo y Amir le privaron de esa suerte.
Francho Serrano (6): Jugó el tramo final del encuentro, cuando el equipo necesitaba sus piernas. Se ofreció en todo, como lo hace siempre.
Gaizka Larrazabal (6): Compartió tiempo con Francho Serrano y recorrió bien su banda en los escasos minutos que tuvo.
Petrovic (SC): Apareció en el partido en el descuento, cuando el Zaragoza necesitaba sus centímetros
Carlos Nieto (SC): Reforzó el costado izquierdo al final, para anular los centros de La Ponfe. Fuentes le ha robado el sitio en su primera oportunidad
Entrenador:
Juan Carlos Carcedo (8): Diseñó el partido que el Zaragoza necesitaba. Entendió que el marcador se resolvería a la carrera y no al pie y superó a José Gomes en la pizarra. Entre sus virtudes también estuvo retrasar los cambios y dar confianza a sus titulares. En su plan, Jaume Grau fue el mejor testigo y Giuliano Simeone el actor principal. Carcedo se entregó al argentino y protegió al Zaragoza cuando la ventaja ya era suya. El equipo aragonés tiene en Simeone a un jugador voraz, veloz y con ganas de ser importante en este juego. Carcedo le ha dado vuelo y para este Zaragoza tiene hoy un valor incalculable.