El Zaragoza empató de nuevo, como si el bucle de este equipo se escribiera siempre desde las tablas. En unas fechas señaladas, el guión del partido pareció propicio para que las fiestas visitaran también La Romareda. Pero donde Iván Azón marcó, falló después todo el Zaragoza, perjudicado por los movimientos que hizo su técnico. El inicio soñado se convirtió en un partido ya visto. En la segunda mitad el Oviedo se aplicó y el Zaragoza menguó, con la complicidad de un Carcedo que falla siempre en las decisiones más sensibles. En una ciudad llena de gente y de color, La Romareda dejó hace tiempo de ser una fiesta.
Cristian Álvarez (4): En la primera mitad, resolvió con clase algunos de los intentos del Oviedo. Pero cometió un error de bulto en el tanto del empate. El obstáculo de Borja Bastón fue suficiente para dejar un rechace vivo en el aire. Montoro resolvió y Cristian no pudo celebrar su renovación con una actuación a la altura de su magia y de su nombre.
Gaizka Larrazabal (4´5): Carcedo le ubicó en el lateral derecho, para dar profundidad y mejorar las opciones en el centro. Solo tuvo algo de peso en el último tramo del primer tiempo y acabó sustituido en el segundo, vestido de extremo y triste, mirando al suelo.
Lluís López (4´5): Su presencia no ayuda a coordinar la defensa. Con él sobre el césped se producen más desbarajustes, aunque no tengan siempre su incidencia directa. Ya con el empate, dibujó una bonita asistencia para Bermejo.
Jair Amador (5): Fiel a sus citas por el aire, sigue dominando esa suerte. Tuvo que salir mucho de zona y lejos del carril central, es menos determinante en la defensa.
Gabriel Fuentes (3): Las mejores ocasiones del Oviedo llegaron en fallos de su marca, en despistes tan claros como frecuentes. Le falta disciplina defensiva y mayor jerarquía en ataque.
Radosav Petrovic (6): En el tiempo que estuvo sobre el césped mostró su experiencia y su lectura de los partidos. No está rápido y nunca lo será, pero tiene sentido táctico y le da vuelo a los interiores. Se cargó con una tarjeta y Carcedo, más cobarde que generoso, le retiró en el descanso.
Jaume Grau (5´5): Clave en la primera mitad y discreto en la segunda. Hubo fútbol en sus botas y la sensación de que llegaba a tiempo a todas sus disputas. Torció su rostro en el segundo acto, como todo el Zaragoza.
Valentín Vada (5´5): Afinó en el centro y pareció mejor futbolista que ante el Eibar. Aún así, ya no se asoma en las áreas y su partido acabó antes de tiempo.
Giuliano Simeone (6´5): Siente el fútbol y lo huele mejor que el resto. Estuvo listo y pillo en la acción del gol, convirtiendo un saque de banda normal en una asistencia con la mano. En la segunda mitad, lo intentó más que nadie, aunque fuera sin éxito.
Iván Azón (7): Se estrenó en el curso y se pareció más que nunca al Azón de siempre. Resolvió la asistencia de Simeone con un bonito sombrero y durante muchos minutos sacó partido de todas las disputas. Su cambio provocó el enfado de la grada.
Cambios del Real Zaragoza:
Manu Molina (4): Insustancial, el declive del equipo en el partido coincidió con su entrada al campo. La culpa no es solo suya, pero el partido ante el Oviedo mostró que a este nivel no es imprescindible.
Fran Gámez (4´5): Suplente por primera vez en la temporada, se despista con facilidad en la marca y ya no progresa como antes por el costado. La competencia más real, Vigaray o Luna, sigue a la espera de una oportunidad de Carcedo.
Miguel Puche (5´5): Ha perdido un punto de frescura en esta temporada, pero lo intenta siempre sin ningún complejo. Su momento llegará, pero necesita hacerse, con más tiempo y confianza.
Sergio Bermejo (5): Tocado durante la semana, acudió al partido cuando ya estaba en marcha. Una vez en el campo, tuvo poco protagonismo en el encuentro. Cayó en fuera de juego en un gol que hubiera significado la victoria. No midió la línea y su asistencia quedó invalidada.
Alberto Zapater (6): Su estreno en la temporada llegó muy tarde y pudo marcar el gol del triunfo. Tomeu Nadal le negó el tanto a él y la celebración a La Romareda con su parada.
Entrenador:
Juan Carlos Carcedo (3): Acertó en el plan inicial, cuando reforzó con sentido su media. Petrovic fue la pared maestra, Grau y Francho mezclaron y trasladó a Azón y Simeone al centro del escenario. Esa propuesta mejoró al Zaragoza pero él mismo se encargó de desmontarla. El técnico sigue acostumbrado a deshacer sus aciertos con errores.
Todo lo que hizo tras el descanso fue un gran sinsentido. En busca del triunfo, prescindió de Azón y no incluyó una referencia en ataque. El equipo eligió de nuevo el camino más simple y no hubo grandes remates para una treintena de centros. Carcedo está en el foco de todo el mundo y no se sabe si el técnico teme por su puesto. Experto en analizar todos los datos del mundo, a su labor le falta olfato y emociones. De hecho, en pleno octubre se sigue sin saber si Carcedo siente o padece.