ZARAGOZA | El Real Zaragoza le venció al Leganés en el partido más feliz de 2023. Giuliano Simeone desatascó el encuentro en un eslalon memorable y al gol del delantero le siguieron los de Vada y Puche. El triunfo sirvió para reparar la imagen del grupo, en un encuentro bien jugado, que se puso a favor en una acción que define a Simeone. En la carrera se mezclaron la fe y la velocidad, el hambre y la improvisación, la voluntad y la sutileza. Guerrero como siempre y más artista que nunca, Simeone firmó el gol más bonito de su carrera. Al mejor solista del curso le siguió después una gran actuación colectiva.
Cristian Álvarez (6´5): Sus gritos se oyen desde la distancia y sus paradas siguen siendo vitales para el Zaragoza. Mostró liderazgo y seguridad en el arranque del partido, en el peor punto del equipo de Escribá. Detuvo los intentos del Leganés cuando el partido ya estaba vencido y lo hizo con alguno de sus milagros.
Marcos Luna (6´5): Aporta profundidad, carrera y rigor en la marca. Se le ve concentrado y cada vez más suelto. Gana la línea de fondo con la misma naturalidad con la que se ha hecho con el puesto. Su rendimiento deja una lectura final: solo necesitaba partidos.
Alejandro Francés (7): En su regreso a la titularidad, mostró todas sus condiciones. Estuvo veloz en los cruces, atento en la defensa del área y anticipó con personalidad. Necesario.
Lluís López (6´5): Cada vez más seguro de sí mismo, ahora es una pieza estratégica para Escribá. Mostró contundencia, una de esas virtudes que parecían de otros y que ahora le definen a él.
Carlos Nieto (7): Feliz y liberado, vuelve a disfrutar del fútbol y de la banda. Manejó el balón con acierto y asistió a Puche en el último tanto. Escribá ha conseguido algo que parecía imposible: le ha recuperado.
Jaume Grau (6): Le costó hacerse con el mando del juego en el inicio del partido. Cuando estaba cómodo en la creación, tuvo que ser sustituido. Su lesión no puede ser más inoportuna.
Alberto Zapater (6): Líder, sigue siendo un complemento ideal en el plan de su técnico. Nunca fue fino, pero siempre será ejemplar.
Valentín Vada (6´5): No estaba firmando el mejor de sus partidos, pero buscó el gol y las zonas de peligro. Asier Riesgo le detuvo el penalti en primera instancia, pero el argentino llegó a tiempo a su propio rechace.
Tiago Bebé (6´5): Buscó el disparo desde cualquier lugar. No afinó en el lugar de sus remates, pero sí que leyó bien el partido y el juego colectivo. Estuvo en el germen del tercer gol.
Miguel Puche (7): Cuajó un partido completo y marcó el gol definitivo. El canterano necesitaba ambas cosas, para liberarse de esa presión que le atenaza esta temporada. En su celebración hubo alivio, felicidad y hasta un punto protocolario: abrazó a sus compañeros uno por uno, como si quisiera repartir su propia alegría.
Giuliano Simeone (9): Lo cambió todo con una jugada que solo está a su alcance en este equipo. Repitió la acción del Anxo Carro pero cambió su suerte al final, con una definición sutil. Antes, había escapado de un laberinto y se había deshecho de un mar de piernas. Siempre por el carril central, en un hueco que no existía. Fue el principio y el final de todas las cosas: ganó duelos, corrió y pensó en sí mismo y en el resto.
Cambios del Real Zaragoza
Sergio Bermejo (5´5): Perdió la titularidad en beneficio de Vada y el equipo no le echó en falta. Cuando entró, se le vio más fino que en Lugo, mejor en el desborde.
Tomás Alarcón (6´5): La seriedad del Zaragoza en la segunda parte se entiende mejor desde su entrada. Sensato y cuidadoso, no cometió ninguno de esos errores que le han marcado en su llegada a Zaragoza. Útil.
Pau Sans (6): Su entrada siempre despierta ilusión y un punto de expectación colectiva. Rondó la ocasión en el último tramo y miró con admiración la actuación de Giuliano Simeone.
Eugeni Valderrama (5´5): Dejó detalles en su entrada. Es una pena que con su facilidad para jugar al fútbol no muestre nunca una ilusión especial por jugarlo.
Entrenador:
Fran Escribá (7): Tras un inicio chato, poco tenso de los suyos, Escribá dibujó el mejor contexto para Simeone. Con tiempo y espacio para correr, el argentino supo cambiarlo todo. En la segunda parte, el técnico consiguió que su Zaragoza tuviera un rostro maduro, muy competitivo. Su equipo ganó con claridad, en la tarde más feliz del curso. Al mejor solo le siguió la más seria de todas las orquestas.
Echo d menos valorar el trabajo solidario defensivo de los medicentros Grau, Zapa y Alarcon yendo a ayudar a la defensa ahogar a rivales , y cubriendo las espaldas de los laterales. Alarcon tiene mucho genio y despierta a sus compañeros si es necesario cuando descuidan las marcas. El no encajar mucho mérito de la defensa y los mediocentros. El Leganés tiene una señora delantera y llego a poner a todos los delanteros. Pau está empezando a sufrir la diferencia física en los duelos directos pero no se achanta. Acertó con dejar a Jair en el banquillo, más lento para seguir a delanteros rápidos como Muñoz y Arnáiz. Mucha razón en lo de Eugeni, pero nos dio unos minutos en los que que ayudó a mantener la posesión.