25.000 razones para luchar

Sábado, 20 de agosto de 2022. ¿Lo escuchas? Son los pitidos de los tornos de la entrada de Grada Este. Ya huele a césped y fútbol de antaño. Los niños suben ansiosos las viejas escaleras agrietadas del Municipal, y los más mayores ya se engalanan con sus bufandas rodeando las gargantas que gritaron en París. Ya resuenan los bombos, y también el griterío de Gol de Pie. De aquellos que defienden al Real Zaragoza.

Vuelve el fútbol a la Romareda, y con ello, uno de los cánticos que mejor definen la situación actual de todo aquel de corazón blanquillo. El “Zaragocismo, en las buenas y en las malas” toma más sentido que nunca en este 2022. Décimo año de un histórico del fútbol español en Segunda División.

Si buscásemos la palabra fidelidad en el diccionario, lo más probable es que nos saliese una fotografía de los aficionados del Real Zaragoza siguiendo campaña tras campaña al club. No es para menos, ya que hace escasas horas, salía a la luz la cifra de abonados a pocos días de que La Romareda acogiese al equipo del león en su temporada número 65. ¿La cifra? 24.300. Sí, a 700 de los 25.000.

“Zaragoza tiene mucha población”, “Proporcionalmente no sois tantos…” Que sí, que sí. Solo hay que recordar que en este periplo en Segunda División, el zaragocismo ha vivido el desastre de Palamós, el gol de Araújo, la debacle contra el Numancia, o el inexplicable final de liga con el Covid de por medio. Y si tiramos de memoria, el Real Zaragoza solo ha jugado tres play-offs en diez años, presuponiendo que su objetivo siempre ha sido el de luchar por volver a Primera División.

El Real Zaragoza en sueños

La nueva era en el seno del zaragocismo ha servido de imán para que, en una temporada presentada como “de transición”, el club cuente a 20 de agosto con más de 24.300 abonados. Se presupone que serán más con el paso de las semanas. Una locura que muy pocos pueden entender.

No conocemos los porcentajes, pero muchos de los zaragocistas que este sábado ocuparán de nuevo su asiento en el viejo municipal no sabrán qué es ganar un título. Tampoco lo que es disputarle un balón a todo un Barcelona o Real Madrid, y mucho menos recorrer Europa de norte a sur soñando con rememorar aquella eliminatoria ante el Chelsea.

Porque ahora, el zaragocismo más joven vive de sueños. De soñar con estar entre los más grandes, de pisar la nueva Romareda con el equipo en primera. De volver a donde al Real Zaragoza lo echó el innombrable.

Es la décima en Segunda, pero la tercera en número de abonados. Siempre ha crecido después de una buena temporada. Pero ahora el Zaragoza se presenta con estos números después de dos años coqueteando con el descenso.

Se dispararon los abonados después de rozar el ascenso con Borja Iglesias al mando de la delantera. Y Víctor Fernández tiró de carisma, de nostalgia, y de un tal Shinji Kagawa para acercarse más que nunca a los treinta mil. Una pena el final.

Las redes como reclamo

Si algo ha cambiado en los últimos meses es la comunicación del club. Más moderna, actual, y ajustada a lo que es un club de fútbol en estas plataformas.

La estrategia de presentar a los tres baluartes del zaragocismo, con unas camisetas que presentan más identidad que otras pasadas, ha servido para enganchar al zaragocismo y crear incertidumbre por saber cuál es el próximo anuncio del club.

Además, las interacciones de los jugadores con los aficionados en estas redes hace que todo sea mucho más humano. Es una buena forma de acercar a los ídolos a los más pequeños. O como se dice: “de hacer afición”.

Esto mismo ocurría con Valentín Vada y Daniel, después de que su madre hiciese un llamamiento en Twitter para felicitarle el cumpleaños.

“Hola @valentinvada Hoy es el cumpleaños de mi hijo. Le haría mucha ilusión que tú le felicitaras. Te adora. Perdona por mi atrevimiento. Si no puede ser, también lo entendería. Un abrazo y mil gracias!!!”

A lo que el bueno del argentino le respondió:

“Hola buenas tardes. Con mucho placer, mándame el nombre y te mando el vídeo por privado!!!”

Valentín le mandó una felicitación, y el pequeño tan contento. Gestos así crean zaragocismo. Aunque seguramente, el pequeño empujón hasta los 25.000 tenga que venir acompañado de un delantero que genere ilusión, o una victoria ante el Levante. Pase lo que pase, el Real Zaragoza no estará solo.