10 de mayo de 1995. Minuto 119 de un partido que se encaminaba hacía los penaltis. Arsenal 1 – Real Zaragoza 1. En el Parque de los Príncipes de París. Nayim vio a Seaman, el portero del Arsenal, adelantado y chutó prácticamente desde el centro del campo para notar un gol histórico que dio al Real Zaragoza el mayor título que ha conseguido jamás, la Recopa de Europa.
“Demostramos que en España había un equipo humilde como el Real Zaragoza capaz de ganar títulos Europeos”, nos cuenta Nayim en el canal de Youtube de SPORTARAGÓN. Nayim se convirtió en el gran héroes de esa gesta algo que, asegura, no imaginaba “ni en el mejor de mis sueños”.
“Mi trabajo era ser asistente. He marcado muy pocos goles en mi carrera y al final, me tocó marcar este en una final europea y en el último segundo. Surgió la oportunidad de manera instintiva, casi sin pensar. Son esas ocasiones por las que sientes que estás tocado con una varita mágica. Durante la semana le dije a Aragón y Poyet que Seaman solía estar adelantado. Es algo de lo que no estás pendiente durante todo el partido. Son momentos puntuales. Santi Aragón lo intentó durante el partido y cuando yo lo vi adelantado en el último segundo, lo intenté”, nos cuenta Nayim.
“El balón me vino al pecho, nadie me presionó y no tuve que bajarlo al suelo. Levanté la cabeza y vi a Esnaider y Pardeza que podían estar en fuera de juego. Tuve la duda, pero cuando vi a Seaman adelantado, lo intenté. Todo ocurrió en décimas de segundo”, asegura el ex jugador del Real Zaragoza.
Nayim además nos cuenta que ese gol se lo dedicó a su padre: “Ha sido mi héroe, el espejo donde siempre me he mirado. Ha sido un currante de toda la vida, sacando a toda la familia adelante. Devolver un poco de todo lo que hizo por mi, me hace sentir orgulloso”.
Además del momento del gol de la victoria zaragocista, Nayim también se queda con el gran recuerdo de las celebraciones de ese título: “Estar en el balcón del Ayuntamiento y ver esa marea de bufandas al unísono con los cánticos de La Romareda y Sergi López al megáfono, me pone los pelos de punta solo de recordarlo. No he visto nada parecido en mi vida. Fue extraordinario. No creo que lo viva nunca más. Mirabas abajo y parecía un océano. Increíble”.
Aguado recuerda la Recopa del Zaragoza en SPORTARAGÓN
Xavi Aguado, otro de los jugadores más queridos y recordados de ese equipo que consiguió la Recopa, también se ha pasado estos días por el canal de Youtube de SportAragón. Recordando la final de París, Aguado también tuvo ocasión para haber marcado gol: “Pensé que iba a entrar, pero después de ver cómo terminó el partido, lo hubiera firmado desde el principio”.
La plantilla que consiguió ser campeones de Europa en 1995, ya había ganado la Copa del Rey un año antes. “El mejor año futbolista fue la temporada 93 – 94, pero el año siguiente tuvo el realce de la Recopa. Es una de las cosas que muchas veces comentamos entre nosotros. Aquel equipo tuvo una explosión brutal”, asegura Aguado en SPORTARAGÓN.
Xavi Aguado recordaba además cuáles fueron las palabras de Víctor Fernández en el vestuario tras finalizar los 90 minutos ante el Arsenal con empate a uno y tener que afrontar la prórroga: “Estaba claro que ellos físicamente eran mejores que nosotros. Víctor nos dijo que teníamos que ser fuertes con el balón y evitar las faltas, además de mantener la estructura defensiva. En la prórroga dimos un paso adelante y fue de nuestros mejores momentos de fútbol. Recuperamos el 4-4-2 con el que nos sentíamos más equilibrados. Merecíamos habernos llevado la victoria antes
Cedrún, una promesa cumplida
Un año antes de lograr la Recopa, el Real Zaragoza celebró desde el balcón del Ayuntamiento la Copa del Rey de 1994. Allí, sin previo aviso a sus compañeros, Andoni Cedrún prometió a la afición regresar un año después con el título europeo. “Andoni lanzó un órdago muy grande delante de la afición. A nadie se le pasó por la cabeza decir que íbamos a ganar la Recopa, solo a Andoni”, afirma Aguado.
“Nos metió un marrón del copón. Tras ganar la Copa del Rey, el objetivo de meterse en Europa estaba cumplido, pero tras la eliminatoria del Feyenoord en la Recopa sí pensamos que podíamos conseguirlo. Ese equipo era capaz de cualquier cosa”, asegura Nayim.
Cedrún siempre vio claro que esa plantilla zaragocista debía triunfar en Europa: “Siempre he pensando en segundas oportunidades. He dicho que esa calidad que tenía el equipo nos debía colocar al mismo nivel que Los Magníficos. Aquel grupo no podía quedarse con un título nacional solo, no podía irse de la historia sin ganar uno europeo porque quería compararse al mejor equipo que había tenido el Real Zaragoza”.
Belsué, Solana e Higuera: ¿Cómo vivieron las celebraciones?
Y tras conseguir la Recopa, llegó el turno de celebrarlo en Zaragoza con la afición blanquilla. “Fue increíble. Desde el aeropuerto hasta Zaragoza había gente andando, en moto y en coche. Cuando llegamos a la entrada de la ciudad todo era un hormiguero. Estaba toda Zaragoza en la calle como si fuera una manifestación y nos costó llegar al Pilar una barbaridad”, asegura Higuera.
Belsué recuerda con emoción la llegada del equipo al aeropuerto y la multitud que se agolpaba para recibir a sus ídolos en la Plaza del Pilar: «”Estaba todo lleno de gente desde el aeropuerto, 8 kilómetros de caravana con coches, motos y gente en los arcenes. La pena es que entonces no había autobús descapotable. Al llegar a Zaragoza estaba todo abarrotado. El Pilar era una pasada con una marea de gente que fue el doble del año anterior en la celebración de la Copa contra el Celta. Esta vez ya no cabía más gente”.
Hasta 100.000 personas vivieron esa celebración que para Solana también es inolvidable: “Vivir un momento histórico, aunque sea en el aspecto deportivo, une mucho a la gente. Al ver la emoción del partido hubo muchas personas que se apuntaron a la celebración porque era algo de la ciudad, no sólo un evento deportivo”.
Unos 25 años de la Recopa de Europa del Real Zaragoza que se tiñen por el estado de alarma provocado por el coronavirus. El Real Zaragoza tenía previsto reunir a todos los jugadores de aquella mítica plantilla en París para celebrarlo. Unas celebraciones que, de momento, deberán esperar.