El sprint del esquí de montaña es ávido a la sorpresa. Los favoritos está claro que son los que más papeletas tienen para ganar, pero cruzar primero la línea de meta no es solo una cuestión de potencia. La técnica influye. Y cómo se hace uno al frío entre las rondas. Y al viento. Y cómo canaliza la explosividad de la fuerza. Si ha guardado fuerzas o ha podido guardarlas. Muchas cosas para meter en una coctelera que deja un espectáculo de montaña tremendo.
La estación de esquí de Cerler es este fin de semana escenario del Memorial del Recuerdo. Se ha abierto esta mañana con la prueba de desnivel. Brutal. El trabajo de los voluntarios de Montañeros de Aragón Barbastro, club organizador de la prueba, para enmarcar. No hay palabras para tanto elogio. En el llano del Ampríu, con el mercurio acercándose a los dos dígitos en negativo, con rachas de viento gélidas que dejaban una sensación térmica de menos grados, allí han estado. Para todo lo que hiciera falta. Sin una mala cara y siempre prestos a ayudar. Y con ellos, los currantes de la estación de Aramón-Cerler. Todos ellos han sacado adelante una prueba dirigida por Jairo Lanau, otro de esos ‘benditos locos’ por la montaña. El único lamento, el fuerte viento que impidió ‘vestir’ la salida y meta con arcos, con todo lo que da ‘color y sabor’ a una carrera.
La montaña es lo que tiene. Tan bella como hostil no se puede embridar. Y esta mañana ha sido de esas donde o te gusta o la odias. El sprint -deporte olímpico en Milán-Cortina d’Ampezzo- es atractivo. Aunque no te hayas puesto unas tablas en tu vida. Una salida en crono hacia arriba, una plataforma donde ponerte los esquís a la espalda y seguir para arriba para llegar a otra donde quitarte las pieles de foca de la tabla y lanzarte en un eslalon, rápido, directo a la meta. Han sido 68 metros de desnivel positivo. Parecerán pocos, a algunos incluso escasos, pero en poca distancia ponen el corazón a cien. Y a plenitud de pulsaciones hay que hacerse sitio, trazar bien las ‘zetas’, quitar esquís, correr, ponerte las tablas y descender.
Noel Burgos ha sido el más rápido en línea de meta. Ganó la clasificatoria, la semifinal y la final. Fue el más regular, el que mejor combinó la técnica con la fuerza. “Es una prueba donde no se puede cometer ningún fallo. He tenido que estar muy concentrados y bien colocado desde el principio”, explicó tras ganar. Respecto al frío subrayó la importancia de abrigarse nada más acabar cada tanda, “porque el frío consume mucho”. Su siguiente reto es el Campeonato de España que se celebra en Panticosa y el objetivo es cruzar los Pirineos e ir, por ejemplo, a la mítica Pierre Menta. Noel Burgos, del equipo del Ejército de Tierra, es también un gran corredor de montaña y no esconde que le gustaría estar en las pruebas “más atractivas del Pirineo”. Noel Burgos estuvo secundado en el podio por Diego Gómez y Javier Lamperez. En chicas ganó Paula Sánchez y segunda fue Lucía Sevillano.
Este domingo espera también ser protagonista en la Vertical, cuya organización ultima el trazado debido a que la previsión meteorológica no es la más esperanzadora. Si en un principio la meta estaba en Cogulla, la organización analizaba acortarla hasta Cota 2.000 o llevarla a la pizzería de Rincón del Cielo.
Jairo Lanau estaba tan feliz como exhausto tras la cronoescalada. “Es de agradecer el trabajo de los voluntarios, la colaboración que ha tenido la estación para con la prueba. Los corredores nos han felicitado por lo alpino del recorrido. La verdad es que estamos muy contentos”, indicó.