Tras pisar solamente 13 partidos LEB Oro como canterano del Girona, 2 temporadas después, Peñas Huesca abría a Edu Gatell las puertas de la LEB Oro con su primer contrato profesional en la categoría. El catalán cogía sin dudar la propuesta oscense con las manos abiertas. Dejó un gran recuerdo en la memoria peñista, que en cada visita se traduce en aplausos en su presentación. Todo garra y esfuerzo en la pista, unas señas que ama la afición verdiblanca, razón por la que ocupa un espacio en la memoria de cualquier seguidor que le vio defender la camiseta altoaragonesa.
Huesca siempre está en el recuerdo de Edu Gatell por muchas cosas de muy diversa índole. Tiene un cariño especial a un club que le permitió dar los primeros pasos de verdad en una LEB Oro donde ya es un clásico. Sin dudar, se abre ante la petición de sportaragon.com, concediéndonos una entrevista donde repasamos su etapa en Huesca, en una de las plantillas más prometedoras de todos los tiempos en la categoría. Quién sabe si los caminos de Edu Gatell y del hoy Levitec Huesca se volverán a cruzar en algún momento.
¿Qué tal Edu?, suponemos que como todos, estos días confinado en casa y en tu caso en Castellón bien acompañado ¿cómo has llevado y llevas estos días y en qué ocupas el tiempo?
Todo bien por suerte, tanto por mi familia como por parte de la familia de mi pareja Noemi están todos bien y sanos. El tiempo se hace eterno ya encerrados en casa tantos días. Al principio era algo rara, extraña y un poco la situación después de tantos días, como a la gran mayoría, ya empieza a pasar factura en varios aspectos. El tiempo lo matamos de la manera que podemos, hay que decir que las plataformas digitales nos han ayudado mucho a pasar las horas.
Hablemos ahora de Huesca. Llegas en el mercado de invierno de la temporada 2012/2013 directamente desde la Liga EBA, dando tus primeros pasos en la LEB Oro, además llegando a play-off.
Como dices llegué en el mercado de invierno justo antes de fin de año. Fue una sorpresa ya que estaba pasando unos días en casa de mi madre en el parón de Navidad de la Liga EBA y recibí la llamada de mi agente con la oferta de Huesca y claro esta no pude decir que no. El año anterior ya debuté en Oro con Girona, pero con ficha del primer equipo sí que era la primera vez. Fue un salto brutal de jugar en EBA a Oro, pero he de decir que los compañeros y el cuerpo técnico me ayudaron mucho en integrarme en el equipo y a la ciudad. Apenas conocía la liga ni a los jugadores y no había otra que intentar ayudar al equipo en lo que pudiera. Fue una gran experiencia.
Tras acabar la temporada renuevas, y a pesar de no seguir los que más llevaron las riendas tu primer año como Sandi Cebular o Jamar Samuels, sí continuaban contigo Lluis Costa, Jorge Romero y Jorge Lafuente, algo que ayudaría y forjaría una amistad
La opción de renovar era mi primera, ya que quería continuar en el equipo y seguir jugando en Oro. También empecé a conocer en verano a mi actual pareja Noemi, y al vivir ella en Zaragoza, hacía que renovar en Huesca fuera mi opción perfecta. Al renovar Lluis Costa, Jorge Romero y el gran capitán Jorge Lafuente era más sencillo volver a un equipo conociendo ya parte de sus integrantes. Recuerdo muy buenos momentos junto a ellos y aún ahora mantengo el contacto y hablamos de vez en cuando.
Pero aparecieron otros líderes para la 2013/2014, uno mucho menos conocido que ahora, un joven Pierre Oriola, y un sorprendente e inesperado Marius Grigonis de solo 19 años en su primera experiencia fuera de Lituania. ¿Cómo les recuerdas de esa etapa? ¿te imaginabas que podían llegar donde están ahora?
Los recuerdos de aquel año son muchos y muy buenos. Éramos un equipo joven, con ganas y carácter. La explosión de Pierre Oriola no es algo que nos sorprendiera ya que trabajaba mucho y él solo iba a entrenamientos voluntarios para mejorar en lo que necesitase. Marius Grigonis fue para mií una sorpresa. No lo conocía y ya desde los primeros partidos de pretemporada demostró una gran calidad que pocas veces se ven en una cancha. Quien entendiera de baloncesto sabía que si seguían trabajando duro podían llegar a donde han llegado.
No obstante en aquel Peñas Huesca de la temporada 2013/2014 aún hubo otros dos jugadores que llegarían a ACB, Lluis Costa con quien estuviste toda tu etapa en Huesca y Edgar Vicedo, que llegaba en invierno y cuya explosión fue al siguiente curso ¿qué nos puedes decir de ellos?
Como dices Lluis Costa tuvo su oportunidad en ACB, donde creo que tendría que estar. En esa época ya demostraba sus virtudes y su juego que tanto gustaba y que iba tan bien con el estilo de juego que tenía el Peñas. Y de Edgar Vicedo, qué decir, otro currante que no tenía minutos en Estudiantes y vino con las ganas de crecer y jugar minutos para demostrar que podía estar en la ACB disfrutando de minutos. A la vista está que no le fue muy mal.
Con esa calidad de hasta cuatro futuros ACB y con otros nuevos ingredientes como Javi Múgica, Carlos de Cobos o Nick Washburn con quien coincidiste en Castellón, a toro pasado, parecía normal entrar en play-off, como sucedió, aunque no se avanzaran rondas.
Ese año nos dijeron que no pensásemos en play off, ni salvación, ni nada, que nos dedicásemos a entrenar, a hacer lo que nos decía Quim Costa y jugar como entrenábamos, que los resultados ya vendrían. Compartir vestuario también con Javi Múgica, Carlos de Cobos, Nick Washburn… son unos grandes compañeros y grandes jugadores. Por suerte el año pasado pude coincidir otra vez con Nick y muchas veces comentamos los grandes momentos en Huesca.
Por último, ambas temporadas con Quim Costa, de quien se tiene un gran recuerdo en Huesca ¿cómo le recuerdas?
A Quim Costa siempre le estaré agradecido por la oportunidad que me dio al ficharme en la mitad de la temporada y la confianza de quererme al siguiente año para renovar. Me enseñó mucho de la disciplina en un equipo, en el vestuario y su juego en la pista. No he coincidido mucho con él después de esa etapa, pero a día de hoy si me lo encontrase me gustaría disfrutar de una conversación y comentar esa etapa.
Tras esa temporada aparece la oferta de Melilla, con 3 años a las órdenes de Alejandro Alcoba, sirvieron para asentarte en la categoría.
Al acabar la temporada mi intención era seguir en Huesca porque estaba muy cómodo en la ciudad, en el equipo, mi pareja estaba cerca y la familia también. Melilla desde un principio mostró su interés en ficharme. Se habló con Peñas comentando la oferta que había en la mesa y bueno… al final acabé fichando en Melilla, una opción que me atraía ya que era un equipo de los grandes de la liga y pensaba que eso me haría crecer aun más como jugador.
Los tres años en Melilla hubo de todo. Una gran experiencia al estar tan lejos de los míos, conocer otra dinámica de club, conocer nuevos compañeros. También volví a coincidir con Eric Sánchez, con el cual tenía muy buen recuerdo de la etapa en Peñas. El segundo año fue mi mejor experiencia en la liga ya que conseguimos el ascenso y algo más especial para mí fue conseguirlo en la pista donde empezó mi etapa en la liga, lo cual hace que aun tenga mejores recuerdos de Huesca. Mi último año me ayudo aun más a seguir madurando y creciendo como jugador.
Después, Castellón, donde te encuentras ahora cumpliendo la tercera temporada, pero con un primer año increíble ¿tu mejor temporada?
Llegó verano y Castellón llamó a la puerta con una oferta que me daba una confianza que hasta el momento no me habían dado. Y eso era una de las mayores razones por la cual quise dar el cambio de aires. También el estar más cerca de los míos era algo positivo. Mi primera temporada fue algo que ni yo me esperaba, con la confianza y el estilo de juego de Toni Ten, hizo que fuera un gran año a nivel de estadísticas y de juego. Todo iba bien y ya clasificados para los play-off por primera vez en la historia del club parecía que se acercaba un final de temporada increíble. Por cosas del destino, en el final del segundo cuarto del partido contra Lleida en una jugada en defensa me lesioné de la rodilla e hizo que me perdiera la fase final de la liga, aunque la disfruté de otro modo junto a mis compañeros, animando desde la banda.
Parecía el preludio al año de tu explosión, pero de repente tu tiempo en pista y producción se reducen, y aparecen un invitados indeseados en las dos siguientes temporadas: las lesiones. ¿Quizá el golpe más duro de tu carrera?
La recuperación fue muy dura y más larga de lo que se espera para todos. El equipo no empezó lo mejor que se esperaba ese año, y quizá por forzar a estar lo antes posible hizo que no llegara a estar al 100% y que fuese a remolque casi toda la temporada. Este año empecé con buenas sensaciones y con ganas pero volvieron algunas molestias en la rodilla. Cuando ya por fin parecía que volvía a estar al nivel del primer año, vino otra lesión, para después con el confinamiento solo tener esperanzas de que este parón me ha ayudado a recuperarme del todo y los problemas físicos. Este verano me toca trabajar como nunca para el año que viene, esté donde esté, vuelva a disfrutar del baloncesto como antes, además de seguir creciendo personalmente.
Tristemente la competición se ha detenido por el coronavirus, pero ¿cómo ve el futuro baloncestístico un Edu Gatell con 31 años con 8 campañas en LEB Oro? ¿continuar en la categoría, otras experiencias, extranjero?
Ya con 31 y con 8 temporadas en las espaldas aun sigo con las mismas ganas de jugar que el primer día. Dónde no lo se, si será en Oro, en el extranjero… ni idea, pero tengo ganas de poder volver a jugar como todo el mundo y disfrutar del baloncesto y lo que envuelve este mundo.
Para acabar ¿cómo recuerdas Huesca y qué sientes cada vez que te toca pisar el Palacio de los Deportes como visitante, donde todavía un buen número de espectadores te recuerdan con cariño a pesar de los años pasados?
Tengo muy buenos recuerdos de Peñas y Huesca. Como ciudad es muy cómoda y tranquila, tengo buenos amigos allí. La relación con mi pareja, Noemi, empezó en Huesca. A mi perro lo adopté también allí, y aunque le hable en catalán, mi pareja siempre me recuerda que es oscense. En el calendario siempre marco la visita a Huesca, me gusta mucho visitar el Palacio de los Deportes y jugar en él. Algún que otro aficionado siempre puede decir alguna cosa mala sobre mí, pero son muy pocos. El recibimiento en la presentación siempre hace que se me pongan los pelos de punta. Siempre podré recordar Huesca, no solo porque jugué ahí y guardo las camisetas de juego, si no que también me llevé la red de la canasta en el ascenso conseguido allí.