La SD Huesca lleva dos temporadas jugando en Segunda División B. El equipo fue situado, tanto en el primer año como en el presente, en el Grupo II de la categoría, junto a equipos madrileños, castellano manchegos, navarros y vascos. Desde hace dos temporadas, los oscenses habitúan a pasar muchas dificultades con los equipos del norte, siendo la última prueba evidente la reciente derrota frente al Barakaldo (1-0).
Iñigo Ros y Manolín formaron el pivote defensivo del Huesca en Barakaldo | Foto: José JiménezPese a llevar dos temporadas jugando en el mismo grupo de Segunda División B, la SD Huesca sigue teniendo dificultades a la hora de afrontar los partidos que le miden frente a equipos vascos y navarros. En la primera temporada se enfrentó a un total de 9 equipos del norte (Sestao River, Bilbao Athletic, Barakaldo, Amorebieta, Real Sociedad B, Tudelano, Real Unión de Irún, Laudio y Peña Sport). En estos 18 partidos (ida y vuelta) consiguió un total de 34 puntos (10 victorias, 4 derrotas y 4 empates) de 54 posibles, es decir, dejándose 20 puntos por el camino que de haberse conseguido podrían haber ayudado a acabar la temporada en la zona de ‘playoff‘ de ascenso a Segunda División.
De momento, cuatro puntos de doce posibles
En la presente temporada, la SD Huesca comparte grupo con 8 equipos del norte de España (Barakaldo, Sestao River, Bilbao Athletic, Amorebieta, Real Sociedad B, Tudelano, Real Unión de Irún y Leioa). A siete de estos ocho integrantes, el Huesca ya se enfrentó el año pasado, siendo la SD Leioa la única novedad, con la que se medirá en la jornada 6, dentro de dos semanas. En las cuatro jornadas que se han disputado hasta ahora, el club oscense ya se ha enfrentado a cuatro equipos vascos: frente al Real Unión Club de Irún ganó 2-1 en el último minuto del partido; en Amorebieta perdió 2-1; frente al Sestao River empató a cero; y la última jornada, frente al Barakaldo, cayó derrotado por 1-0; es decir, 4 puntos de 12 posibles.
Jugadores creativos en un grupo muy físico
Desde su etapa en Segunda División, a la SD Huesca le ha gustado contar con jugadores que tratan muy bien a la pelota además de tener unas características favorables para poder jugar manteniendo la posesión y elaborar jugadas ofensivas desde el centro del campo con jugadores muy creativos. El equipo altoaragonés ha querido mantener esta filosofía en Segunda B y los resultados no acompañan. Los equipos del norte de España practican un fútbol en el que le dan mucha más importancia al posicionamiento y al contacto, y no dejan ni espacio ni tiempo para que se pueda crear fútbol. Pese a que no es un estilo de fútbol bonito, el Huesca está encuadrado en un grupo en el que la mayoría de los equipos le van a jugar con intención de que creen poco fútbol.
La temporada pasada se creó una plantilla para jugar “por el centro”, con jugadores muy habilidosos con el balón, que en otra categoría o grupo hubieran demostrado mejor su calidad individual. En el presente curso, y vistos los resultados anteriores, el club intentó cambiar la filosofía, contratando jugadores de banda para darle verticalidad y profundidad al equipo, pero es evidente que ahora faltan ideas en la zona de creación. Además, la mayoría de jugadores que han llegado a la entidad oscense proceden de grupos que no son el II, incluido el entrenador, obligando a la plantilla a adaptarse también a unas condiciones a las que no estaban acostumbrados.
Tres goles a favor, cinco en contra, dos derrotas, un empate y una victoria
El partido frente al Real Unión de Irún, que acabó 2-1 a favor de los oscenses y que hasta la fecha es la única victoria en liga de la SD Huesca, se produjo con un gol desde medio campo de José Gaspar, con el partido prácticamente finalizado y, por qué no decirlo, de casualidad. En la segunda jornada el Huesca perdió en Amorebieta por 2-1, encajando un gol por debajo de la barrera en un saque de falta y otro de penalti, haciendo inútil el empate de Camacho (también de penalti, provocado en una jugada aislada). En la tercera jornada el Sestao planteó el partido para que los de Tevenet no estuvieran cómodos dentro del campo, e incluso Jito falló un penalti, en la acción más clara de todo el partido que podría haberle supuesto al Huesca la segunda derrota consecutiva en liga. En la última jornada, en Barakaldo, el equipo vizacaíno conocía perfectamente a su rival e impidió que elaborara su juego. Sumado además a la falta de puntería de los atacantes azulgranas, el Barakaldo aprovechó sus contadas jugadas ofensivas para anotar el que sería el primer y único gol del encuentro.