Seguramente aún quedan resquicios por nuestra casa de turrón, polvorones, mazapanes o algún trocito de roscón, incluso sobras de los deliciosos patés, quesos y demás delicias llenas de grasa y colesterol. Nuestras arterias comienzan a pedir socorro y la falda o el pantalón, quizá se han estrechado un poco en el armario… Pues es el momento, lo que se pueda congelar, al congelador; lo que no, a la basura y nosotros a la vida sana.
¿Cuál es la mejor dieta para empezar el 2020 con buen pie? Es una de las primeras dudas que nos surgen a principios de año tras decidir que queremos adoptar un estilo de vida más saludable. Dietas hay a millones, pero hay que usarlas con la cabeza, y utilizar igualmente esos propósitos de primeros de año, de ir al gimnasio, o a correr, igualmente de forma razonable.
La mayoría de los objetivos de acondicionamiento físico son demasiado ambiciosos.
-Entrenar cuatro horas a la semana a menudo significa pasar de 2 horas a la semana conduciendo hacia y desde un gimnasio.
– 20 minutos duchándote y cambiándote/preparándote para el día siguiente.
– La mayoría de nosotros no tenemos de 6 a 8 horas para llevar un nuevo régimen de esa magnitud, ¡especialmente cuando estamos cansados!
Además, las agujetas. Conclusión, antes del mes, lo habremos dejado. Lo mismo ocurre con las dietas, NO a las dietas milagro y un SÍ rotundo a la dieta fácil de seguir, nutritiva, segura, efectiva para perder peso y protectora contra la diabetes y las enfermedades del corazón, y cerebro
Una de las mejores dietas para conseguir esos objetivos es la Mediterránea. Su secreto, o mejor dicho, el secreto del estilo de vida mediterráneo es el de una vida activa, el control de peso y una dieta baja en carnes rojas, azúcar y grasas saturadas y alta en vegetales, nueces y otros alimentos saludables. Además, esta dieta ofrece muchos beneficios para la salud, que incluyen la pérdida de peso, una buena salud cardiaca y cerebral y la prevención del cáncer y de la diabetes, entre otros.
¿Cómo funciona?
La pirámide de la dieta mediterránea se basa en el consumo de frutas, verduras, granos integrales, nueces, legumbres, aceite de oliva, hierbas y especias.Más.
Pescado y marisco al menos un par de veces a la semana.
Aves de corral, huevos, queso y yogur con moderación.
Limita el consumo de dulces y carnes rojas para ocasiones especiales y se combina con actividad física diaria.
Por descontado debemos huir de las dietas milagro. Cada día salen unas cuantas. Con esto solo conseguimos un efecto yo-yo; adelgazar rápido para volver a engordar lo perdido, y algo más de eso. Ya que no vamos a poder ir todos de golpe al gimnasio, que no cabemos, deberíamos hacer pequeños cambios pero constantes, en nuestros hábitos. Por ejemplo:
Caminar y subir por la escalera puede llegar a gastar unas 2.000 calorías diarias.
Una hora de bici estática, unas 400. Se recomienda dar 10.000 pasos diarios o hacer un mínimo de treinta minutos de ejercicio al día.
Y lo mismo que se hace con la dieta al ir introduciendo los cambios poco a poco, con el ejercicio igual, cosas que todos podemos, y debemos hacer. Antes de hacer nada siempre hay que pedirle a un médico que conozca nuestras patologías que valore lo que nos va bien o no.
Contar los pasos
Muchos de nuestros móviles ya tienen aplicaciones exclusivas para este fin, así que no tenemos que ir sin hablar con nadie por la calle, contándolos. Lo aconsejable sería un reto de 10.000 diarios
Subir y bajar escaleras
Si vives en un sexto piso no lo intentes el primer día del tirón, porque sólo lo harás ese día. Puedes comenzar bajándolas que es menos costoso, o ir subiendo por tramos.
Un par de días hasta el primero, luego igual con el segundo, así hasta subir las seis plantas de tirón.
Hacer las compras uno mismo… y llevarlas a casa
Es más cómodo hacer la compra on line, desde luego, y que te lo lleven a casa, pero si vas tú mismo combinas ejercicio aeróbico, caminando deprisa, con entrenamiento de fuerza al llevar las bolsas. Y como no podrás llevar todo lo que compras online, de una vez, así harás más ejercicio. Pero eso sí, a comprar siempre con lista y después de haber comido. Comprar con hambre nos llevara a comprar cosas insanas.
Dale marcha a las tareas del hogar
Limpiar el polvo, pasar la fregona o el aspirador, fregar los cacharros, son actos en los que podemos ir perdiendo calorías casi sin darnos cuenta, total, tenemos que hacerlo, podemos hacerlo a ritmo de música, o apretando y soltando los músculos, buscar trucos.
Estar de pie
Si nuestro trabajo es sedentario, deberíamos estar algunos ratos de pie, pero no tomando el café, sino cambiando las posturas. Puedes aprovechar también las colas o los trayectos en transporte público para pasar más tiempo de pie. La próxima vez que te subas en el autobús, no corras a buscar el asiento libre más cercano. Mejor cédele el asiento a otra persona. Aumentarás así tu gasto calórico y, de paso, harás muy feliz a alguien
Dejar el coche
Nos hemos acostumbrado a ir a todos los sitios en coche y nos olvidamos de que podemos ir caminando. Si el trayecto al trabajo lo permite, caminar o ir en bicicleta es lo ideal. Caminar nos hace sentir mejor, ayuda a quemar calorías y protege el medio ambiente. Y además debemos de recordar que la actividad física diaria y constante formó parte de la vida de los seres humanos durante milenios, pues estaba integrada en el día a día. Pero en las últimas décadas el movimiento ha ido desapareciendo de nuestras rutinas debido a la transformación del trabajo, así como el predominio del coche como medio de transporte
Estirarse
No únicamente los deportistas deben hacer estiramientos para calentar los músculos. En la rutina diaria se maltratan con malas posturas y se agarrotan. Vamos, que los maltratamos. Cuando estamos sentados en el sillón, en la ducha, en el trabajo, podemos hacer pequeños estiramientos que nos darán flexibilidad y mejoraran las contracturas tan frecuentes.
Inma Sanz es médico de familia en la Policlínica Alto Aragón