Cuando se habla de fichajes a mitad de temporada se suele recurrir al tópico de que estos necesitan un periodo de adaptación para rendir a un nivel óptimo. Cuando se habla de Javier Puado Díaz, flamante fichaje del Real Zaragoza, esta máxima se derrumba. Y es que el ofensivo jugador catalán de 21 años tan solo ha necesitado tres partidos para meterse en el bolsillo a la afición zaragocista.
Algo debió de ver en él Víctor Fernández cuando le alineó como titular en su primer encuentro nada más aterrizar en el equipo. Aquel partido en Vallecas sirvió para poder ver algún fogonazo de calidad del nuevo número ’11’ del Real Zaragoza; no obstante, sus dos siguientes encuentros le han valido a Puado para asentarse en el equipo titular de manera indiscutible.
Necesaria versatilidad
Porque la realidad es que Puado ha dado un necesario toque de aire fresco en la zona de tres cuartos de campo para arriba. Su posición en el campo ha ido variando conforme el desarrollo de los partidos gracias a su camaleónica adaptación en todo el frente de ataque. Cuando el equipo se dispone a atacar, tiene como premisa caer a los costados para, desde ahí, generar superioridad con los compañeros y pisar área rival. En defensa se coloca un escalón por debajo del Luis Suárez para realizar la primera presión, de la que nunca rehúsa.
El desempeño del internacional sub-21 ha sido clave en los últimos resultados del equipo. Su variado repertorio de movimientos técnicos con el balón en los pies, la pragmática utilización de su engañoso cuerpo frente a los defensas, más su facilidad para conectar con sus compañeros, le ha venido al Real Zaragoza y a Víctor como anillo al dedo para desarrollar una idea de juego post Dwamena que venía dejando muchas dudas en esa zona.
Javi Puado, eficacia y talento para el Real Zaragoza
Si nos fijamos en sus números, dos goles (en dos tiros a puerta) y un penalti provocado en tres partidos, le avalan. Además, los dos goles que lleva definen a la perfección su carácter luchador pero exquisito. Fueron radicalmente opuestos en estilo e iguales en eficacia. El primero, un sutil remate con la parte interior del tobillo derecho por detrás de la pierna de apoyo como mejor recurso a la hora de rematar un centro de Soro frente al Girona. El segundo, un remate de cabeza dentro del área digno de cualquier `9´ puro de la categoría para anotar el 0 a 2 en Riazor.
Con Puado, Papu y Pombo deben espabilar
Bien es cierto que el jugador cedido por el Espanyol ha aliviado a un equipo que, salvo el omnipresente Luis Suárez, en la zona de ataque ni generaba ni mordía lo exigido en un equipo cuyo objetivo es el ascenso. Sin embargo, además de aliviar, Puado debe tener otra misión: espabilar a su competencia.
Con el nuevo sistema que viene utilizando Víctor Fernández en los últimos partidos de 4-2-3-1 con doble pivote, Soro y Álex (Igbekeme frente al Dépor) en bandas, más Puado de enganche, Pombo y Papunshvili han visto como sus minutos han ido menguando. Es curioso porque esta formación realmente potenciaría las cualidades de ambos jugadores. Pese a ello el gran nivel de los que están jugando sumado al bajo rendimiento, tanto del maño como del georgiano, hace que Víctor tenga claro con quién salir al combate cada fin de semana.
Pombo está señalado desde su mala actitud en el partido del Albacete, y Papunashvili no acaba de dar con la tecla para alcanzar su mejor versión. Puado lo está haciendo realmente bien, pero habrá momentos en los que se necesite de estos jugadores para suplir al barcelonés. La duda está en si Puado realmente ha avivado la llama de la competitividad del resto de jugadores de la segunda línea o si simplemente ha servido para abrirles los ojos y darse cuenta de que no tienen sitio en este Real Zaragoza.