ZARAGOZA | El futuro inmediato del Real Zaragoza parece que cada vez se torna más sombrío. Las tres derrotas consecutivas, unidas al revuelo del cambio de entrenador, han suscitado en la afición un pensamiento de rendición y de pesadumbre. Sin embargo, la realidad es que todavía son 26 las jornadas por disputar, por lo que todavía queda mucho tiempo para revertir la situación. Más de 6 meses de competición en los que Julio Velázquez debe reflejar la ilusión y la ambición en buen juego y, por supuesto, en resultados.
La Segunda División es muy larga, quizás lo es en exceso. No obstante, es cierto que permite la reconstrucción y el resurgir de equipos que acusan importantes bajones, como es el caso del Real Zaragoza. No hace falta echar la vista demasiado atrás para llegar a la conclusión de que lo que de verdad importa es la posición en la que se encuentre el equipo en la jornada 42. Uno de los mejores ejemplos radica en aquel Real Zaragoza de Natxo González. El conjunto que en esa época dirigía el vitoriano se encontraba tan solo 3 puntos por encima del descenso al finalizar la primera vuelta. En cambio, un formidable segundo tramo aupó a los blanquillos a la tercera posición.
El Real Zaragoza también experimentó una gran caída tras un comienzo arrollador en la temporada 14/15. Tras únicamente conseguir 1 punto de 12 posibles, un desconocido Ranko Popovic cogía las riendas del equipo tras la destitución de Víctor Muñoz en la jornada 14. El serbio logró darle la vuelta a la situación y, bajo sus órdenes, el conjunto aragonés se quedó a tan solo 6 minutos de regresar a la máxima categoría del fútbol español. El desenlace de ambos ejemplos quedó escrito en las páginas más trágicas de la historia reciente del club. Sin embargo, sirven como testimonio del mensaje que ha tratado de transmitir Velázquez en sus primeras palabras como entrenador del Real Zaragoza. “Con trabajo, rigor, exigencia y disfrutando del día a día, el equipo será competitivo”.