El próximo domingo El Alcoraz vivirá una de sus últimas batallas esta temporada. Quién sabe si será el penúltimo partido o quizás el destino le depare alguno más, por eso no conviene adelantar acontecimientos. El tiempo pondrá todas las cosas en su sitio y de la manera que sea será justo, merecido y tendrá un valor extraordinario.
Pero como la vida está llena de inconformistas, el domingo ese campo no estará lleno de sólo 5.500 almas y buena parte de su provincia a sus espaldas. Habrá muchas ilusiones, recuerdos y sentimientos que se darán cita en el coqueto y pequeñito estadio azulgrana.
La rebelión de los modestos ha enviado a su último justiciero, a un equipo forjado a base de sentido común, de ambición desmedida y trabajo por doquier. El claro ejemplo de que en la vida, cuando uno quiere, es mucho más fácil conseguir tus sueños. Que apenas existe barrera mental que nos detenga y que a pesar de no ser justa, hay muchas más posibilidades cuando uno juega sus cartas con inteligencia, pasión y esfuerzo, que cuando vive esperando que la suerte llame a su puerta.
Empuñando la espada del fútbol silencioso. Sí, ese fútbol que apenas tiene portadas más allá de su provincia, que vive ninguneado a la sombra de tiempos y proezas pasadas, pero que cuando sale por nuestra geografía adquiere una dimensión que en breve copará el Olimpo de los humildes, de los modestos, de ese elenco de clubes que a base de tesón lograron sacar su cabeza en un deporte tan sublevado al dinero y a la historia.
El Huesca honrará a todos aquellos equipos que, con limitadas posibilidades, sin una masa social amplia que los respalde, encantaron a los ojos del desconocido, adquirieron su respeto y hoy en día son parte ineludible de nuestra historia futbolística. Sin ellos nada sería lo mismo.
“Nunca pensé que algo tan poco reconocido a ojos del que tiene todo a su mano para ser el mejor, pudiera ser tan reconfortante”
Por eso, el domingo en El Alcoraz estará también el Eibar, el Extremadura, el Numancia, el Mérida, el Alcoyano, el Real Unión o el Arenas de Guetxo, entre otros. El Alcoraz engrandecerá su aforo. En él se verá magnificado el ambiente de Ipurúa, del Francisco de la Hera, de Los Pajaritos, del Estadio Romano, del Stadium Gal, de El Collao y sobre su césped recordaremos a José Barbarín, Quique Martín, Errazguin, Yermo, Franscisco Leal, Navarro Montoya, Momparlet, Pacheta y tantos excelentes jugadores.
Estará presente Gaizka Garitano, Josu Ortuondo, Miguel Ángel Lotina, Sergio Kresic y no faltará el aliento de Eskozia la Brava, el Frente Rojillo, Legiones Sur, Ultras Sur u Orgullo Numantino.
Miles y miles de sueños, de historias, de relatos, de leyendas grabadas con el sabor de la exigencia, de la humildad, de la modestia, del trabajo bien hecho. Porque ser pequeñito requiere de mucho corazón, de mucho esfuerzo y una buena dosis de amor propio y sentido de la realidad. Nunca pensé que algo tan poco reconocido y valorado a los ojos del que tiene todo a su mano para ser el mejor pudiera ser tan reconfortante.
Nunca imaginé que mi SD Huesca pudiera estar pelando por este sueño y por este escalón en la historia de nuestro deporte. El domingo no reblaremos solos. Lo haremos con el convencimiento que sobre ese coqueto escenario habrá una historia futbolística detrás tan extraordinaria que sólo por el hecho de intentar agrandarla merecerá la pena dejarse el alma en el intento. Abran la puerta. El fútbol modesto pide paso. Asoma la SD Huesca.