HUESCA | Alex Villar era un madrileño enamorado del Pirineo de carácter extrovertido, amigo de sus amigos y apasionado de la montaña. Hizo del proximity y del salto base parte de su vida. Los vuelos con alas conllevan un importante riesgo y él lo sabía. Vaya que si lo sabía. Por eso, eso que muchos consideraban un punto de locura, en verdad, era un punto de cordura. Todo lo tenía medido al milímetro y disfrutaba, vaya si disfrutaba. Y era plenamente consciente del riesgo que asumía en cada salto, en cada vuelo con alas, pero la adrenalina era superior. En enero del 22 fue protagonista del podcast Planeta Montaña by Huesca La Magia y, casualidades, de la vida compartió episodio con quien fue uno de sus maestros, Carlos Suárez.
Hoy, el también madrileño lo recordaba. Habían saltado juntos en Peña Telera y en Picos de Europa. “Lo conocí hace más de diez años y era muy intenso. Saltamos juntos en el Valle de Tena y en Picos y luego desarrolló muchas líneas”, recordaba Suárez. Este año, Villar subió al Kilimanjaro, “pero no pudo saltar porque las condiciones no eran las más adecuadas”, acotó Suárez.
Instructor de parapente, paracaidismo y salto base, el currículo de Alex Villar era impresionante gracias a sus más de 2.000 saltos de avión, más de 1.000 base. Quizá, su paso por el Arco de Piedrafita con traje de alas fue lo que le dio a conocer fuera de su mundo. Toda su carrera deportiva se truncó este sábado, en Chistau, donde sufrió un accidente mortal. El Grupo de Rescate e Intervención en Montaña con base en Boltaña recibió por la mañana el aviso de que se había producido un accidente de un saltador base en Punta Calva, en el término municipal de Plan. Los agentes de la Guardia Civil encontraron el cuerpo de Alex en una zona pedregosa y fue trasladado a Boltaña y desde allí al Anatómico Forense de Huesca capital.