El equipo quiso abrir la temporada con una victoria homenaje a Juan Carlos Escribano, pero no pudo ser. La buena actitud fue insuficiente para doblegar a un siete que tiene su objetivo en acabar en la zona noble de la Asobal
Imagen del partido del pasado año entre ambos cojuntos | Foto: C.PascualPor la brutal carga de emoción que envuelve a la afición del BM Huesca desde la noticia del fallecimiento de Juan Carlos Escribano –padre del extremo Marco y entrenador en las categorías base del club- se esperaba con anhelo la victoria del primer equipo en su duelo contra León. Pero no pudo ser. Hubo una rendija para traerse los dos puntos en juego ante el equipo de Rafa Guijosa e incluso a 50 segundos del final, el siete altoaragonés desperdició una bola que le hubiera podido dar al menos uno de los dos puntos en juego. Fue otra visita a León y otra derrota.
Había cierta sensación de incertidumbre por ver la respuesta del equipo altoaragonés en el primer partido de la competición regular. La piedra de toque no era mala. Los leoneses han armado un equipo para estar la próxima campaña en Europa. Ha regresado Juanín a su casa y metió dos bolas de esas que solo las mete Juanín. Mikel Agirrezabalaga se encargó sobre el 40×20 de marcar la diferencia y eso que llegó con problemas en los abductores. Y Fede Vieyra, el mismo jugador que defendiendo el escudo del BM Huesca desplegó con cuentagotas su calidad, dejará muchas noches de gloria si sigue así (5 de 7).
El Bada se enredó en los inicios de cada acto. Y eso le pasó factura. Que presentó actitud, sí; que en cierto modo notó algo de lo que supone el primer partido de competición tras una pretemporada donde ha habido que concentrar en 5 semanas lo que hay que hacer en seis, también. El problema estuvo en que el siete de Nolasco le tocó remontar desde muy abajo. Sin llegar a los 10 primeros minutos del duelo, los leoneses miraban al electrónico y veían un rotundo 6-1. Esto obligó al siete altoaragonés a ponerse el trabajo de faena, sacar el pico y la pala y empezar a remontar. La lectura positiva es que lo hizo. Marcelo, desde los 9 metros, clavó el balón en la red para que Cupara la devolviera al centro del campo. Era el 8-9. A partir de allí intercambio de goles hasta que se fueron al vestuario con un 11-12 para los de Nolasco.
El regreso fue una calcamonía de lo visto en el primer tiempo. León puso a trabajar su maquinaria, ajustó su defensa y apagó la luz a un BM Huesca que tardó nueve minutos en estrenarse. El 17-13 en el electrónico era una diferencia dura y más en una competición donde puedes tener una oportunidad de remontar, pero dos se antoja (casi) un imposible. No porque no tengas balonmano, sino porque ya juegas contra el rival y, sobre todo, contra el reloj. Los segundos caen a plomo, como si fueran minutos. Aún así, el Bada lo intentó, apretó las clavijas y llegó a ponerse a un mísero tanto de diferencia del siete leonés. Al final no pudo ser. El homenaje que a buen seguro quería dar el equipo a Juan Carlos Escribano deberá esperar para la siguiente jornada.
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[acc_item title=”Ficha técnica”]
Abanca Ademar León (22): Vladimir Cupara (p), Gonzalo Carou (3), Fede Vieyra (5), José Mario Carrillo, Denis Tot, Juanjo Fernández (3), Mikel Aguirrezabalaga (6) – siete inicial- Ignacio Biosca (ps), Juanín (2), Acacio, Piñeiro (1), Leo Santos (1) y Huerta (1).
Bada Huesca (21): Pejanovic, Álvaro Cabanas (10, 4p), Rochel (2), Eloy González, Pepe Novelle (2), Alex Marcelo (1), Oier García (1) -siete inicial- Arguillas (ps), Doldan (2) , Marco Mira (1), Dija (2), Albert Pujol.
Parciales: 4-1 (5’); 6-2 (10’); 8-3 (15’); 8-8 (20’); 9-10 (25’); 11-12 (descanso); 16-12 (35’); 17-13 (40’); 19-15 (45’); 22-17 (50’); 22-20 (55’); 22-21 (final).
Árbitros: García Mosquera y Muro San José.
Exclusiones: Mikel, Piñeiro y Leo Santos (tres, roja, 55´); Oier, Mira, Dija y Cabanas en los oscenses.
Pabellón: Palacio Municipal de los Deportes. Unos 3.200 espectadores.
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