ZARAGOZA | El Real Zaragoza ha perdido hoy a una de sus grandes figuras históricas: Juan Manuel Villa (Sevilla, 1938-Zaragoza, 2025), uno de los integrantes de Los Cinco Magníficos (con Canario, Santos, Marcelino y Lapetra), el diez que ennoblece a un equipo con su técnica, su capacidad de desborde (regate y filigrana), su velocidad y su intuición de remate. Villa jugó nueve temporadas en el equipo que le hizo grande, el Real Zaragoza, y marcó en torno en 80 goles. Fue tres veces internacional: de aquel equipo hubo varios internacionales: Reija (20 veces), Violeta y Marcelino (14), Carlos Lapetra (13).
Nació en Sevilla y no tardaría en despuntar en el fútbol. Con quince años, se trasladó a Madrid y se incorporó a las categorías inferiores del Real Madrid. Jugó en el Plus Ultra, coincidió en el primer equipo con el formidable conjunto que lideró Di Stéfano (y Puskas y del Sol y Gento, entre otros), y acabó en la Real Sociedad. Veraneaba en Salou, donde coincidía con muchos aragoneses, el equipo ya reclamaba atención –Juan Seminario había sido el máximo goleados en la campaña 1961-1962 con 25 tantos– y decidió venir aquí. Todo le salió a pedir de boca: el Real Zaragoza, entre 1963 y 1966 jugó seis finales y ganó tres. En la temporada 1962-1963 el equipo llegó a la final de la Copa del Generalísimo, y cedería ante el Barcelona, 1-0, algo que le volvería a pasar en la Copa de Ferias en 1964-1965, ante el Atlético de Madrid, por idéntico resultado.
En medio, en junio de 1964, el equipo logró dos títulos: en la Copa de Ferias ante el Valencia y la Copa del Generalísimo, ante el Atlético de Madrid, por un idéntico 2-1. Juan Manuel Villa hablaba maravillas del entrenador fugaz que tuvieron entonces, Luis Belló: “Es una de las mejores personas que he conocido en mi vida. Tenía y tiene una visión estupenda del fútbol, que coincidía con la nuestra, pero tras los éxitos –a los que debe sumarse el triunfo de la Eurocopa con el estupendo gol de Marcelino- se fue incomprensiblemente y vino Roque Olsen, con el que nos llevamos muy mal”. En 1966 desarboló en la Copa al Athletic de Bilbao, de Iríbar, por 2-0. Y ese mismo año, perdieron la Copa de Ferias ante el Barcelona: ganaron a domicilio 0-1 y perdieron en casa 2-4. En esas finales, Villa marcó tres goles.
Juan Manuel Villa era un futbolista de clase. Alegre, dinámico, con un hermoso manejo del balón, técnico y fantasista, en la línea de otros futbolistas como Luis Suárez, Manolo Velázquez, Ramón Fusté, Marcial Pina o Juan Señor por citar algunos futbolistas de calidad, versátiles, con capacidad de mando y organización, pero también con el gol entre ceja y ceja. Se retiró en la temporada 1970-1971, cuando el equipo bajó a Segunda División y él fue elegido Concejal de Deportes del Ayuntamiento de Zaragoza.
De él queda el recuerdo de un buen jugador, primoroso, rápido y audaz, que sabía lo que era formar parte de un equipo legendario que estuvo muy arriba durante cuatro temporadas, como mínimo, para el recuerdo.