No hay semana tranquila para el Real Zaragoza. La llegada de Juan Ignacio Martínez pareció recuperar el instinto competitivo del equipo. Sin embargo, con el paso de las jornadas, el Real Zaragoza sigue evidenciando las mismas carencias que le penalizaron durante la época de Rubén Baraja e Iván Martínez. Tras sumar una tercera semana consecutiva sin conseguir la victoria, los blanquillos han vuelto a colocarse en puntuaciones de descenso, empatados con el Sabadell, equipo que marca la zona roja de la tabla. Un grosero error colectivo y la nula capacidad de reacción volvieron a sacar ante el Oviedo la cara más gris de un Real Zaragoza que está jugando con fuego en el tramo más cómodo de la temporada.
La cara amable del Real Zaragoza
De la cara a la cruz. Así puede definirse el partido del Real Zaragoza. Durante la primera mitad, los de Jim dominaron y mostraron un amplio repertorio de recursos. Aunque sólo Narváez pudo rematar con peligro sobre la meta de Joan Femenías, el equipo maño mostró una seriedad sobre el campo que imposibilitó cualquier acción de peligro del Oviedo. Juan Ignacio Martínez dibujó un 4-1-4-1, con las novedades de Nieto, Zapater y Larrazábal. Una oportunidad que desaprovecharon tras un partido muy discreto y en el que los tres fueron sustituidos.
Los primeros 45 minutos invitaron al optimismo. El Real Zaragoza emuló al Alcorcón de Anquela el pasado fin de semana con una presión elevada. El Oviedo apenas se limitó a deshacerse del balón, evitando el acoso de los jugadores zaragocistas. Tal fue el acoso que los blanquillos fueron superiores en prácticamente todo. Posesión, pases acertados, recuperaciones, saques de esquina, regates, y hasta duelos individuales ganados. La banda derecha sería la más fructífera, con un Vigaray hiperactivo en ataque y un Larrazábal que supo interpretar muy bien cuándo conducir hacia dentro y cuándo atacar los espacios. El cambio de posición de Bermejo hacia zonas interiores dotó al equipo de un mayor criterio en zona de tres cuartos. Mientras que Francés volvió a consagrarse como uno de los centrales más prometedores del fútbol español.
Vuelta a las andadas
El paso por vestuarios volvió a ser decisivo. Ziganda dio un cambio radical a su equipo, que se lanzó a presionar en campo contrario a un Zaragoza al que le empiezan a temblar las piernas con el paso de las jornadas. Buena muestra es el gol del Oviedo, generado por un cúmulo de errores impropios de un equipo profesional. Lo que pudo convertirse en una ocasión peligrosa para el Real Zaragoza en un contragolpe en evidente superioridad, desembocó en el gol casi a placer del ex zaragocista Rodri Ríos.
Con el marcador en contra, el Real Zaragoza no reaccionó. El Oviedo cerró filas, y los de JIM acabaron la segunda mitad sin un solo tiro a puerta. Con el único momento de suspense que brindó el VAR por un posible penalti, pero que acabó desembocando en una tarjeta amarilla para el Toro Fernández. Al igual que ante el Alcorcón, el Real Zaragoza se diluyó, volviendo a perder la oportunidad de alejarse de la zona peligrosa ante un rival que venció por demérito zaragocista.
La escasa aportación del banquillo
El once de JIM invitaba a pensar que estaba reservando jugadores importantes para mantener el buen juego durante los noventa minutos. Nada más lejos de la realidad. El gol local noqueó al Real Zaragoza, que hasta el minuto 65 no vio cómo se le intentaba levantar con un doble cambio (Azón y Chavarría). El canterano apenas dio dos pases en todo el encuentro, mientras que el catalán entró al campo desubicado, situándose como un mediapunta ansioso por recolocarse en el costado izquierdo. La entrada de James por Larra terminó por enloquecer al equipo. Ni siquiera el doble cambio (Toro Fernández y Adrián) a falta de cinco minutos pudo generar algo de peligro sobre la meta rival.
Por segundo partido consecutivo, JIM ha recurrido a meter hombres de ataque sacrificando hombres de creación. Por segunda jornada seguida, el Real Zaragoza se ha quedado sin probar al meta rival. La escasa participación de los puntas es evidente, con cero goles entre los tres delanteros llamados a llevar el peso ofensivo. Pero la falta de creatividad y de soluciones es preocupante. Al Real Zaragoza se le acaba el llano, mientras ve ante sí un puerto de montaña con rivales como Girona, Sporting, Espanyol, Mallorca, Leganés o Almería. Recomponerse y conseguir un amplio colchón de puntos será fundamental para afrontar el Tourmalet con algo de ventaja respecto a los puestos de descenso.