ZARAGOZA | El Real Zaragoza acaba de hacer oficial la renovación de Adrián Liso. El canterano fue el mejor descubrimiento del curso, quizá la única sonrisa verdadera de la temporada. Sus dos goles explicaron mejor que ningún otro la salvación del Zaragoza, agónica en el punto final del curso.
Su irrupción mejoró la suerte de un equipo perdido, fue el punto más álgido de una progresión vertical. Tras un mes de pura iluminación, que se hizo visible en División de Honor Juvenil y el filial, Víctor Fernández apostó por él en la jornada de su regreso. José Luis Arjol le había hablado de sus condiciones, del momento de forma que atravesaba. Víctor solo necesitó un entrenamiento para descubrir que estaba ante alguien distinto. Le dio el tiempo y la confianza que necesitaba. Ahí empezó el canterano su carrera, sus 100 metros lisos.
El fútbol de Liso se entiende a través de su sprint y de su zurda, de un golpeo lleno de promesas. Debutante ante el Espanyol, las faltas no le detuvieron en El Alcoraz y lideró al equipo en el duelo más dramático del curso, ante el Racing de Ferrol. En plena tragedia, Liso bombardeó la portería de Ander Cantero. Entonces cundió la sensación en La Romareda de que en el Zaragoza solo él podía cambiar los partidos. En el duelo que despedía la temporada, esa impresión volvió a parecer viva, en el carril del 10, con los trucos de un extremo, en un juego permanente al gato y al ratón. Liso mostró entonces que el regate siempre será el mejor recurso de este juego. Una virtud que vale en el viejo fútbol y en el nuevo.
El CM del Real Zaragoza inició su campaña veraniega, con una foto de una caña de pescar en La Romareda. Le acompañaba un texto ingenioso: “Vamos a darle caña”. La referencia era obvia. El chico eligió ser futbolista antes que pescador, la profesión que su padre le inculcó de niño. Le siguió un videojuego, que simbolizaba su juventud y otra de sus pasiones. El tercer paso ya estaba en las cuentas de todo el mundo: el anuncio oficial y la extensión de su contrato. La fórmula elegida, sin embargo, pareció la más emocionante e imprevisible de todas. Una carta escrita por sus padres, en la que le recuerdan el sueño de un niño, el tiempo invertido, la recompensa a su esfuerzo y las ilusiones alcanzadas. La despedida del escrito define también sus vínculos con la tierra: “Te queremos, co”.
'Entre lágrimas te escribimos esta carta' pic.twitter.com/lY0lJwOHcD
— Real Zaragoza 🦁 (@RealZaragoza) June 17, 2024
El Real Zaragoza se asegura así a una de sus promesas y espanta algunos cantos de sirena. El club extiende su vinculación con el zurdo y le blinda con una cláusula cercana a los 10 millones de euros. Liso será jugador de la primera plantilla con pleno derecho y una de las apuestas más personales de Víctor Fernández. Su salario se acerca a la barrera de los 100.000 euros anuales y su renovación no parece casual, sino el primer punto de una reconstrucción anunciada. El Zaragoza se asegura a Adrián Liso, al último gran hallazgo de su cantera. Y tiende el futuro hacia sus manos.