ZARAGOZA | Adu Ares ha sido una de los fichajes que más ha decepcionado a la afición del Real Zaragoza esta temporada. El atacante vasco, procedente del Athletic Club como cedido, en busca de minutos para demostrar su calidad. Sorprendentemente, lo que el zaragocismo se ha encontrado ha sido un Ares lento, sobrado de toques y falto de intensidad. En pocos partidos, pasó de ser titular a no gozar apenas de minutos. Sin embargo, tras las últimas actuaciones del extremo, parece que esa tendencia negativa está por acabar.
Su fichaje fue una declaración de intenciones por parte del Real Zaragoza. Adu Ares, junto a otras incorporaciones como Bazdar o Kosa, formaron parte de la gran apuesta de futuro que la entidad blanquilla realizó el pasado verano. Su llegada, en forma de cesión por parte del Athletic Club, dio una gran alegría a la afición blanquilla, que observó cómo una promesa de Primera División recalaba en su equipo para seguir con su progresión.
Pese a ello, los comienzos de Ares en la capital de Aragón no han sido fáciles. Víctor le brindó confianza desde el principio. Salió desde el banquillo durante los primeros partidos de la temporada con el objetivo de que se fuera adaptando a su nuevo equipo y no tardó en gozar de su primera titularidad. Pero el nivel que ha mostrado se queda a años luz de las expectativas. Errático, lento y falto de intensidad, Adu Ares no tardó en quedarse sin minutos.
Pero no parece que Adu vaya a conformarse con ello. Regresó al once titular en el estreno copero ante L’Hospitalet y, ahí sí, por fin dio la talla. Acabó con un gol y una asistencia, pero su partido fue más allá de las estadísticas. Regateó, decidió con criterio y presionó como nunca había presionado esta temporada. Que el rival era inferior es tan cierto como que a partir de ese día, el juego de Adu Ares está mejorando. En el derbi, sustituyó a Liso en el ’64, y fue una constante amenaza para la defensa oscense.
Así, está por ver como sigue la evolución de Adu Ares. De momento, parece que el extremo está decidido a demostrar que sigue teniendo un futuro prometedor. Lo que es seguro es que tendrá oportunidades de sobra y que aprovecharlas está en sus manos. Su momento ha llegado, es ahora o nunca. Tiene 22 años y un potencial increíble. Llegó la hora de desatarlo.