En la madrugada del domingo 30 de octubre, exactamente a las 3 a.m., tendremos que retrasar el reloj una hora, de manera que serán las 2a.m. El cambio de horario se produce dos veces al año, en primavera el horario se adelanta una hora, y en otoño se retrasa otra hora.
Es una medida que han adoptado más de 70 países desarrollados en todo el mundo, siendo una de las excepciones Japón, cuyo objetivo es reducir el consumo global de energía. Esto se consigue haciendo coincidir el comienzo de la jornada laboral con las horas de luz.
Se lleva adoptando este sistema en España desde 1974, pero la última modificación ha sido desde la Unión Europea en el 2000, donde se establecieron que todos los países de la Unión, cambiaran el horario el último domingo de marzo y de octubre.
Muchos se preguntan que efectos puede tener este hecho sobre nuestro organismo. Vamos a hablar un poco sobre ello.
El cuerpo humano sigue un ritmo circardiano respecto a la síntesis y secreción de hormonas Esto de circardiano significa que la liberación y concentración de ciertas hormonas es diferente dependiendo del día y la noche.
La cantidad de luz que recibe nuestro organismo regula este sistema, y el receptor de esta luminosidad es la retina, que capta la luz y la envía al cerebro mediante un largo recorrido que termina en la epífisis, también llamada glándula pineal, donde entra en juego una hormona increíblemente importante, la melatonina.
Durante las horas de luz, la síntesis y liberación de melatonina son reducidas, mientras que durante la ausencia de luz, su síntesis y liberación se aumenta. Esta sustancia es la causante de muchas reacciones que condicionan a nuestro organismo.
Los expertos aseguran que entre los dos cambios horarios anuales, tiene un peor efecto el de primavera, ya que existen una mayor tasa de suicidios. Pero también es cierto que en esta época del año, y este cambio horario, pueden producir una mayor melancolía y depresión por la falta de luz.
Esto ocurre sobre todo en los Españoles, que tan acostumbrados estamos al buen tiempo y al sol, y es que, los datos revelan que el cambio de horario es el responsable de que en esta época del año el 70% de los Españoles esté más triste. Y además de la tristeza, estaremos más ariscos, ansiosos y menos atentos y se tendrán menos relaciones sexuales.
Aunque el cambio sea mínimo, simplemente de una hora, no pasa desapercibido para el organismo. De cualquier forma, gracias a su versatilidad, el nuestro ha sabido adaptarse a este tipo de modificaciones, por lo que no conlleva un riesgo a considerar. Sería un problema más grave si se tratara de más horas y con mayor frecuencia. Esto si que modificaría el organismo y produciría alteraciones a varios niveles, entre ellos, la modificación de la conducta.
Los mayores efectos que suele causar son simples trastornos del sueño, especialmente en niños y ancianos, que de cualquier manera son temporales y se superan en un par de días. Algo que también ayuda a combatir esta ligera modificación es simplemente encender la luz.
¿Qué dicen los estudios?
Uno de estos estudios, publicado en 2008, llegó a encontrar un nexo de unión entre los cambios de horario y la incidencia de infartos de miocardio: parecen haber encontrado que hay un incremento significativo del número de infartos de miocardio en los tres días posteriores al cambio de horario en primavera, mientras encontraron una disminución de los mismos tras el cambio de horario de otoño; los autores interpretaron estos hallazgos como producto de la privación de sueño sobre el sistema cardiovascular.
Otro estudio, éste del 2007, afirmaba que los ritmos circadianos del cuerpo humano pueden tener dificultades de adaptación a los cambios bruscos de horario, afectando a diversos aspectos de la salud. Otros estudios han relacionado el impacto del cambio estacional de hora con el índice de suicidios en hombres, mientras otros han encontrado que no hay relación del cambio horario con los episodios maniaco-depresivos.
En otro estudio se observó una disminución en los accidentes de tráfico tras la “recuperación” de la hora en otoño, mientras otro registró un aumento en los accidentes tras ambos cambios, de primavera y otoño.
Algunos de estos estudios parecen mostrar que pequeños cambios en los ritmos cronobiológicos podrían desestabilizar a individuos especialmente vulnerables, especialmente en mayores de 50 años, que podrían adaptarse al nuevo horario en un plazo de unos tres días. En el lado contrario, parece ser que los niños presentan una más fácil adaptación a los cambios estacionales de horario.
CONSEJOS PARA SOBRELLEVAR MEJOR EL CAMBIO HORARIO
Se han hecho algunas sugerencias a los posibles efectos psicológicos del cambio de horario:
- El ejercicio físico suave, como paseos o la carrera suave, puede ayudar a “avanzar” el reloj interno, al aumentar la concentración de serotonina y de otros neurotransmisores en el cerebro.
- Mantener unos buenos hábitos de sueño todo el año, con horarios regulares a la hora de acostarse y levantarse también ayuda.
- Exponerse a una luz brillante (luz solar) durante una o dos horas en los días posteriores al cambio de horario también podría ayudar a sincronizar los ritmos desestabilizados.
- Modificar el horario de comidas y evitar la ingesta de cafeína y alcohol.
- Melatonina: también se ha sugerido que la ingestión bajo indicación médica de algunas dosis de la hormona melatonina durante unos días podría ayudar a regular los ciclos de sueño y vigilia en las personas sensibles.
- Adaptarse al cambio horario desde unos días antes: en las personas especialmente vulnerables se puede aconsejar que, desde una semana antes, se vayan haciendo pequeños cambios graduales y progresivos de diez minutos cada día en el sentido del próximo cambio de horario.
- Ajustar la hora en los aparatos médicos: se recomienda a las personas que usen aparatos médicos con relojes internos que supervisen la corrección del cambio de horario en todos ellos. Estos aparatos pueden ser algunos marcapasos, desfibriladores, monitores de ritmo cardíaco, monitores de glucosa, etc., aunque la desincronización de éstos no supondría ningún riesgo para la salud.