ZARAGOZA | Hace meses que no sabemos de aquel jugador con un disparo capaz de arrancar las telarañas de cualquier portería. Desde su llegada al Real Zaragoza, Ager Aketxe parece haber olvidado todo lo que le convirtió en un jugador diferencial. La Romareda aún no ha disfrutado de su calidad, visión y, sobre todo, potentes zapatazos. Aketxe, por su parte, parece haberse perdido en un laberinto sin salida que lo advoca al banquillo y la intrascendencia. Tras el mercado invernal, que trajo consigo la llegada de varios fichajes dispuestos a ganarse un hueco en el once de Miguel Ángel Ramírez, el bilbaíno lo tiene más difícil que nunca para regresar a la titularidad.
La historia de Aketxe y el Real Zaragoza es una de esas que no se entienden. Un jugador con una gran experiencia y una mayor calidad llega a un equipo joven con ganas de conseguir el ascenso que se lleva resistiendo 12 años. En agosto, todo el mundo dio por hecho que sería la combinación perfecta. Nada más lejos de la realidad. El jugador que se fichó como una estrella no es ahora más que un suplente que cada vez ve más lejos la titularidad. Con tan solo dos goles y dos asistencias en lo que va de temporada, su impacto en el equipo ha sido ínfimo y la afición se está empezando a hartar.
Sin embargo, la situación va más allá de los números. Es crítica. La llegada de Ramírez al banquillo maño no ha hecho más que confirmar que Aketxe es cada vez menos protagonista. Lo más preocupante es que no parece que esta tendencia se vaya a frenar. El ’23’ tendrá que hacer muchísimo más de lo que ha hecho para, por lo menos, luchar por la titularidad. No lo tendrá fácil, pues jugadores como Pau Sans o el lesionado Moya han cuajado grandes actuaciones en las últimas jornadas. Para colmo, el fichaje de Guti suma efectivos en la mediapunta.
Por tanto, Aketxe tendrá que cambiar algo. Trabajar más. Atreverse más. Volver a ser el jugador que el Real Zaragoza fichó. Ager lleva años marcando la diferencia en la Segunda División pero, como otros tantos, se ha abonado a la mediocridad al llegar a La Romareda. Que recuperara su mejor versión sería una de las mejores noticias para un equipo necesitado de pegada y calidad. En su mano está reconducir una situación que, inexplicablemente, va cada vez a peor.