HUESCA | La Sociedad Deportiva Huesca va a realizar, al menos, ocho movimientos en este mes de agosto antes de que se cierre el mercado. El primero en efectuarse debería de ser el de Kento Hashimoto en forma de llegada. Sin embargo, los problemas burocráticos por el japonés podrían suponer que Javi Mier, del Real Oviedo, llegara antes. Además de los dos centrocampistas, Ziganda necesita un extremo izquierdo y un delantero, pero para que puedan venir, el Huesca tiene que vender.
La situación económica es la peor de las últimas temporadas. Los oscenses solo han inscrito esta temporada en LaLiga a Kortajarena y todavía están pendientes Sielva, Obeng, Martos, Loureiro y Hashimoto. Los oscenses necesitan vender a Andrei Ratiu, el Alavés no se decide, y colocar en el mercado a Soko, Carrillo y Kanté. El club ha declarado transferibles a todos sus futbolistas y jugadores como Álvaro, Escriche, Joaquín o Valentín podrían salir en estos últimos días de mercado por necesidades económicas.
Ziganda está muy preocupado por la situación de su equipo y está trabajando codo con codo con Ángel Martín González en busca de soluciones. Sin embargo, la tesorería del club anda muy mermada y los ocho movimientos que necesita Ziganda podrían ser más si salen Álvaro, Escriche, Joaquín o Valentín. Cuatro jugadores que entran en los planes de Ziganda, pero que tras las salidas de Marc Mateu o Cristian Salvador, también podrían producirse.
Los ocho movimientos del Huesca en el mercado
Los ochos movimientos que deberían producirse sin mermar al potencial del equipo serían: Ratiu por un centrocampista, Soko por un extremo izquierdo, Carrillo y Kanté por un delantero centro y la llegada de Hashimoto. Unos movimientos que necesita Ziganda para subir el nivel de su plantilla, ya que las sensaciones mostradas durante la pretemporada no invitan al optimismo. El más tocado en estos momentos es Ziganda, que espera no perder a ninguno de los cuatro futbolistas con más mercado (Álvaro, Escriche, Joaquín o Valentín).
La gestión de los dos últimos años ha sido nefasta y ahora nos damos cuenta, o se dan cuenta. Con independencia de los bárbaros sueldos de plantilla no deportiva, en lo estrictamente deportivo, ya comienza el desastre fichando a Ambriz (quinta o sexta opción entonces), se sigue con Xisco (al parecer único existente en ese momento, y se concluye con Ziganda. Con estos tres señores, igual da tener a Messi que a Ter Stegen, es una cuestión de entender el futbol actual. Si ahora le añadimos tener que rescindir jugadores por sus fichas, el cóctel es explosivo. Por algo detecta Pulido el pesimismo, que no es tal, si no una pura realidad. Las malas gestiones se pagan y muy caro.