Las segundas partes sí son buenas para el Real Zaragoza. De hecho, las necesita. Desde la llegada de Víctor Fernández, el equipo ha recibido cuatro goles en los segundos 45 minutos y ha marcado ocho. Además, en los últimos siete partidos ha conseguido remontar un resultado adverso en tres de ellos.
Con Víctor Fernández en el banquillo, el equipo suma más puntos en la segunda parte (14) que en la primera (5). El paso por vestuarios le sienta bien al Real Zaragoza. Y como su entrenador quería y pedía, tiene opciones de ganar hasta el minuto 90. Aunque la mejoría sustancial que muestra el equipo en la segunda mitad hay que entenderla con los movimientos de fichas desde la banda.
El preparador técnico no se guarda nada. Va con todo desde el inicio y sino mueve con tiempo el banquillo. Condicionado por el estado físico de algunos jugadores o por la renta negativa en el marcador, lo cierto es que Víctor Fernández siempre realiza el primer cambio antes del minuto 65. Y el segundo y el tercero llegan siempre antes del 80. Sólo en una ocasión, agotó los cambios más tarde. El día el Rayo Majadahonda retiró a Marc Gual en el 87′. Una circunstancia nueva teniendo en cuenta que el anterior técnico, Lucas Alcaraz, a veces ni realizaba las tres sustituciones.
Es un técnico, por lo tanto, que agota los cambios, se apoya en los suplentes para mejorar la cara del equipo y además lo consigue. Son sustituciones, todas ellas, de carácter ofensivo. Es la forma de entender el fútbol que tiene Víctor Fernández. Una ambición, valentía y un inconformismo que lleva al jugador a sentirse más poderoso sobre el campo. Saben que están dirigidos por una persona que tiene un gen ganador.
En cuanto a puntos conseguidos teniendo en cuenta sólo las segundas partes desde el aterrizaje de Víctor, el Real Zaragoza ha sumado 14 puntos de los 21 posibles. Logrando cuatro victorias, dos empates y sólo una derrota en los segundos 45 minutos. Unos números que demuestran que el equipo nunca desfallece.