Ya somos mayorcitos. Nadie necesita un escudero que le defienda ni palmero que le aplauda sus acciones, pero seguramente en contra de la mayoría, levanto la bandera para sacar la cara por el entrenador del Huesca. Antes del alegato del técnico madrileño en sala de prensa, ya tenía yo la sensación de ponerle pocas pegas a su planteamiento y a sus decisiones, así que tampoco necesitó convencerme con sus argumentos.
Me pareció un partidazo del Huesca hasta el minuto 38, en donde la única pega que se le podía poner, es que no tuviera el partido encarrilado. “La primera parte ha sido para irnos perdiendo 2 a 0”, Mendilibar dixit, poco más hay que decir. Pero el partido no se fue 2 a 0 al descanso, ni 1 a 0 ni siquiera 0 a 0. Se fue 0 a 1 por una desatención defensiva, si quieren individualizamos, si quieren no. Prefiero no hacerlo para no hacer más sangre, de poco vale señalar, y eso, esa desatención, no se la puede permitir el Huesca ante rivales de su mismo pedigrí, es más imperdonable que no haber marcado hasta ese momento.
Lo cierto es que como el Éibar mejoró en el segundo acto porque Expósito dio un paso adelante y los armeros tuvieron más presencia en campo azulgrana, vimos un Huesca algo más desordenado y sin ser ese vendaval de ocasiones que había sido en el primer tiempo, aunque tras el susto del no penalti, llegó el impecable remate de Mir, a un menos impecable centro de Pedro López, y la justicia en el marcador, fue más racional.
Hizo más el Huesca para ganar y no pudo, hizo menos el Éibar y se llevó lo mismo, es la realidad del último partido de un Huesca urgido y exigido por la falta de puntos más que por la sensación que genera en el campo. A Michel se le critican muchas cosas, pero les aseguro que la plantilla está tan echa a su medida, que no encuentro quien pudiera venir en su lugar para mejorar la situación, así que “Michel forever” enarbolo yo.
No me excusaré en la cantinela de “si el Huesca marcara antes que el rival, si tuviera más acierto, si dejara la puerta a cero…”, son excusas peregrinas aunque ciertas y no solucionan nada. Yo creo en el sistema de Michel y en lo que propone, aunque algunas decisiones anecdóticas no las pueda defender y prefiera obviarlas.
Confío en él y en el puñado de futbolistas que demuestran con su calidad que son muy válidos para este Huesca y para esta categoría. Lástima que del puesto 14 o 15 de la plantilla, el escalón sea demasiado grande y los supuestos recambios no den la sensación de poder aportar al equipo cosas para sumar en los momentos que se necesita. No les engañaré: contento con la situación no estoy, algún partido la suerte y el fútbol se tienen que alinear con el Huesca para que las cosas le salgan bien.
Es lícito y hasta normal errar ante los dos primeros de la tabla, el Huesca no está para esas guerras, pero los despistes ante rivales como Éibar y Valladolid penalizan demasiado, y el Huesca ya arrastra unas cuantas penalidades de ese rango, que le hacen estar en la cola de la tabla a pesar de no jugar como para estar ahí.
Los resultados vienen del trabajo, el buen trabajo de la relativa tranquilidad que debe dar pensar que las cosas no se están haciendo mal del todo, pero que a pesar de eso, hace falta un extra para pegar el salto y salir del hoyo. Yo creo en Michel, creo en esta forma de juego y creo en esos tipos que se parten la cara cada partido, y que ante el Éibar, se sacaron actuaciones magistrales que no tuvieron premio. Por eso salgo al rescate de Michel, y creo que Michel es ahora mismo, el único que puede rescatar junto a los suyos, al Huesca del lugar en el que está, aunque el fútbol demuestre que merece más.