El exjugador y actual delegado de campo del Real Zaragoza, Alberto Belsué, ha destacado que “tal y como está montando el fútbol actualmente sería dificilísimo ganar la Recopa”, como hizo su equipo hace 25 años en París. “Aquello lo vemos como un hito histórico y con una alegría cada vez mas grande. Nuestros hijos se van haciendo mayores, vemos lo que supuso aquel título y nos pellizcamos y nos emocionamos“, señala el lateral derecho en una entrevista con Efe.
A este respecto ha desvelado que su hija apenas había visto aquel partido. La ocasión llegó hace unos días cuando fue programado de nuevo en Teledeporte. Lo vio toda la familia junta, a la vez que por whatsapp comentaba las jugadas con sus antiguos compañeros de aquella final, algo que considera “un lujo”.
“Lo vivimos con muchísima emoción rememorando esos años. Han pasado veinticinco pero parece que fue ayer. Te hace verlo con mucha más emoción. Yo les adelantaba lo que iba a suceder en las jugadas. Lo tengo fresco de haberlo visto otras veces. Sentí orgullo de ver aquello y alucino de la cantidad de gente que había tanto en ésta como en las finales anteriores de Copa del Rey contra el Real Madrid en Valencia y contra el Celta en el Vicente Calderón”, recuerda.
Hacer buena la profecía de Cedrún
Belsué explica que desde que acabó la semifinal contra el Chelsea los jugadores ya empezaron a pensar en la final y que vivieron “con gran emoción” los tres días anteriores a la final del Parque de los Príncipes porque eran conscientes de que podían pasar a la historia. “Teníamos claro que poseíamos armas para hacer nuestro fútbol y vimos que conforme transcurría el partido estábamos en mejor disposición de ganar, de pasar a la historia de verdad y de hacer buena la profecía de Cedrún en el balcón del Ayuntamiento en la celebración de la Copa contra el Celta, el año anterior, ya que dijo que volveríamos con la Recopa”, apunta.
El zaguero no olvida que hubo mucha tensión de inicio. El conjunto inglés comenzó el partido con muchas brusquedades y fuertes entradas a Nayim y Santi Aragón. “Era un equipo muy físico, muy grande y nos dieron mucha cera por lo que no había combinaciones. En la segunda parte fuimos merecedores de haber ganado y luego vino lo que vino, que nos hizo pasar a la historia y de qué manera”, rememora.
La clave para ganar la Recopa
El jugador zaragozano considera “clave” el cambio que hizo Víctor Fernández en el tramo final del encuentro. La entrada a Ángel de Juana ‘Geli’, pensando ya en los lanzamientos de penalti, supuso que Nayim cambiase su posición de la banda izquierda a la derecha. Ese movimiento propició el gol. “En esos últimos minutos se veía que era todo muy tenso, había mucho cansancio y no había que arriesgar para evitar errores que te pudieran costar el partido. Pero Nayim, con su genialidad, nos dio la tranquilidad”, comenta.
Al respecto del gol manifiesta que se quedó mirando y pensó “¡qué ha hecho éste!”. “Yo estaba detrás de él (Nayim) en mi campo y vi cómo le pegaba. Sabía lo que hacía y lo que quería hacer al cien por cien y fue perfecto. Ves caer el balón en tres segundos y lo ves con incredulidad. Fue la parábola perfecta en el momento perfecto”, expresa. El gol desató tal locura que los jugadores del banquillo, que estaba prácticamente al lado desde donde había golpeado el jugador ceutí, salieron todos corriendo y dando botes.
La locura del gol
Belsué fue de los primeros que llegó a abrazar a su compañero. Y protagonizó una de las anécdotas de la noche. Se tiró encima de él, hizo “la croqueta” y, preso de la emoción, le dio “un beso en los morros”. “Fue una locura inenarrable. Sabes que el partido está acabado y ver que has ganado de semejante manera era impensable, una locura. Bendita locura porque no hubo tiempo para más”, subraya.
Recuerda que, a diferencia de lo que ocurre en la actualidad, la ceremonia de entrega de la Copa y las medallas no estaba tan bien organizada. “Tardamos una barbaridad en recoger la copa y brindársela a la afición. Era otra época, ahora está todo más ordenado y reglado pero fue una fiesta desde el primer momento con todo el equipo y el presidente. Teníamos ganas de vivir algo que sabíamos que iba a ser muy difícil de repetir”, describe.
Con respecto al recibimiento que se preparó en Zaragoza al día siguiente, revela que al aterrizar el avión les habían avisado de la que se estaba “liando”. “Estaba todo lleno de gente desde el aeropuerto, 8 kilómetros de caravana con coches, motos y gente en los arcenes. La pena es que entonces no había autobús descapotable. Al llegar a Zaragoza estaba todo abarrotado. El Pilar era una pasada con una marea de gente que fue el doble del año anterior en la celebración de la Copa contra el Celta. Esta vez ya no cabía más gente”, certifica Belsué.
Para Alberto Belsué, como aragonés y zaragozano, haber ganado el título y recibir el reconocimiento de sus paisanos fue “muy especial”. Lo único que lamenta es que debido a la situación actual por el coronavirus no se realice una celebración de aquel hecho histórico. “Era para haber montado algo bonito y para hacer actos con las peñas y con el club pero es imposible. Espero que este aniversario pueda ser recordado no solo por los 25 años, sino porque el equipo consiguió también el retorno a Primera”, finaliza.