ZARAGOZA | La operación que sitúa a Dani Gómez más próximo a La Romareda puede tener una consecuencia indirecta: la llegada de Alberto Marí a Málaga. En las últimas horas del mercado quedan pendientes varias operaciones, entre ellas la salida de un jugador que no ha encajado en La Romareda. Marí fue un refuerzo final en el mercado de verano, escrito también en su último día. Afectado por las prisas, por el síndrome de un mal estudiante, el Zaragoza ejecutó una opción que no ha servido en ningún punto. Autor de un solo gol en el curso -llegó en Copa del Rey ante L’ Hospitalet- cuesta recordar buenas acciones de Marí en su paso por El Municipal.
Vencido en los duelos, también en el ánimo y el fútbol, Marí ha seguido la estela de una amplía suma de delanteros que en Zaragoza no sirvieron. En ese camino se encuentran Toro Fernández, Álex Alegría, Pape Gueye, Haris Vuckic, Sinan Bakis y un largo etcétera. Tan querido en el vestuario como rechazado por la grada, Marí y el Zaragoza eligen una solución lógica. Juan Carlos Cordero romperá la cesión pactada en el verano con el Valencia y Marí podría poner rumbo a Málaga.
Su última participación, en la fecha de ayer, no fue distinta ni más ilusionante que todas las anteriores. Volvía a quedar la impresión de que el ataque del Real Zaragoza se debilitaba con él. No parece que haya sido una cuestión de voluntad, sino de confianza y condiciones. También en el último día de un mercado, el fútbol le obliga a Marí a hacer sus maletas. El delantero alicantino no tardará en poner rumbo a La Rosaleda.