Alejandro Francés vivió una tarde gris ante el Alavés. Fuera de sí y de su zona, cometió algunos errores impropios de su condición. No mostró una sintonía global con Jair Amador, en el que siempre había parecido el lugar más seguro del grupo. Curiosamente, las certezas de antes son las dudas de ahora. Fran Escribá señaló el carril central en la rueda de prensa posterior al partido: “Me preocupa más lo que pasó en el área. De la defensa, los laterales estuvieron mejor que los centrales”. Y ese toque de atención público ha abierto un debate que afecta a Jair Amador y que sitúa también a Alejandro Francés en una posición débil.
El club se hace el remolón con la renovación del portugués, en busca quizá de una apuesta ambiciosa en verano para esa posición. Jair está feliz en la ciudad y quiere un contrato largo que el Zaragoza no le pretende ofrecer. Hay cierta lógica en los reparos del club: el portugués está en plena madurez, pero con un margen de progresión reducido. Se sospecha que Jair nunca será más de lo que ya es. La situación de Alejandro Francés es totalmente distinta.
Francés no vive su mejor temporada y ha cometido errores que no se esperaban de él. Desorientado por su renovación, con lesiones en el curso, no ha mostrado el mismo grado de concentración que le hace ser un defensor moderno, un especialista en la anticipación. Los fallos del canterano se localizan especialmente en tres partidos muy concretos: Cartagena, Leganés y Deportivo Alavés. En esos duelos, Francés llegó a dudar de sí mismo y a cometer pecados de juventud. Pero ante las primeras lagunas conviene creer más que nunca en su talento: por cualidades, zaragocismo y por su capacidad de aprendizaje y crecimiento en el tiempo. Sus errores merecen también una disculpa: está en la edad de equivocarse.
El partido ante el Málaga puede significar muchas cosas para la defensa del Real Zaragoza. Los defectos en los perfiles parecían anunciados desde pretemporada, pero el curso ha descubierto también fallos entre los centrales. Jair Amador quiere probar que puede seguir dando rendimiento inmediato y ser el rascacielos del Zaragoza. Alejandro Francés debe revisar sus fallos y cuidar los detalles, para mostrar que no solo es el defensor ideal para el presente sino también para el futuro. Si mantiene la atención y el rigor, ganará esos duelos que le hicieron distinto en el curso pasado.
Para bien o para mal, está en manos de Francés despejar todos los debates.