ZARAGOZA| Una de las máximas en el fútbol es que aquello que funciona, no se toca. Víctor Fernández, cuarto entrenador que más partidos ha dirigido en Primera División, sabe perfectamente de qué va esto. Y esto, va de sumar lo máximo posible y estar arriba. Justamente lo que estaba haciendo el Real Zaragoza hasta este tropiezo. Es por ello que los dos cambios que hubo en el once respecto a la goleada ante el Elche, fueron esperados. Uno de ellos de hecho, fue obligado. La lesión de Keidi Bare dio entrada a un Toni Moya que por rendimiento, sobre todo en la pretemporada, pedía insistentemente su titularidad. El otro fue la entrada en el inicio de Adu Ares, que lleva ya varias semanas en la dinámica del equipo y se ha recuperado de sus molestias en el tobillo.
Tras llegar al descanso con el susto en el cuerpo y con Poussin convertido en héroe, el técnico zaragocista no dudó en agitar el avispero e introducir cambios que dieran un brillo diferente a los suyos. El primer cambio fue Adu Ares, que realizó un partido en el que fue intrascendente en muchos momentos y en los que apareció estuvo impreciso. Además, obligó a desplazar a Liso a la banda derecha. En su lugar entró Bermejo, que lo intentó con ganas pero con cero acierto. A continuación, Víctor optó por dar entrada los dos mayores revulsivos en lo que va de temporada: Iván Azón y Francho Serrano. A diferencia de otros días, no consiguieron ofrecer soluciones de calidad y en especial el ariete maño no estuvo para nada acertado.
Por último, el entrenador español dio paso a Kosa y a Bazdar. El debut del joven eslovaco fue discreto pero accidentado, no por su incidencia en el juego sino por el resultado final. En cuanto a Samed, intentó cosas diferentes. Intentó ser vertical y dio señas del jugador fino y de calidad que es. El tiempo no le dio para mucho más y tuvo una ocasión que se escapó por poco tras atreverse a disparar desde la frontal con la pierna izquierda.
Víctor Fernández, optimista tras el primer tropiezo
Conmedido en la victoria, también lo es en la victoria. Esuvo en lo alto de la tabla tras las primeras cuatro jornadas y Víctor siempre emitió un mensaje de tranquilidad y humildad. El mismo que ha querido transmitir hoy. Consciente que no ha sido el mejor de los partidos, considera que sus futbolistas han hecho méritos para cosechar, como mínimo, el empate. El encuentro fue decidido por no cerrar el partido cuando pudieron y por el acierto local en el gol. No obstante, para Víctor las sensaciones son buenas y así lo ha expresado: “¿Buenas sensaciones? Sin duda. Tenemos buena actitud y no nos rendimos. Hemos salido a competir para ganar. El rival también hace méritos. Ha mejorado muchísimo en profundidad de plantilla. Va a estar ahí. No podemos olvidar de donde venimos. No preocupa la derrota”.