Andrei Ratiu (Aiud, Rumanía, 1998) llega para hacerse con el carril derecho de la SD Huesca por donde también peleará otro de los fichajes para esta temporada: Buffarini. Forjado en el Villarreal y con pasado aragonés, más concretamente turolense, el jugador rumano ha fichado para las tres próximas temporadas por la SD Huesca. Acaba de ser presentado en compañía de Manuel Torres, consejero delegado de la entidad. Y en un 9 de agosto, el guiño a la afición llegó sobre El Alcoraz con la foto sujetando una pañoleta por las fiestas de San Lorenzo.
El fichaje se sustenta, ha dicho Ratiu, en el proyecto deportivo de la entidad altoaragonesa, en el deseo de ser uno de los pilares en el objetivo del ascenso y en la necesidad de dar un salto en su carrera. Ha puesto pie en pared después de 11 años bajo el paraguas del Villarreal. Ha confesado que “fue una decisión dura”. Ni que decir tiene que en el plano personal se marca el objetivo de dar lo mejor de su fútbol y devolver al club la confianza depositada en él; en el colectivo, contribuir para que el Huesca “vuelva a donde se merece”.
Ha reconocido Ratiu que tuvo más ofertas, que barajó otras posibilidades antes de recalar con el Huesca, pero que el proyecto fue determinante para vincularse por la entidad altoaragonesa para las tres próximas temporadas.
“Enfado, frustración y decepción”
Por su parte, Manolo Torres dejo claro su disgusto por la decisión del Gobierno central de limitar el aforo de los estadios a un 40% de su capacidad. Y no ahorró calificativos para describir su malestar. Tras recordar que ‘Dura lex, sed lex’ -la ley es dura, pero es ley- subrayó que la sensación es de “enfado, frustración y decepción”. No lo dio por sentado, pero la sensación es que no quedará otra que ante las ganas de los socios de acudir el viernes al primer partido de la temporada, contra el Éibar, habrá que hacer un sorteo el miércoles.