Hay rabia por las dos derrotas. Hay errores -ha deslizado Ambriz- que han costado puntos importantes dentro y fuera de casa y siquiera el equipo pudo sumar un punto que hubiera sido bueno, pero que, al entrenador del Huesca, tampoco le convence. ¿La razón? Aspira a que su equipo sume de tres en tres. Y lanzó el mensaje de que el equipo “no se puede permitir tres derrotas seguidas”.
Salió fuerte el preparador del Huesca en la rueda de prensa previa al partido contra el Lugo, pero sus primeras palabras no fueron ni para el rival gallego ni para los partidos disputados contra Las Palmas y Oviedo. Fueron para su patria. Un terremoto ha vuelto a sacudir Mexico y Ambriz ha mandado “fuerza y abrazos en este momento complicado”.
Y de allí, al fútbol. La semana ha servido para limar errores e incluso acciones como la del capitán Jorge Pulido, cuando el partido moría y que le costó la doble amonestación. Sin su concurso toca reordenar la defensa. Nacho Ambriz confirmó la entrada de Ignasi Miquel en el once inicial. Su experiencia le hacen ser un valor seguro por lo que no hay más problema.
El preparador quiere inocular al grupo un mensaje de tranquilidad, de saber jugar. Y el primer paso es eliminar la ansiedad para saber el ritmo que es necesario imprimir en cada momento de juego. Al Huesca le cierran los espacios, el rival le da la bola y le espera bien armado para desesperarlo. Y saber cómo enjuagar eso es clave. Hay que evitar atascos con el balón y circular el balón más rápido. No escondió después de cuatro partidos que la Segunda es una liga muy competida y va a ser difícil ver resultados amplios.