El Bada Huesca 2022 echará a andar en competición en febrero. El de hoy ha sido un amistoso contra el Billère para tensar el espíritu competitivo. Es un clásico en la preparación de ambos sietes. Ante la baja de Sergio Pérez, el timón lo cogió Domingo Malo y Nolasco jugó con los mismos en ataque que en defensa. Hubo que esperar hasta ver en acción al último jugador alistado: Pere Arnau. Hasta su puesta en escena, el lateral derecho fue para Joao Pinto. Ítem más, regresó Carmona a velocidad de crucero.
La esencia del equipo sigue intacta. Atrás sigue con su 6:0 pétreo, con Rodrigo Benites al mando del muro, al que se sumó Arguillas. El capitán empezó -y siguió- dulce para sujetar a los suyos y en el ataque, después de que Asier abriera el marcador, los dos siguientes tantos fueron desde los 7 metros. Ya se sabe aquello de que el balonmano francés no hace amigos. Menos con tipos como Junisbekov o Vergey. Y para ser justos, tampoco el Bada Huesca es la banda de los Hermanos Dalton.
Con el 7-4 y tiempo muerto del equipo galo, Nolasco movió fichas. Gucek, Montoya y Floris saltaron al 40×20 en defensa, y Gomes y Arnau, con el esloveno en el lateral izquierdo, en el ataque. Las inferioridades las sigue jugando Nolasco con el portero en el banquillo por lo que la vida sigue igual. Si el técnico del Bada quería un amistoso para ahorrar pérdidas, en un buen trecho del primer acto lo consiguió. Y eso que hubo más de una jugada de pizarra en la que pudieron perder la bola y acabó en las redes del Billère.
El amistoso sirvió para ver a Montoya defendiendo de dos, que Gucek tiene el brazo derecho un lanzador de misiles aire-tierra y que en el balonmano cuando te aturullas en ataque pierdes la bola. Y cuando el Billére subió un metro su defensa y lo hizo en los 7 metros apretó más al Bada Huesca que perdió un par de bolas robadas por los galos. Si Nolasco empezó el partido manteniendo el equipo sin cambios en las transiciones, con los cambios sí que optó por ellos. Floris y Rodrigo Benites llevaban la argamasa por Gomes y Carmona dejando a Arnau en el extremo.
En el minuto 24, con 16-15, entró el canterano bajo palos Pascual que paró varias buenas bolas y en el extremo Fran Rubio pleno de pundonor. Billère cambio su defensa lo que obligó a descifrarla con rapidez y éxito. El Bada hizo las dos cosas y con 21-16 acabó el primer acto. El segundo se abrió con la premisa los que defienden son los que atacan. Arnau parece que está integrado y eso es bueno. Conectó con Asier en un ‘fly’ espectacular para poner el 23-17 sin llegar a los cuatro minutos de la segunda parte. Y estas cositas siempre son positivas para ganar confianza.
En muchas ocasiones el juego del Bada desbordó al Billère. Al estar firme atrás todo se hace más fácil y arriba basculó muy bien al 6:0 galo. Con balones al pivote o a los extremos, ganando la posición tan solo faltaba embocarla y (casi) siempre encontraron el pasillo necesario para llevar la redonda al fondo de la red. EL 27-20 en el minuto 35 era tan determinante de la diferencia como nulo de valor.
El punto negro del amistoso llegó con la posible lesión de Doudeau en ataque emparejado con Pere Arnau, al filo de los diez primeros minutos de esa segunda parte. El paso de los minutos elevó el tono de las defensas y entre postes y porteros se mantuvo la diferencia favorable al Bada. Y el partido se adentró en territorio Joao Pinto. El luso cuando llegó en carrera es un seguro de vida y cuando actuó de central deja minutos de puro caviar.
El paso de minutos sirvió para seguir con la diferencia en el electrónico 36-31) para entrar en los últimos cinco minutos y para seguir con el pegamento del equipo. A febrero se llega con buenas sensaciones, con el equipo necesitado de mejoras, a la espera de que lleguen los que faltan y con el deseo de seguir escalando posiciones en la tabla y buscar la fase final de la Copa del Rey.
Y al final del partido, bonito detalle del equipo que se hizo la foto con las canteranas del BM Huesca.