El Bada Huesca ha cerrado el primer amistoso de la pretemporada 2020/21 con una victoria contra el Anaitasuna. Primera toma de contacto con lo que puede ser la competición de los de Nolasco ante un rival con nombre y jugadores. Poco se puede afirmar en partidos así, aunque se puedan proyectar cosas. Nolasco confió de entrada la portería a Dani Arguillas y su primer siete lo ‘cargó’ con los jugadores de la pasada campaña. Delante, un Anaita que planteó una defensa 5:1 con lo que le tocó al equipo comandado por Tioumentsev salvar un primer escollo rumbo a la portería de un tipo como Renner, espigado y que paró mucho.
Amistosos así, sobre el sofocante calor del 40×20 del Palacio, sirven para ver que si lo aprendido en las dos semanas que se llevan de preparación se plasma en el juego. Son varios partidos en un mismo partido. Y cosas que se vieron, los ‘nuevos’ de la pasada temporada han cogido el cartel y lo han tirado al Isuela. Están más sueltos, más seguros de sus acciones y con más mando en plaza. Delante, Montoya en el pivote tiene manos de tenazas y cuerpo de estibador. Si no hay hueco lo excava. Todo lo que pilló fue para dentro y con criterio.
El primer siete metros de la temporada fue para Joao Pinto. Y el lateral del Bada Huesca lo embolsó en las redes de Anaita. El Bada se presentó en defensa con su 6:0. Si Marco Mira era el comandante en jefe, se presupone que el relevo lo ha cogido Benites. Se le escuchó mandar alto y claro. Es lo que tiene jugar un amistoso a puerta cerrada. El brasileño tiene -debe- explotar esta temporada que la inicia en Huesca desde el minuto uno. A su lado, Malo, Asier y Joao Pinto.
Nolasco empezó a rotar el equipo con 11 minutos jugados y 4-5 en el electrónico. A falta de Álvaro del Valle por lesión y con Alex descansando tras esos minutos sobre la pista puso a dos centrales. Malo -cada vez con más responsabilidades y mejor juego- por Tioumentsev y Sergio Pérez en el lateral derecho. En el carrusel de cambios también entró Anaita y ambos equipos dibujaron otro partido más favorable parra los de Pamplona que cabalgaron para cerrar el primer acto con 11-13 a su favor.
El segundo acto se abrió con una contra firmada por Carmona, que fue protagonista del empate a 14 y del 7 metros que firmó Pinto para adelantar al Bada en el marcador. Anaita siguió con su defensa 5:1 y Bada circuló la redonda para abrirla. Nolasco le dio los últimos 20 minutos de portería a Espinha, uno de los fichajes para la presente temporada que se fue entonando rápidamente. Los nuevos está claro que necesitan adaptarse. Que tienen balonmano no hay duda. Tampoco que están en proyección y que hay que adaptarlos al juego de una Asobal donde prima más la inteligencia, el saber, que la fuerza sin control. Eso sí, atrás, Janez parece un tipo difícil de desarbolar.
Bada también probó una defensa 5:1 con Sergio en el adelantado. Anaita dejó la suya para encaminar el último tramo del partido con un 6:0. Eran buenos los cambios. Distintas formas de actuar para variar el chip de la cabeza y adaptarse a las nuevas propuestas de ambos sietes. Fue bueno el amistoso, porque ambos equipos lo entendieron con sana rivalidad. También es cierto que en este deporte no es bueno esconderse ni ir blandito, porque es como si esperas salir indemne contra un mercancías.
El final fue tenso. Con Anaita planteando una defensa abierta para robar el balón que le diera el empate o impedir que Bada se pusiera a dos. Fueron minutos de partido más que de amistoso. Y eso también es bueno. Saberlos jugar. Al último minuto se entró con 26-24 y la redonda al palo de Espinha. Se murió el partido y victoria que no sirve numéricamente, pero que vale este Bada Huesca Anaitasuna.