De la fiesta en el ataque a la verbena en defensa. Al menos, por lo que dicta el resultado: Billere 38-37 Bada Huesca. El siete altoaragonés acaba de firmar su primer amistoso de la pretemporada 2021/22. Lo ha hecho en Orthez contra un viejo amigo como es el Billère francés. Un encuentro que fija más por dónde empieza andar el ‘team’ Nolasco 2021/22, que dónde se encuentra. Extraer conclusiones más allá sería un ejercicio de prestidigitador.
Este no iba a ser el primer amistoso para encarrilar la nueva temporada. Antes había parada contra el Soria, pero ya se sabe que la Covid-19 llamó a la puerta del Bada Huesca y se cargó 11 días de preparación. Así las cosas. toca utilizar pegamento Súper Glue por delante del imedio porque la pretemporada es la que es y la Asobal no espera.
La primera conclusión del Billère-Bada Huesca es que el siete altoaragonés regresa sin bajas del amistoso en tierras galas. Y esto es ya de por sí importante. Ya se sabe que cuando las cosas se tuercen igual la espiral es más que peligrosa. Con tres entrenamientos en piernas y cabeza y contra un equipo más rodado y con poderío físico se le ha aguantado. Esto es importante.
El partido se disputó en un pabellón pequeño, con gente en la grada y con el calor apretando. Nolasco ha rotado a su plantilla. Lo ha hecho con una media de diez minutos de juego para cada jugador a la búsqueda de los objetivos marcados. “El resultado me daba igual. Quería tener opciones en ataque y las hemos tenido. Nos han metido muchos goles porque no teníamos piernas en el repliegue. Ha sido una buena piedra de toque”, explicó Nolasco al término del amistoso.