El amistoso entre el Calahorra y el Huesca comenzó con poco movimiento. En la primera parte, con jugadores de los filiales poblando la alineación inicial, se fue de menos a más. La posesión la atesoró el conjunto oscense. Con la presión tras pérdida y el constante acoso a los jugadores defensivos del Calahorra, el balón fue casi monopolizado durante todo el choque por el Huesca en un amistoso que sirve para intuir levemente lo que quiere Michel del equipo altoaragonés.
El peligro real llegó pasada la mitad de la primera parte, cuando los de Michel tuvieron una doble ocasión. Un centro al segundo palo que Joaquín remataba con la testa y que después sacó bajo palos un defensa local. Más tarde, en la jugada posterior del córner, sería el punta David Ballarín el que obligaría al cancerbero local a estirarse para sacar un disparo desde fuera del año que se colaba entre los tres palos.
Desde ahí, las ocasiones azulgranas se fueron sucediendo con más asiduidad. Ballarín volvió a golpear con riesgo desde fuera del área, encontrándose con la madera. Por último, una falta lateral colgada por Eugeni se paseó por el área pequeña mientras varios jugadores trataban de llegar pero ninguno lo lograba. Pulido, capitán del Huesca, fue el que más cerca estuvo de llegar, pero no lo logró.
Se llegó así al descanso, con el 0-0 inicial. Los cambios en el 11 terminaron de decantar la balanza a favor del conjunto oscense, pero con el dominio general no valió. El Huesca llegó cada vez con más frecuencia. El central Kike Hermoso se encontró con el larguero y las ocasiones oscenses se sucedieron pero sin llegar a anotar gol.
Antonio Valera protagonizó una gran parada en la única y más clara ocasión del partido para el Calahorra. Sacó con el rostro un balón en un mano a mano que pudo haberle costado la derrota a los de Michel.