Primera vez que ocupó Anquela el banquillo azulgrana y primeros cambios que se apreciaron, tanto tácticos como de jugadores, en un partido en el que el Huesca escaseó de efectividad.
Juan Antonio Anquela sacó a escena un once en el que no podía estar Darwin Machís por sanción, y Luis Fernández y Bambock se ganaron a pulso la titularidad tras el gran partido que firmaron frente al Villarreal. La entrada en la alineación del franco-camerunés desplazaba a Fran Mérida a la mediapunta, el técnico jienense se decidía por meter a David Mainz en banda derecha y Christian acompañaba a Carlos David en el centro de la zaga. El once de la SD Huesca ante el CD Mirandés fue el siguiente (4-2-3-1):
Once de la SD Huesca ante el Mirandés en El AlcorazEl inapelable 3-4-3 del Mirandés
Salvo unos primeros minutos en los que los locales apretaron y tuvieron alguna que otra ocasión, el Mirandés controló la primera mitad. No fue superior, no dominó. Los castellano-leoneses no sometieron al Huesca ni enlazaron largas posesiones de balón en todo el primer tiempo, pero sí que lo tuvieron más que controlado. Los de Carlos Terrazas demostraron el por qué de tan buen inicio de temporada; por qué son tan difíciles de ganar -sobretodo en su estadio-. La clave está en su sistema táctico: un uso excelente del 3-4-3 en rombo.
Un sistema simétrico en vertical, que puedes doblar por la mitad y todas las piezas encajan. No es nada sencillo ejecutar a la perfección un tipo de esquema tan particular y arriesgado -solo tres centrales-, y para ello el conjunto rojillo cuenta con jugadores inteligentísimos; que no son los mejores, ni los más técnicos, ni los más habilidosos, pero sí los más inteligentes. Sin necesidad de tomar el esférico como punto de partida ni como base de una idea, el Mirandés ahogó al Huesca con ese esquema. Lo inhabilitó.
Los cuatro centrocampistas visitantes implicaban superioridad numérica ante la medular azulgrana. Manolo -impreciso-, Bambock y Mérida -liberado- fueron insuficientes para impedir la suficiencia de Rúper, Eguaras, Kijera y Salinas. Los movimientos de los medios del Mirandés eran tan coordinados que no dejaban un agujero del que aprovecharse y escapar. Luis Fernández caía al costado de Camacho para pelear los duelos aéreos, recibía de espaldas y giraba, pero nunca tuvo socio con quien apoyarse. El gallego fue el azulgrana más destacado del primer acto junto a Bambock, quien luchó en el centro del campo y supo cuándo y cómo sumarse al ataque, aportando alguna que otra acción de peligro. Manolo, espeso y Fran, perdido, no sumaron, al igual que un Mainz que se mostró incómodo desplazado a una banda.
Si el Mirandés, solamente con llevar a cabo su planteamiento, había conseguido a penas pasar peligro e incomodar a Whalley, se encontró con el gol antes del descanso en un libre directo en el que falló el guardameta local por dar el pasito y no defender su palo. Anquela había intentado paliar minutos antes los males que atemorizaban a su conjunto pasando al 4-1-4-1, con dos interiores (Bambock y Mérida) y dos bandas (Mainz y Camacho), pero ni aquello surtió efecto. Es lo que ocurre cuando un equipo está de dulce y le sale todo.
El Huesca, con Tyronne y Moya, en un 4-4-2.Lo contrario le pasa a este Huesca, que aun intentándolo por todos los medios, no encuentra el premio. El sabor de la amargura se apodera de los sentidos de los jugadores y los de Anquela acabaron pagando su inefectividad. No debía tardar mucho el técnico azulgrana si quería cambiarle la cara al partido, e hizo bien. En el 55′, Tyronne y Moya salieron al terreno de juego en detrimento de Manolo y Mainz. El Huesca cambiaba al 4-4-2; Mérida pasó al doble pivote junto a Bambock, Tyronne se situaba en derecha -su costado- y Moya acompañaba en punta a Luis Fernández.
Así se jugó la segunda mitad hasta el 88′.El ’24’ ya tenía lo que necesitaba -Moya-, y el Huesca, a uno que desequilibrara -Tyronne- y a otro que construyera desde atrás -Mérida-. La SD Huesca fue superior en la segunda mitad; tanto por el suelo como con centros laterales se impuso al Mirandés en los segundos cuarenta y cinco minutos. En uno de esos centros llegó el tanto del empate y la dinámica había cambiado por completo: los azulgranas no cesaban en atacar y crear peligro, mientras que a los de Carlos Terrazas tan solo les quedaba la agilidad de Lago Junior en ataque, que fue un absoluto incordio.
El desacierto se acabó pagando
La dinámica que se mostraba en esa segunda mitad era buena en tanto a que se creaban ocasiones, pero el segundo gol no acababa de llegar. El Huesca se topaba una y otra vez con el desacierto cara a puerta y no se vislumbraba nada con la suficiente nitidez como para lograr adivinar algo que pudiera dotar de luz a los compañeros que actuaban sobre el verde y resolver la imprecisión que se atisbaba en los metros finales. Los de Anquela entraron en un peligrosísimo círculo vicioso de tener y no anotar que se volvería en su contra más temprano que tarde, pues las fuerzas ya escaseaban y se perdía frescura; se necesitaba aclarar el camino y reactivar esa aura de optimismo y confianza que se había establecido tras la igualada.
Con Samu Sáiz y el 3-2-3-2. Así acabó el Huesca.Anquela, ahora, esperó demasiado. La cuerda, de tanto estirarla, se rompió y, con fuerza, golpeó a los azulgranas cual látigo feroz. El 2-1 del Mirandés en el 87′ en un saque de esquina mal defendido -en zona, Camacho pierde la marca- dejó helada la grada de El Alcoraz. A continuación, Samu Sáiz, al que se necesitó antes, sustituyó a Morillas (88′). Un cambio ofensivo que llegó cuando ya era tarde. El Huesca pasó a un 3-2-3-2, con tres centrales -Ramírez, C.David y Christian-, un doble pivote -Mérida y Bambock-, Tyronne y Camacho en bandas, Samu como mediapunta y dos delanteros centro -Luis y Moya-. No hubo tiempo para reaccionar más allá de un córner que blocó el meta rival.
La SD Huesca perdonó y lo acabó pagando. En la primera parte, el conjunto altoaragonés estuvo controlado, y en la segunda no hubo fortuna. No se jugó bien, pero se crearon las suficientes ocasiones como para ganar el partido merecidamente. Sin embargo, no se acertó, y este Huesca no está ahora como para echar por tierra lo que tanto trabajo le cuesta. Ya en descenso, y el próximo domingo, a Almería. Como diría Manolo, “a jugarse las papas”. Y tanto, porque los azulgranas pueden quedarse con hambre… y sin comida.
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A ver si hablas del gol que falla tyronne , gol hecho y que remara Moya en fuera de juego , o de la falta que entra por el palo del portero , o como se come el portero el gol en el córner, lo tuyo es muy fuerte háztelo mirar ,
Sólo hablas de tyronne chavala habla de todos los que fallan o cojen el balón y no lo sueltan o alguno que no puede fallar xk ni siquiera lo intenta.
Retirate con Camacho anda que aburres que fijación por favor.
Aprende a defender lo que te parece sin desmerecer a los demás jugadores luego hablas de la afición del Huesca, aficionadas como tu no gracias.
Jajaja !!! Qué bueno , qué gracia ,
Como no, Camacho pierde la marca y gol del Mirandes,lamentable que juegue en este equipo,es vergonzoso,