El rendimiento ante el conjunto tarraconense de Aguilera, Alexander y Arruabarrena condujeron al Huesca a un vitalísimo triunfo marcado por su calidad defensiva y su claridad ofensiva.
La entidad del Alto Aragón tumbó al Nàstic gracias a una sensacional -y muy bien trabajada- labor defensiva ejecutada a las mil maravillas por la pareja de centrales. Y no porque Jesús Valentín y Christian Fernández salvaran goles bajo palos ni porque sus tackles resultaran efectivísimos, pues esto no hizo falta. El Huesca rubricó su mejor partido de la temporada.
Anquela puso en liza un once que, salvo la pareja de centrales, suena ya como titular tras el extraordinario choque ante el cuadro tarraconense. Los protagonistas ante el Gimnàstic de Tarragona de Vicente Moreno, en un 4-2-3-1, fueron los siguientes: Leo Franco en portería; Nagore lateral derecho, Jesús Valentín y Christian Fernández como pareja de centrales y Morillas lateral izquierdo; Aguilera y Mérida en el mediocentro, con Alexander en banda derecha y Machís en izquierda; Samu Sáiz, de enganche y, en punta, Arruabarrena. A Samuel ya nadie le saca de ahí ni con agua caliente y Fran Mérida es más que indiscutible; a ellos, entonces, se les ha de sumar Aguilera, Alexander y Arruabarrena, quienes firmaron sus mejores minutos desde que están en Huesca.
La SD Huesca leyó el encuentro como no nos tiene acostumbrados. No fue a presionar arriba cuando el Nàstic sacaba el balón jugado, pero tampoco replegaba en exceso ni se metía en demasía en su propio campo. Con un 4-4-2 se protegía el conjunto oscense, cuyas líneas permanecían juntas y el bloque no se hundía, algo capital. El eje de la zaga se situaba varios metros por delante de Leo Franco, con la altura suficiente y adecuada, y los demás no se separaban más de lo permitido. Tras este primer paso, tocaba ver cómo actuaban los zagueros azulgranas cuando los visitantes filtraran el pase interior a cualquiera de sus mediapuntas: el Huesca realizó una masterclass de cómo defender a un rival de espaldas a portería, saltando de forma agresiva a su acecho incluso antes de que éste recibiera balón e impidiéndole que tuviera excesivo tiempo para pensar en cómo perfilarse o poder girarse. Solamente con que el rival notara el aliento de un azulgrana en su nuca bastaba para que no le quedara otra opción que la de perder el balón. Emana se vio obligado a retroceder su posición para entrar en juego y ahí empezó todo; fue la base de la estructura.
Cuando debían tener el balón, los jugadores del conjunto oscense ni pensaban ni se complicaban demasiado: bastaba, o bien con encontrar a Fran Mérida y comenzar a partir de él, o bien llegando a Arruabarrena. Pero no al Mikel de los últimos dos meses, sino al de ayer. El vasco se vistió de maestro y demostró cómo ha de jugar un delantero de Primera División, un atacante como él. Arruabarrena supo qué hacer y cómo ejecutar el movimiento correspondiente en cada momento. Jugó de espaldas, descargó de cara, protegió el esférico y provocó faltas a su favor según la posición del rival y la longitud que le distanciaba de sus compañeros, tomando siempre la mejor opción.
El otro que no se quedó corto fue Juan Aguilera, cuya brutal capacidad de posicionamiento recorriendo los menos metros posibles recordaban, en esta faceta, al Sergio Busquets que, aunque parece que no está, a todo llega. Participó en ese rol defensivo de los zagueros azulgranas y jugaba a los menos contactos posibles tras robo descargando en su compañero Mérida. También a un altísimo nivel rindió Alexander, tanto en desequilibrio arriba, superando los 1×1, como cerrando atrás cuando debía ayudar a un Nagore que contrastó con el partido de los demás. Si bien cumplió siendo el tercer defensor que apoyaba a Valentín y a Christian en la tan peculiar función defensiva, el ex del Alcorcón fue el más impreciso con balón.
Siendo el carril izquierdo del Nàstic el más ofensivo, por la proyección de Mossa y las diagonales de ‘9’ de Naranjo, Alexander ayudaba a Nagore en las escasas ocasiones en las que los de Vicente Moreno podían profundizar por dicho costado, metiéndose el lateral un poco más hacia dentro y dejando que el venezolano ‘se ocupara’ de la banda para cerrar, entre ambos, el espacio a Mossa. Ya en la segunda mitad Vicente Moreno metió a Tejera en lo que supuso un cambio de sistema: el Nàstic cambió al 4-3-3 (4-2-3-1 previo), quedando Emana como punta.
Los grana seguirían jugando con tres centrocampistas, pero el perfil y la disposición de estos tres influiría en los azulgranas: que Tejera y Aburjania fijaran a Aguilera y a Mérida impedía que el Huesca pudiese jugar con la fluidez con la que lo hizo en el primer tiempo. Después, con Xisco sobre el campo, el técnico visitante dejaría huérfana su banda izquierda para que la ocupara Mossa en su totalidad, jugando con dos puntas y obligando a un sobre esfuerzo a la pareja de centrales local. No obstante, sorprendió el estado de un Jesús Valentín cuya forma física me pareció tremenda.
Con ello, Anquela debía proteger el centro metiendo a Ros junto a Aguilera y a Mérida en detrimento de uno de los venezolanos, pero al encontrarse con el 2-0 ya no había prisa para ello. Ros acabó entrando (76′) y lo hizo por Aguilera, quien sufrió unas molestias musculares. Con el plan cumplido y rozando el final, Gaspar (87′) y Camacho (90′) sustituyeron a Alexander y a Samu Sáiz, quienes se desfondaron. Machís terminó en la banda derecha para que fuese Gaspar quien lo hiciera en la izquierda. Las sensaciones fueron buenísimas, y me quedo con ellas antes que con el resultado.
Fue la mejor victoria que ha conseguido Anquela al frente de este Huesca y la mejor del propio Huesca en esta campaña. La azarística que reina que en el mundo futbolístico permite que el balón entre cuando uno menos se lo espera, pero cuanto más se desee, más probabilidades habrá. Y se entiende por desear el querer mediante el esférico. Al Huesca no le faltó intensidad ni concentración. De diez. Pero en ningún momento tampoco le faltó fútbol, y eso no se entiende sin Samu Sáiz: su presencia en el campo es ya más dañina para el rival a nivel psicológico que a cualquier otro, y eso que sólo con tocarla… ya merma.
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Para mi es una falts de respeto hablar de esas maneras de un jugador tan emblematico que a sido es y sera el gran capitan.
Aguilera Alexander arrubarrena y añado jesus Valentín , su salida de balón determinante y el pase del gol a Alexander es de una calidad y una precisión de un partido de primera división , luego las ovaciones se las llevan los que deslumbran por las carreras que se pegan , a mí me deslumbran otras cosas
Otro gran gran análisis. Enhorabuena Edgar Navarro
Me gusta el análisis del partido,pero creo que falta decir ,que por fin ,ese jugador que poca gente defiende (cada dia menos)esta por fin en el banquillo y no molesta al equipo,gracias
PD:Al final se impone la razón,ese jugardocillo acaba en el banquillo,logico ¿no?,ja ja ja ja ja
No creo que acabe en el banquillo porque sea mal jugador o no aporte, sino porque la otra opción es magnífica.
Aporta más bien poco ya. Está para los minutos de la basura y poco más
Tiempo al tiempo , lo dije el otro día más vale ser gracioso que caer en gracia , alucino al ver como un jugador por pegarse tres Carreras se oyen ohhh de exclamaciones y se le ovaciona como si nos hubiera dado uña champion , tiempo al tiempo , a mí no se me gana con slaloms ni con desbordes ni con chispazos , a mí no me convence samu , además de que su trabajo se ve claramente beneficiado por el de Aguilera y sobre todo por el de Mérida , a mí me convence Aguilera , un tío trabajador y de equipo , solo hay que verlo , a mí no me des explosividades, estarán contentos los que le han hecho campaña para que juegue , pues nada a. Ver que tal rinde de titular noventa minutos varios partidos , después de escuchar barbaridades ahora se demuestra que nadie es intocable veremos si los que se le dan oportunidades las saben aprovechar , en muchas cosas el tiempo me ha dado la razón solo es cuestión de esperar , paciencia tengo , reconozco que samu tiene cosas buenas , pero el bombo que se le está dando me parece muy muy exagerado ,
Pd perdón más vale caer en gracia k ser gracioso rectifico