La SD Huesca cayó en Anduva en un partido muy gris y en el que muy poco se pudo observar. Los azulgranas carecieron de argumentos para creer y la baja de Samu se notó en demasía.
Lo más importante en el fútbol es creer que puedes. Así levantó el Leicester City la Premier League y así no puede competir el Huesca de Anquela. Porque en ningún momento el conjunto oscense dio la sensación de poderse llevar el partido. Porque todos sus ataques se intentaban finalizar más por el fruto de la casualidad que por la convicción de que la pelota podía traspasar la línea de gol. Y si a ello le sumamos la ausencia del más incisivo y agresivo con el esférico, este Huesca pierde mucho; lo acusa demasiado.
Fue Camacho quien suplió al ’14’ azulgrana en ese rol de mediapunta que tantas veces y tan bien lo ha hecho el capitán. Los demás fueron los de siempre hasta que Bambock, nada más comenzar (6′), tuvo que sustituir a un Juan Aguilera que lo tuvo muy claro al pedir el cambio. Todavía no se conoce qué le sucede concretamente pero el madrileño ya se tuvo que retirar en el partido ante el Llagostera y parece forzó para estar en Anduva. Una baja muy sensible sobre todo si no llega para recibir al Almería. Su ausencia también la sufre el Huesca.
Más que equilibrio, lo que te da Aguilera es cabeza. Y en Segunda, que piensen bien, hay muy pocas. De entre ellas, yo me quedo con la de alguien a quien ya se tuvo en la capital altoaragonesa, como es la de Ion Erice, quien está muy cerca de ser de Primera. Pero eso ya es otro tema. A Bambock no le quema el balón en los pies, y tampoco sufre sin él, pero es muy distinto a Aguilera, y no solamente por su poco criterio táctico o su escaso equilibrio. También es de sensación. Y Fran es el primero en notarlo. Lo mejor del Huesca en Anduva, por extraño que (me) resulte decirlo, fue Machís. Porque aunque sus actuaciones dejen que desear y de fútbol posea poco, fue el único que tenía claro lo que debía de hacer. Darwin fue el único azulgrana que tenía algo positivo para los suyos en mente en cuanto recibía el balón, y mereció el gol.
Prácticamente ningún ataque del cuadro oscense fue claro. El Mirandés mandó en el centro del campo por acumulación, algo que ya condenó al Huesca en la ida y que Anquela ni se molestó en modificar en Anduva. Para qué. Con el 4-2-3-1, a Bambock y a Mérida les costaba horrores recuperar ante la trampa rojilla de un pivote, dos interiores y un mediapunta tan bien sincronizada, y eso que el ‘8’ azulgrana volvió a rendir a un nivel altísimo. Al menos quedaba Camacho para ayudar… El estado del terreno de juego, sobre todo al principio del encuentro, lastró pero no restó a ninguno de los equipos: afectó -poco- a los dos por igual y, pasados los minutos, su notoriedad se fue apagando.
Lo que necesitaba el Huesca era talento por dentro para superar. Alexander González siguió con su muy buen papel mientras su compatriota se hinchaba a correr y a enviar balones contra la madera. Anquela apostó por un delantero en lugar de por un centrocampista para arreglar el poco juego que se mostraba metiendo a Héctor Figueroa (60′) por Camacho, y retrasando a Mikel Arruabarrena al puesto de enganche para que fuese el vasco quien disputara los balones aéreos y se los quedara en favor del grancanario. Sin embargo, sólo ganó uno. Y en esas, Figueroa, en su partido. Siempre mal colocado, demasiado adelantado y emparejado con la zaga rival y muy poco cercano para ayudar a un Huesca que sufría para avanzar con el balón controlado.
Ion Vélez la enchufó en su único testarazo mientras que Figueroa la estampó contra la valla, estando solo y girando mal el cuello. Cuestión de diferencias. Finalmente sí que entró José Gaspar (79′), que con Tyronne en casa, era el único que podía otorgar creencia futbolística cual fuera mediante el balón para que los ataques del Huesca pudiesen convertirse en gol o llevasen esa idea clara. El de Cáceres sustituyó a Carlos David y fue Bambock quien quedaba a camino de ocupar la posición de central y Gaspar en tierra de nadie, ni con Mérida ni apoyando a Arruabarrena y a Figueroa. Desdibujados.
Mientras, Machís a lo suyo. Fue el mejor. De su descalabro ideal el Huesca pudo empatar pero sus compañeros ni lo creyeron, salvo Fran Mérida, quien no dejaba de asistirle. Porque el talentoso catalán sabía que la única esperanza de la igualada residía en la efectiva e imperfecta locura del venezolano. Solo el poste lo impidió. Y, sus compañeros, fracasaron.
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Fernando digno comentario sin faltar al respeto a nadie has dado una version de lo que realmente tenemos.Como bien dices eso es lo que teniamos que hacer todos llevar al equipo en volandas.Vergonzoso que vengan cuatro aficionados del equipo rival y se oigan mas que nosotros.SDHuesca nunca estaras sola.
Gracias, Juanjo, por tus palabras.
Se puede decir lo que queramos, hacer lo que nos plazca, pero la realidad es que cuanto más juntos y unidos estemos mayor será la victoria y el disfrute posterior.
Decir lo que se piensa, aportar propuestas o criticar decisiones o hechos no deja de ser, para mí, constructivo (siempre que el receptor así lo quiera ver y aceptar, claro, porque no hay más ciego que quien no quiere ver).
Y en esa tesitura intento explicarme y pido a los aficionados dar el do de pecho en beneficio de todos, nuestro Huesca el primero.
Ya vendrán días al final de temporada de hacer evaluación y propósito de enmienda (quienes mandan, se entiende). Todos podremos decir, haciendo memoria de como haya ido el año, no de un día o semana en concreto, nuestra crítica o comentario. Y si lo tienen a bien, podrán valorar (estoy seguro que hay gente el el club que también lo ve como nosotros, otra cosa es que se le haga caso).
En fin, que aúpa el Huesca.
Efectivamente, pocos argumentos. Siempre lo mismo, sin engarzar jugadas, sin modificar gran cosa sus “esquemas” (Anquela, quiero decir), con una idea fija y predeterminada y dando protagonimso a los mismos de siempre (solo usa 14 – 15 jugadores, el resto olvidados o/y defenestrados). Ya lo ddijo en su día, quería tener un once y pocas variantes.
Bueno, pues eso. Que nos falta la seguridad en nosotros mismos, habitualmente a remolque del contrario (en el juego, y casi siempre en el resultado), sin confianza (un partido parece que sí, el siguiente que no, otro con dudas…). Y se hilvanan pocas jugadas, fútbol de ataque directo, como mucho un centro y … ya está.
En fin, que sufriremos hasta el último día y espero que con final satisfactorio. El domingo hay que ganar sí o sí al Almería, por activa o por pasiva, con buen juego o a trompicones, por moral y convencimiento o por echarle más narices que el contrario. Y no dejándoles jugar, yendo por delante siempre. O como sea (pero siempre en buena lid, ¡eh!).
Seguimos mirando de reojo lo que hacen los contrarios, tiran como pueden y bastante tenemos con lo nuestro. Hay que hacer nuestros deberes y si los vecinos de abajo en la tabla se encallan, pues mejor, pero nosotros a lo nuestro.
Y una vez más, afición a apoyar, a dejarse el alma, a dar ejemplo de lo que somos y queremos ser. Bien juntos, que hacemos más fuerza y se nos oye mejor.
Hay que arremangarse y empujar, una vez más, a los nuestros, llevarlos en volandas. Ya llegará los buenos aires y las buenas noticias. Entre tanto, adelante, fieles sin reblar (¡una vez más!).
Muy buena crónica. El Huesca no estuvo bien; hay que decir que el campo no ayudo: Merida y Gonzalez bajaron mucho con los charcos. Machis muy bien pero debería centrar más en alguna ocasión. Una pena porque era un equipo asequible; solo tuvieron la oportunidad del gol y alguna más; menos que el Huesca. Lo siento pero entre que no le llegan balones y no esta centrado Arruabarrena no va aportar lo que yo pensaba. Yo el domingo lo sacaría de media punta con Hector Figueroa; lo siento por Camacho (para mi uno de los mejores jugadores de la historia del Huesca) no esta en condiciones fisicas para jugar más de 20-25 al final. Aupa SD. Huesca