Si Huesca tuviera un Salón de la Fama para deportistas muy posiblemente luciría allí la camiseta de Javier Ancizu. El capitán del BM Huesca intuye que está cerca de terminar su carrera deportiva.
Ancizu en el partido frente a Puerto Sagunto en Huesca | Foto: C.PascualAsturiano de nacimiento, cerca de la playa de San Lorenzo, 17 años en el balonmano, siete de ellos en Huesca, el equipo altoaragonés lo tiene inoculado en su ADN. Es socio del club y ha participado en más de una asamblea. Es de esos tipos francos, con un código claro. Se alegra, como todos, por las victorias; le duelen mucho las derrotas. Y calla cuando recibe críticas pese a que ha jugado más de un partido maltrecho, al límite físico en un deporte tan eléctrico y que no admite sombras como es el balonmano. Por ejemplo, cuando esta temporada escuchó contra el Barça, ojo, contra el Barça, posiblemente el mejor equipo del mundo, que debía correr más, pocos sabían que jugaba dolorido.
Es el 6 del BM Huesca. Casualidad o no, según la Biblia es el más perfecto de los números imperfectos porque está a tan solo 1 del 7 número perfecto y que nadie luce en este Bada Huesca. Se descuelga de cierta poesía cuando explica la razón por la que lleva ese número. Es por amistad con Iker Serrano. Tantos años en el balonmano le ha llevado a tener una sólida base de amigos dentro y fuera del 40×20. Son muchos, pero aquí van unos cuantos: Julio Rodríguez, Raúl Bartolomé, Álex Álvarez, Marco Mira, Alberto Val, y los argentinos Vieyra y los hermanos Simonet. Pero sobre todos, Dani Ibáñez. El hoy directivo del BM Huesca y antes jugador, quizá, sea quien mejor le conozca. Es con quien ha compartido muchas cosas. Buenas y malas. Siempre ha estado y está allí.
Ancizu: “Siempre voy a llevar a Huesca en mi corazón”
Ancizu junto a las Pajaritas del Parque Miguel Servet de Huesca | Foto: sporthuesca.com – Nacho Viscasillas
SORTHUESCA.com habla con Ancizu en un lugar céntrico, el Café del Arte, en la oscense Plaza de Navarra. Y la foto en el parque Miguel Servet, en las Pajaritas. “Siempre voy a llevar a Huesca en mi corazón”, afirma. No desvela nada sobre su futuro cuando esta temporada termina contrato. Quiere vivir con intensidad lo que resta de campaña, dos partidos. Y especialmente el de mañana, el derbi contra el BM Aragón. Uno de esos partidos que tiene grabado a fuego la afición y los jugadores. Ni que decir tiene que espera el triunfo, por ganar al otro equipo de la Comunidad que durante muchas temporadas fue la referencia de este deporte en Aragón y porque será dar otro paso para afianzar el octavo puesto de los altoaragoneses en la Asobal.
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Dos etapas diferenciadas en Huesca
Ancizu en el partido de la primera vuelta ante BM Aragón | Foto: C.PascualLa relación de Ancizu con Huesca está marcada por dos etapas. La primera de dos años desembocó en su fichaje por el Torrevieja donde compartió años de la gran Asobal, donde no había problemas económicos. Cuatro después regresó a Huesca para vivir dos grandes momentos: el ascenso y la visita a Europa. Ha sido partícipe del primer gran club oscense que cruza el Pirineo para jugar una competición europea. Y eso lo tiene grabado a fuego quien empezara a jugar en el colegio Corazón de María de su querido Gijón y que poco a poco arrinconó la práctica del tenis para hacerse un nombre en el balonmano. Si conoció las mieles, también vive la otra cara, la de los presupuestos menguados en un deporte que tantos triunfos ha dado a España a nivel de clubes y de selección. Y no se esconde. “No se es injusto en cómo está el balonmano nacional. Lo que tenemos que hacer es una autocrítica. No vale con refugiarse en la crisis”, subraya.
“Alberto Entrerríos es el jugador mas impresionante con el que me he medido”
Cuando se le pregunta por el jugador más impresionante con el que se ha medido piensa unos segundos y suelta el nombre de Alberto Entrerríos, el formidable lateral izquierdo asturiano que es un espejo para muchos jugadores y que antes de jugar en el Nantes francés cuando el balonmano español destrepó de ser la mejor liga del mundo defendió Al Atlético de Madrid y el Ciudad Real, entre otros equipos.
Consciente de que el final de su carrera deportiva se acerca se ha ido preparando para ella. Es fisioterapeuta por la Universidad San Jorge y entre los títulos que tiene destaca el de mejor universitario aragonés de 2014, cuando tenía 32 años. Y eso también ayuda a que en su corazón astur tenga un rincón para Aragón.
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