Ander Alcaine acaba de anunciar en Facebook que cuelga los patines. El portero de Bailo ha marcado una época en el hockey nacional. Se va porque el cóctel de lesiones, estudios y trabajo no le permiten dedicarse con intensidad a su pasión por el hielo. Se marcha un jugador histórico nacido en un pequeño pueblecito de la Jacetania, al pie de la cara norte del puerto de Santa Bárbara. Siempre quedará en suspenso qué hubiera sido deportivamente Alcaine de haber nacido en otro país con más tradición y fuerza en el hockey sobre hielo.
Para acercarse a cómo es Alcaine basta dar un repaso a lo que dice en su despedida. “Cuando era pequeño pensaba que un jugador de hockey se moría dos veces, cuando tenía que dejar de jugar y la otra cuando se moría de verdad. Pues hoy me muero la primera vez, toca colgar los patines”, señala. Explica las razones de su retirada y en su despedida también agradece el trabajo de los árbitros. Un detalle en el que pocos caen cuando aparcan la vida deportiva.
Cóctel para que Alcaine firme la despedida
Ese cóctel de estudiar, jugar y trabajar le ha extenuado. “La presión de ser portero igual ha tenido algo que ver también”, añade. En el capítulo de agradecimientos aparece sus años defendiendo el equipo de su vida, el CH Jaca, en primer lugar, sus amigos y el “frankfurt” de los viernes. Capítulo especial merecen sus palabras al sacrificio de sus padres por ese trayecto Bailo-Jaca-Bailo continuo para que el niño creciera y se convirtiera en un portero de relumbrón. También pone nombre propio a sus entrenadores Karlos Gordovil, Luciano Basile, Pablo Muriel, François Allaire y Sergey Zemchenko, y recuerda que fueron Rosa Zubeldia y Tito MarcelinoEl Txuri Urdin ficha a Ander Alcaine quienes le llevaron a San Sebastián hace cuatro temporadas para defender la meta del Txuri.