ZARAGOZA | Ángel López se despidió ayer del Real Zaragoza en un escrito emocionante, 8 años después de llegar a La Ciudad Deportiva. El texto contrasta con la frialdad del club, que eligió un correo electrónico para pactar su marcha. Unas horas después, López atendió la llamada de SportAragón. La voz que parte del otro lado del teléfono muestra a un chico maduro, sensato y valiente. Ha encajado uno de los golpes más dolorosos que da este juego y ha aplicado la misma receta que a su fútbol: fortaleza, lucha y fe en sus posibilidades.
Ni siquiera el final del relato puede empañar una historia que dura para siempre: “Nunca podré desintoxicarme del Real Zaragoza”
¿Intuías que el Real Zaragoza ya había decidido tu marcha?
Veía que el club no me comunicaba nada y sospechaba que no pensaban en mí para el futuro. Ayer llegó la confirmación. Supongo que nunca es agradable irte del equipo en el que siempre has querido estar. Duele que no cuenten contigo.
¿Quién te dio la noticia?
Por la mañana recibí un mail del abogado del Real Zaragoza, me comunicaba que iban a prescindir de mí. No ha sido la forma ideal, todo me ha parecido demasiado frío.
¿Era el club el que tenía la posibilidad de extender tu contrato?
El Real Zaragoza tenía una opción unilateral para renovar mi contrato durante las próximas tres temporadas, con ficha del primer equipo. Ojalá esa elección hubiera estado en mi mano, pero no estaba pactada así.
¿Ha hablado contigo Juan Carlos Cordero?
No, solo he tenido la oportunidad de hablar un segundo con Cordero. Fue en un entierro y solo nos saludamos. Nunca se ha dirigido a mí para hablar de temas deportivos.
Ahora que ha llegado el final, ¿qué momentos te vienen a la cabeza?
Me acuerdo mucho de mi debut en Gran Canaria o del partido de Copa frente al Sevilla. Pero también guardo muchos recuerdos de mis primeros entrenamientos en La Ciudad Deportiva, de los nervios de esas veces. Sabes que llegas a un club grande y que va a ser muy difícil quedarte ahí cada año, luchar con los mejores de tu generación. Conservo muchos recuerdos buenos, no puedo decir que esté enrabietado. Por mucho que luego haya habido algún momento malo, en estos ocho años casi todo lo que me ha pasado ha sido bueno.
No creo que mi continuidad dependiera tanto de mi año, sino de cómo querían enfocar el futuro del club. Más allá de eso no creo que haya que despedirse del todo: yo siempre voy a ser del Real Zaragoza
¿Cómo valoras tu temporada en el Calahorra? ¿Crees que el Zaragoza había visto tu evolución o sospechas que la decisión ya estaba tomada?
No creo que dependiera tanto de mi año, sino de cómo querían enfocar el futuro del club y de las apuestas que tenían. Pese al resultado del equipo, creo que he cuajado una buena temporada. Con números, con minutos, he podido mostrar lo que soy: un defensa serio. Quizá no quieren ese perfil de jugador, no sé cómo lo habrán valorado. Sé que me han venido a ver algún día, pero no sé cuáles son los informes que han hecho sobre mí.
¿Cómo has afrontado una despedida como esta?
No creo que haya que despedirse del todo: yo siempre voy a ser del Real Zaragoza. Ojalá que en algún momento llegue la vuelta y que sea más pronto que tarde. He hablado con los compañeros, me ha escrito bastante gente y me quedo con todos los que me han ayudado a prosperar como persona y como futbolista.
¿Quién forma parte de tus recuerdos como zaragocista?
Siempre te acuerdas de la gente que te apoya día a día, de tu familia. Y yo, sobre todo, lo hago de mi abuelo. A él le dedico todos y cada uno de mis logros. Es mi referente fuera del campo. Dentro no lo pude ver, pero fuera siempre he escuchado todos sus consejos. En el césped, tengo a muchos entrenadores, muchos utilleros, muchos fisios en el corazón. Ya saben que siempre me acordaré de ellos.
El fútbol se mueve a una velocidad distinta, ¿cómo de lejos te quedan los triunfos del Juvenil y la participación en la Youth League?
Un año natural son cuatro o cinco años de fútbol. Si no eres un Superman como Zapater, la carrera de un jugador a los 34 años está acabada. Ves pasar un poco todo de largo y a veces no puedes fijarte en todos los logros que has conseguido, como si no pudieras disfrutarlo todo. La Uefa Youth League fue muy especial para toda una generación. Fue la primera vez que pisé La Romareda y recuerdo que cuando saludaba a la gente que había en la grada, estaba temblando. Fue la primera vez que sentí esos nervios a flor de piel.
Creo que en tu debut, más que alegría, sientes nervios y responsabilidad. Quieres que se vean reflejados todos los años de trabajo y te acuerdas de toda la gente que te ha ayudado a llegar hasta ahí.
Tus oportunidades en el primer equipo llegaron más tarde, en La Copa del Rey.
Sí, en Liga solo jugué 20 minutos contra el Ibiza. En aquella edición de La Copa, la del año pasado, es verdad que lo jugué todo. Pero siempre te quedas con ganas de más. Creo que esa es la mentalidad de un futbolista: se trata de querer siempre un poco más.
¿Cómo se describe una sensación tan única como esa?
Creo que lo que sientes, más que alegría, son nervios y responsabilidad. Quieres dar la talla, que tu familia y tus amigos estén contentos con tu fútbol, que se vean reflejados todos los años de trabajo. Y te acuerdas de todas las personas que te han ayudado a llegar hasta ahí. Precisamente por eso, sacas coraje cuando no siempre lo tienes.
Este año se ha producido el adiós de muchos canteranos, pero el testigo de vuestra generación queda vigente en el primer equipo…
Es gratificante ver triunfar a amigos tuyos. Además de ser compañeros de profesión, son amigos de verdad. He ido a La Romareda siempre que he podido, los he visto jugar y he disfrutado como un niño pequeño. No he coincidido mucho en el vestuario con los que acaban de llegar, Pau Sans o Marcos Luna, pero tengo una gran relación con ellos. Siempre piensas que de nuestra generación podía haber llegado alguno más, pero al final esto del fútbol es muy complicado: nunca sabes quien puede llegar y quien no va a hacerlo.
¿Qué te ha enseñado el fútbol ahora que lo has visto desde otro lugar?
Creo que sales de una burbuja en la que estás más protegido. Eres tú el pequeño que lucha contra los grandes. Yo en el campo me defino ante todo como un luchador y reconozco que me gusta esa perspectiva, intentar igualarte con los más poderosos. Es otra forma de ver el juego y te das cuenta de que hay fútbol más allá del lugar en el que has estado siempre.
Esperaba algo más del club en mi despedida, pero tampoco les puedo reprochar nada. Me han formado como jugador y como persona. Solo siento gratitud hacia el Real Zaragoza.
Después de ese aprendizaje, ¿cómo te tomas esta despedida?
Es verdad que esperaba algo más del club, pero tampoco les puedo reprochar nada. Me han educado en unos valores, me han formado como jugador y como persona. Me hubiese gustado que me despidieran bien, pero no siempre puede ser. Lo que hay que hacer es decir las cosas con educación y con respeto. Solo siento gratitud hacia el Zaragoza.
¿Qué técnicos te vienen hoy a la cabeza?
Tengo tres entrenadores en el Amistad que creo que me van a marcar de por vida. Luis Brinquis, Txetxu González y David Rodríguez. Son tres técnicos que se han preocupado siempre por mí, que me hicieron mejor persona y me ayudaron a entender lo que era el deporte. Creo que esas charlas fueron el comienzo de todo.
¿Y en el Zaragoza?
Raúl Martínez y Jorge Abad. Con Jorge me enfrenté a jugadores de una categoría más y lo hice por primera vez. Los dos me enseñaron a confiar en mí mismo. Y también tengo que agradecer a JIM que me hiciera debutar en el primer equipo.
¿Cómo era tu relación con él?
Subí como un canterano y nunca supe si acercarme demasiado, quizá porque le tenía mucho respeto. No quería hacer nada que le pudiera molestar e incluso me daba un poco de vergüenza hablar con él. Pero poco a poco te vas desenvolviendo como un futbolista profesional. Aún así, es verdad que la relación es como la que tienes con un jefe. Él te dictaba las normas y tú las cumplías.
Alberto Zapater es una persona admirable, yo lloré en su despedida. Se preocupa por todos como si fueran su familia. Y eso es exactamente lo que debe ser un equipo.
Entonces también tenías compañeros que te pusieron más sencillas las cosas…
Tengo que agradecerle a todos los canteranos que ya estaban en el primer equipo su acogida. Pero, sobre todo, a Alberto Zapater. Ojalá todos los jugadores tuvieran un capitán como él en el equipo. Me ayudó con todo. Es una persona admirable. Se preocupa por todos como si fueran su familia. Y eso, una familia, es exactamente lo que debe ser un equipo.
En tus años de formación también has coincidido con jugadores que tenían algo especial…
Javi Hernández fue en el filial algo parecido a lo que era Zapater en el primer equipo. Un capitán de los pies a la cabeza. Pero también la calidad es algo que te marca y aquí tengo que nombrar a Luis Carbonell. Es un chico con un talento único, por mucho que en los últimos años no le haya ido bien en Zaragoza. A veces el talento es incomprendido, pero creo que Carbonell acabará teniendo mucha suerte. Es un chico formidable.
De momento, no sé nada concreto sobre mi futuro. Sé que ha habido interés por parte del Burgos y de algún equipo más de Segunda o de Primera RFEF. Soy el primero que se muerde las uñas porque no sé donde voy a estar dentro de dos semanas.
¿Qué nos puedes contar de tu futuro?
Sé que se filtró alguna información con el Burgos, pero yo tenía contrato con el Zaragoza y no quería hablar con ningún club. Hasta que no me dieran la baja no quería mover mucho el árbol. Sé que ha habido interés por parte del Burgos y por algún equipo más de Segunda y de Primera RFEF. Pero al final, no sé nada de lo que puede pasar. Soy el primero que se muerde las uñas todos los días porque no sé donde voy a estar dentro de dos semanas. Mi familia y mis amigos también viven esa incertidumbre. Duele verlos así, por eso espero que mi futuro se resuelva pronto.
¿Cómo se explica el zaragocismo?
Es un estilo de vida. Como dijo Zapater nunca te puedes desintoxicar del todo. Yo lloré en su despedida y eso es algo que solo puedes hacer por una familia. Y una familia es incondicional. Por mucho que a veces te puedan fallar, estoy convencido de que me han ayudado mucho más. No tengo nada que reprochar.
increíble este pedazo de jugador y esta persona!!. Luego lo echaremos en falta…