Si algo dejó el partido del pasado sábado fue el cambio de sistema que introdujo Anquela, bien por las ausencias o bien por fortalecer al equipo en busca de una seguridad defensiva.
Afrontaba el choque ante el Nàstic el equipo azulgrana y lo hacía con las bajas de futbolistas que estaban siendo fundamentales y fijos en el esquema de Juan Antonio Anquela. Las bajas de Samu Sáiz y Gonzalo Melero y la forma en la cual el míster jienense iba a encararlas era, sin duda, la mayor expectación que había en torno a un partido que tenia visos de peligroso, por el momento de los oscenses y por visitar al colista y peor local de la categoría, demasiados ingredientes para tener mucho más que perder que ganar. Es por ello que Anquela, conocedor como nadie de estas situaciones, apostó por fortalecer al equipo atrás y crecer desde la seguridad defensiva.
Y lo cierto es que el preparador azulgrana no defraudó: sorprendió con una defensa de 5 en la cual la presencia de Iñigo Lopez en el eje central, acompañado de Carlos David a derecha y Jair a izquierda, buscaba cerrar cualquier línea de escape por el interior de la zaga y, visto el resultado, francamente lo consiguió. Si algo caracterizó al equipo el pasado sábado fue las pocas concesiones defensivas que ofreció al rival. Si el objetivo era cortar una hemorragia defensiva, pues sinceramente se logró, aunque siempre queda la incógnita si realmente el problema de esta SD Huesca radica allí; resulta curioso que cuando está sufriendo la mayor sequía goleadora de la temporada -más de 4 partidos sin hacer gol- Juan Antonio Anquela opte por dotar al equipo de una mayor seguridad defensiva. La dinámica de dos derrotas en casa pudieron pesar y mucho en la decisión del entrenador azulgrana.
Estas defensas con 3 centrales y carrileros -tan en moda hoy en día- tienen muchas interpretaciones y sin duda en todas ellas juegan un papel fundamental la aportación tanto defensiva como ofensiva de los hombres de banda. De sus incursiones en campo contrario y su profundidad depende y mucho la capacidad defensiva o ofensiva del equipo y visto lo visto el sábado Anquela dio prioridad a lo primero en detrimento de lo segundo. Acción totalmente respetable y en cierta manera hasta lógica; el tratar de hacer un partido largo era una ventaja para un cuadro azulgrana que dejaba mucha velocidad y dinamita en su recámara, dinamita que finalmente no utilizó, pues ni tan siquiera realizo las 3 sustituciones permitidas.
Otra de las líneas que despertó interés fue la novedosa línea medular con ese trivote formado por Juan Aguilera, Sastre a su derecha y David López a su izquierda. La ausencia de Melero y Samu obligaba al míster azulgrana a retocar una línea que estaba sufriendo falta de claridad en las últimas semanas. Si algo dejó fue mucho rigor táctico; la presión al jugador que tenía la pelota era una consigna muy interiorizada que tanto Sastre como David interpretaron a la perfección. Quizás en el debe está la poca participación en campo contrario de ambos interiores, pero sobre todo Lluís Sastre, más preocupado por no exponerse que por dar rienda suelta a su creatividad.
Y finalmente la línea ofensiva presentaba dos novedades con respecto a Alcorcón, la incursión de Camacho en el once titular tras muchos partidos, acompañando a un Borja que todo su juego estuvo rodeado de mucha calidad y sentido. A pesar de la falta de ocasiones de ambos delanteros la sensación es que su trabajo fue muy bueno y la labor de desgaste -sobre todo de Juanjo- abría la posibilidad de, cuando todo se descorsetara, Anquela con sus variaciones podía dinamitar un partido que en el plano estratégico defraudó en los minutos finales.
La importancia del partido está claro marcó el devenir del mismo y ambos entrenadores dejaron claro que su objetivo principal era no cometer errores y aprovechar los del contrario. Ambos tuvieron excesiva prudencia de quitar el corsé y fruto de ello resultó ese empate a nada, pues el partido -cambio de esquema a parte- dejó pocas situaciones destacadas para el análisis.
Ahora quedará por ver como Anquela plantea los próximos compromisos, pues si nos atenemos a lo visto en Tarragona esta claro que un equipo ordenado y disciplinado si se vio, ahora bien si como dijo el propio entrenador azulgrana el objetivo era reencontrar nuestra identidad, pues está claro también que -ausencias aparte- estuvimos lejos, al menos en ambición, de lo que esté equipo antes ya nos había ofrecido.