Almería y Real Zaragoza hicieron méritos para empatar, apostaron por plantear así el partido y eso fue lo que se llevaron del Estadio de los Juegos Mediterráneos. La columna vertebral del Zaragoza estaba seriamente tocada, ante las bajas de Cristian y Suárez, y Víctor Fernández lo solucionó como todos esperábamos. Ratón actuó en la portería, Vigaray regresó al lateral y Pombo ocupó el lugar de Suárez, escoltado por Soro y Kagawa. Un 4-3-3 en el que Eguaras ayudaba a los centrales, Guti sacaba el balón e Igbekeme buscaba la combinación con la última línea.
En la primera parte poco se vio del Real Zaragoza. El Almería salió con las ganas propias de un equipo que estrena entrenador. La defensa zaragocista tuvo de nuevo carencias y Ratón estuvo algo nervioso en sus primeras intervenciones sobre todo por bajo y con los pies. Vigaray dejó claro que aun debe coger de nuevo su mejor estado de forma después de 5 semanas alejado de los terrenos de juego. Su carácter ofensivo, con las subidas por banda propias de sus mejores actuaciones, no estuvo presente en Almería.
Así, los andaluces aprovecharon la permisividad defensiva del Real Zaragoza para hacer daño a los de Víctor Fernández. Darwin Núñez se aprovechó de una jugada mal defendida para hacer el 1 a 0. El Zaragoza apenas había dispuesto de algún tímido disparo de Pombo y Soro durante los primeros 45 minutos. Ambos demostraron que pueden aportar en ataque pero que no son, ni mucho menos, el remedio ofensivo cuando Suárez no pueda jugar.
El ataque zaragocista estaba más que cojo y el primer tiempo fue del Almería, pero en el segundo los zaragocistas mejoraron. No hubo cambio de cromos para iniciar la segunda mitad. Ratón volvió a demostrar su nerviosismo en una mala salida que estuvo cerca de suponer el 2 a 0, pero la tornas cambiaron tras una jugada de Kagawa (la única reseñable del japonés) que por poco no batió a René. El Almería viendo la incapacidad en ataque de los blanquillos, se confió y se dedicó a ver pasar los minutos.
Linares, determinante
El bajón competitivo del Almería unido a la entrada de Linares por parte del Real Zaragoza, fueron las claves para el empate. Víctor tardó, pero reaccionó y sacó desde el banquillo al único delantero puro que estaba disponible en la plantilla. Lo lógico hubiera sido hacerlo de inicio, pero el técnico no quiso ceder ante su planteamiento inicial de dejar fuera del equipo al de Fuentes de Ebro. Víctor no tuvo más opción que darle minutos y Linares no dejó escapar su oportunidad.
El delantero entró por Igbekeme, en un cambio ofensivo que buscaba el empate, y Linares no falló. Nada más entrar tuvo su primer ocasión y en la segunda, tras un buen pase de Guti, Linares no falló. Se reivindicó con un gol que es mucho más que un punto y que supone un mensaje claro para Víctor Fernández.
Los últimos minutos fueron de mayor dinamismo, con ocasiones en las portería de Almería y Zaragoza, pero el marcador terminó reflejando lo más justo: un empate. Un punto para cada equipo y todos tan contentos. Felices en el Almería ante su mala racha de las últimas semanas. Y felices en el Real Zaragoza al conseguir cerrar con dignidad un partido marcado por las bajas.