Definitivamente Aragón toma protagonismo en La Vuelta. A todos los niveles. Ya lo viene haciendo en las últimas ediciones pero lo de este año es otro nivel. La gran ronda española nos visita por el sur y a cambio le prestamos a tres de nuestros jóvenes ciclistas del norte. Javalambre y Mora de Rubielos a cambio de Arcas, Barceló y Samitier. Definitivamente Aragón se hace oír y respetar en el siempre complicado mundo del ciclismo. Esperemos que no sea algo pasajero.
Nuestros ciclistas
De los cuatro ciclistas profesionales que hay en Aragón, tres de ellos estarán el sábado en la salida de Torrevieja. En Movistar el serrablés Jorge Arcas acudirá a por su segunda edición tras la de 2017. En aquella ocasión abandonó tras doce días de sufrimiento debido a una caída. Esta vez llega en un Movistar que aspira a todo con Valverde, Quintana y Soler. El de Sabiñánigo llega tras una puesta a punto casi específica para esta cita y tras mostrar buenas piernas en Burgos. Será uno de los principales gregarios en apoyo de sus líderes aunque eso y los intereses de su equipo le puedan restar oportunidades para el lucimiento personal. Su gran objetivo, más allá de sus obligaciones, será el llegar a Madrid. Sería la mejor recompensa a muchas jornadas sobre la bicicleta. Se lo merece.
En las filas del Euskadi-Murias aparecen los otros dos aragoneses. Por orden alfabético tenemos primero a Fernando Barceló. Gran escalador y habitual en las fugas será con sus 23 años el benjamín de los nuestros. El otro es Sergio Samitier, ciclista de raza, de los que saben y hasta disfrutan en el sufrimiento, un todoterreno en pleno crecimiento. Ambos tendrán en la jefatura a Óscar Rodríguez pero a buen seguro los veremos filtrados en fugas y dejando su sello en la montaña. Será muy interesante seguir el rendimiento de ambos en tres semanas de competición y ver de que son capaces en su estreno.
Las etapas turolenses
Arcas, Barceló y Samitier comparten protagonismo con Javalambre y Mora de Rubielos. La Vuelta pisará territorio aragonés por el sur, primero con un inédito y espectacular final de etapa en los 1.957 metros del Pico del Buitre. Allí arriba se encuentra el Observatorio Astrofísico de Javalambre, final de la quinta etapa el próximo 28 de agosto. Actualmente se trata del puerto asfaltado más alto de todo Aragón, y a la vez el más duro, con cinco kilómetros finales de infarto con media superior al 10%.
Al día siguiente, el 29 de agosto, la etapa partirá de Mora de Rubielos rumbo a ares del Maestrat, ya en Cataluña. El inicio de la etapa contará con los pasos por los puertos aragoneses de Nogueruelas (2ª cat. y 1.535 m) y Linares (3ª cat. y 1.665 m).
La Vuelta 2019
De nuevo muy palpable el sello que imprimen Javier Guillén y su equipo, en el que encuentra el ex-ciclista aragonés Fernando Escartín. El diseño de esta edición responde a las líneas maestras que vienen definiendo a la ronda española en los últimos tiempos. A modo de resumen, muchas llegadas en alto aunque se echa a faltar una etapa gran fondo en montaña, poca contrarreloj y nuevos lugares que ofrecer a la comunidad ciclista.
El recorrido se puede dividir en tres partes. La primera semana transcurre cerca del Levante, con la incursión turolense y una etapa aislada en Andorra. Luego llega el norte, primero con una crono individual en Pau (Francia) para después recorrer toda la cornisa cantábrica hasta llegar a las decisivas etapas asturianas. El fin de fiesta se reserva para la zona centro, con especial relevancia para las sierras de Madrid y Gredos. Un recorrido hecho con la sana intención de mantener la emoción hasta el final en una Vuelta en la que la participación será un tanto más pobre que en ediciones precedentes. Eso sí, se espera una bonita batalla entre Movistar, Jumbo-Visma y Astana. Eso y lo que hagan los nuestros.