Paso a paso la reciente hornada de ciclistas que ha dado Aragón empieza a escribir su propia historia. A falta de triunfos por el momento, el acudir a las grandes citas del calendario internacional se convierte en la victoria que tanto añoran. Pues bien, esta vez la victoria la compartirán Jorge Arcas y Jaime Castrillo. Y la victoria no tiene un nombre cualquiera. La victoria esta vez se llama París-Roubaix. La cita este domingo.
Como dato importante hay que decir que esta París-Roubaix va a ser histórica. Histórica por la presencia de dos aragoneses en la salida. Primera vez en 117 años de historia. Esto habla muy bien del actual momento por el que atraviesa nuestro ciclismo. Más si tenemos en cuenta que tan sólo habrá 4 españoles. Los aragoneses, más Erviti y Cortina. Un lujo.
El Infierno del Norte
Esto de aquí arriba es la forma “cariñosa” de llamar también a la París-Roubaix. Y no se quedan cortos. 257 kilómetros, de los cuales prácticamente 55 son sobre el pavés. Una tortura para el físico y una puesta a prueba de la fortaleza mental. También la amenaza continua de caída o el abandonar la prueba por cualquier azar. Todo esto en seco. Imaginaos si llueve. Por suerte para ellos no hay lluvia prevista para el domingo.
Para el ciclista de Sabiñánigo, Arcas, será su tercera Roubaix. Para el de Jaca, Castrillo, su debut. Ambos formarán en un Movistar cada vez con mayor experiencia en este tipo de pruebas pero aún sin opciones reales de triunfo. Contarán con todo un experto en la materia. El flandrien Roelandts liderará a la escuadra telefónica. A la experiencia de Arcas se sumará la de Erviti, Bennati y Sütterlin. En frente lo más granado del mundo del adoquín, como no podía ser de otra forma.
Después de mostrar orgullo por nuestros ciclistas y por ser Aragón la comunidad autónoma más representada en Roubaix ya sólo nos queda desearles suerte. Para que salgan sin heridas de esta batalla. Para que disfruten del paso por sectores míticos como Arenberg o el Carrefour de L’Arbre. Para que se les ponga la carne de gallina al entrar al abarrotado velódromo de Roubaix. Para que puedan hablar de un gran resultado personal como hace un año Jorge Arcas, primer español en meta. Después de todo eso momento para el relax en una vieja ducha de mármol. Una ducha con el nombre de alguno de los vencedores de sus 117 años de historia. Quien sabe si el día de mañana los ciclistas del futuro se ducharán junto al nombre de un aragonés.