Hace no mucho tiempo, la afición no reconocía al Real Zaragoza como suyo. No hace tanto de aquellos momentos en los que el Real Zaragoza no era lo que debe ser un equipo de fútbol: un reflejo de la sociedad en la que habita. Hace no muchos años, los canteranos zaragocistas y demás fútbolistas aragoneses se tenían que sacar las castañas del fuego por sí mismos para realizar su carrera deportiva fuera de aquí. Hace relativamentente poco, el Real Zaragoza parecía no ser aragonés y no saber apreciar a su gente.
Pero las cosas han cambiado. El conjunto maño ya no es ese equipo que despreciaba el talento de sus jugadores malvendiéndolos a equipos superiores. Ya no es aquella institución que se olvidaba de la labor social que tiene que realizar con su gente. No es aquel ente que representaba a muy poca gente en Aragón y que iba perdiendo adeptos entre la sociedad zaragozana.
Las tornas, al igual que el tiempo, cambian, y el Real Zaragoza se ha convertido en un club que cuida a la perfección a sus canteranos y a su gente. El buen trabajo desde la base con Suñén, Lozano, Espinosa y Arjol, la confianza depositada en gente de la tierra para las labores directivas -en todos los ámbitos- y la consecución de la vuelta de los viejos valuartes del fútbol aragonés para su retirada en el club más grande de la región han devuelto a la capital esa esencia aragonesa que tanto se echaba en falta.
El número de canteranos y aragoneses crece exponencialmente
En este periplo en Segunda ha sido cuando el Real Zaragoza se ha reforzado en lo que a la incorporación al primer equipo de aragoneses y, sobre todo, de canteranos, respecta. En la temporada 2014-15, según datos ofrecidos por Vidal Viñarás, solo el 13,07% de los minutos fueron disputados por aragoneses. Todos ellos, además, eran zaragozanos, y fue esta la provincia donde nacieron los jugadores con más minutos disputados. Sin embargo, en la siguiente temporada, Zaragoza fue la cuarta región territorial en minutos jugados con un 6,29% tras Uruguay, Burgos y Vizcaya. En la 16-17 recuperó esa primera posición con el 19,75% coincidiendo con la vuelta de Cani y Zapater y la vuelta del canterano Edu García.
Fue en la primera temporada de Lalo Arantegui al mando de la dirección deportiva del Real Zaragoza cuando se consiguió la mejor cifra hasta el momento; un 25,7% de los minutos lo habían disputado aragoneses -todos ellos zaragozanos-. El año pasado fueron el 31,62% del total los minutos disputados por aragoneses y en la presente campaña, hasta la jornada 20, un 34,64%.
En esta temporada, hasta diez jugadores nacidos en la provincia de Zaragoza han vestido la camiseta blanquilla. El que más minutos se la ha enfundado ha sido Carlos Nieto con 1665 minutos. Le siguen Raúl Guti, Soro -que no es de Zaragoza capital sino de Ejea de los Caballeros-, Clemente, Delmás, Pombo, Lasure, Linares, Jannick Buyla y Francés.
En el último partido, hasta ocho de los catorce jugadores eran canteranos -incluyendo a Álvaro Ratón- y siete de ellos eran aragoneses. Esta es una de las muestras del éxito del Real Zaragoza pasa por gente identificada con el proyecto, con el club y con su gente. Jugadores, cuerpo técnico y cuerpo directivo unidos por una tierra y por un escudo.