(ATUALIZACION) La afición lo venía pidiendo a gritos desde hace semanas. También parte del Consejo de Administración. Sin embargo, ha habido que esperar a que el Real Zaragoza sumase 12 jornadas sin ganar para que el club moviera, por fin, ficha. Lalo Arantegui paga las consecuencias de su mala gestión y deja el Real Zaragoza más tarde de lo que debería.
Lalo se ha despedido de la afición con una carta. En la misma califica de día “duro” el que rodea a su dimisión domo director deportivo del Real Zaragoza y subraya que desde que llegó a la entidad “he puesto mi vida a disposición de este club, y lo volvería a hacer, porque los momentos que he vivido jugando las promociones de ascenso, momentos en los que casi pudimos tocar la Primera División, el cariño de la afición y el apoyo de todos los profesionales con los que he trabajado son inolvidables”.
El exdirector deportivo subraya en el capítulo de agradecimientos a su equipo de trabajo que se “han dejado el alma en conseguir los objetivos planificados”. Agradece por ello el trabajo de José Mari Barba y Álex Monserrate y lo hace extensivo a Luis Carlos Cuartero y al Consejo de Administración por “darme la libertad de poder acertar y también de equivocarme”.
Califica al Real Zaragoza como “el club de mi vida” y muestra su deseo de que “esté siempre en el lugar que se le corresponde”. Y cierra su carta diciendo que ha sido “un honor y un orgullo” haber sido el director deportivo del club.
La configuración de la plantilla de esta temporada ha estado plagada de errores. La elección de los delanteros ha sido nefasta con un Toro Fernández muy lejos de lo que se espera de un futbolista profesional y un Vuckic al que se le ha adelantado un juvenil, Azón. Solo Narváez pone algo de calidad en la larga lista de fichajes de este verano. Larrazabal o Tejero son otros de los jugadores que no mejoran ni lo que había anteriormente en el equipo ni lo que puede llegar desde la cantera. Todo ello salpicado de salidas y cesiones incomprensibles como las de Delmás o Clemente.
La incapacidad de Arantegui para configurar una plantilla solvente ha quedado esta temporada más expuesta que nunca. En otras ocasiones, la llegada de delanteros de calidad que han aportado goles e ilusiones han enmascarado el resto de malas decisiones en otras líneas del campo. La delantera siempre es una línea complicada y Lalo Arantegui nunca ha conseguido fichar a un delantero de calidad, recurriendo siempre a cesiones que no daban más continuidad que la de una sola temporada.
La dirección deportiva de Lalo Arantegui tampoco ha logrado en casi 4 años crear un proyecto de club sólido, ni en el cuerpo técnico ni en cuanto a jugadores. Cada verano la plantilla ha cambiado partes importantes de todas sus líneas, excepto la portería. Su inicial apuesta por la cantera ha ido de más a menos. Una ilusión que se ha desvanecido con las últimas ventas de jugadores como Guti o Soro.
Arantegui, marcado por las polémicas y la mala gestión
Lalo Arantegui ya comenzó su etapa en el Real Zaragoza rodeado de polémica tras abandonar su anterior club, la SD Huesca, en plena temporada, en el mes de febrero de 2017. Sustituyó en el Real Zaragoza a Narciso Juliá. La primera campaña donde la confección de la plantilla fue completamente responsabilidad de Arantegui fue la 2017 – 2018. Apostó como entrenador por Natxo González y realizó 17 fichajes.
Esa temporada será recordada por la llegada de Borja Iglesias, uno de sus pocos aciertos. En 2017 también llegaron Eguaras y el guardameta Cristian Álvarez, única línea del campo en la que se ha mantenido continuidad durante estas tres últimas temporadas. Entre su lista de fracasos de ese año figuran Vinicius Araujo, un ya muy desgastado Toquero, Buff o Perone.
La campaña 2018 – 2019 estuvo marcada por las malas elecciones de Lalo Arantegui en el banquillo. Apostó por Imanol Idiakez que apenas estuvo tres meses dirigiendo al equipo y después fichó a Alcaraz. Ante la mala situación fue el Consejo de Administración quien tomo las riendas de la situación y trajo de regreso a Víctor Fernández. Único entrenador solvente de las últimas temporadas y único al que no ha fichado Arantegui. De ahí, el motivo de su animadversión hacia el técnico cuyo punto culminante hemos podido ver en las últimas semanas.
Arantegui trajo a Zaragoza a Marc Gual y a Álvaro Vázquez. Ninguno de los dos pudo hacer que la afición olvidase a Borja Iglesias. Aguirre, Alex Muñoz o Jeison Medina fueron sus fracasos más sonados del mercado de verano. Algo que Arantegui intentó arreglar sin éxito en invierno trayendo a Linares y Chechu Dorado. Esta fue también la temporada de la incorporación de Igbekeme.
El principio del fin
La campaña 2019 – 2020 comenzó con otro sonado fiasco: el fichaje de Etinof. El futbolista no pasó reconocimiento médico tras haberse hecho previamente oficial su fichaje. Arantegui se fijó en la Segunda B para reforzar el equipo con jugadores que Víctor Fernández descartó de su plantilla. Fue el caso de Mingotes o Bikoro.
Luis Suárez fue la mayor ilusión del verano de 2019, pero el problema cardiaco de Dwamena y la corta plantilla configurada para iniciar la Liga hicieron que hubiera que recurrir de forma casi masiva al mercado de invierno. Así llegaron El Yamiq, Puado o Burgui para cerrar una temporada marcada por el coronavirus.
A pesar de los muchos fracasos y pocos aciertos, Arantegui renovó por 4 años con el Real Zaragoza a razón de 340.000 euros de ficha por campaña. Ahora, con 6 derrotas consecutivas, 12 partidos sin ganar y a cinco puntos de la salvación, Arantegui se va dejando al Zaragoza más muerto que nunca. El club le tendrá que abonar además medio millón de euros. Solo queda esperar que no sea demasiado tarde para encontrar las verdaderas soluciones.